Viernes Santo en Málaga: El Santo Sepulcro duerme su muerte entre la emoción de sus hermanos

La Semana Santa de Málaga, a expensas de la procesión de Jesús Resucitado y la Reina de los Cielos, pone su broche de oro con uno de los momentos más emblemáticos: la doble curva de Duque de la Victoria con San Agustín y Císter de la Virgen de la Soledad de la Hermandad del Santo Sepulcro. Este año no pudo el cofrade vivir este ni tantos otros momentos. Ni tampoco pudo ver atravesar la noche al Cristo que duerme su muerte sobre el catafalco que le diseñó Moreno Carbonero.

Eran las 19:10, diez minutos antes de la hora en la que la cruz de guía debía haberse puesto en la calle, cuando el Sepulcro ha comunicado que no realizarán la estación de penitencia en la noche de este Viernes Santo. La fuerte inestabilidad climatológica y los parte meteorológicos tan negativos para el tramo horario en el que debía haber tenido lugar la salida, han motivado la decisión.

La junta de gobierno de la cofradía ha adoptado esta difícil decisión desde la responsabilidad de saberse custodios temporales de unos sagrados titulares y de un patrimonio que deben ser protegidos y conservados, además de cuidar a su patrimonio humano, todos esos hermanos que hacen posible la salida penitencial de cada año. La Casa Hermandad ha permanecido abierta desde las 20:00 hasta las 00:00 para que los hermanos, cofrades, malagueños y visitantes hayan podido tener un momento de cercanía y oración con los sagrados titulares.

Muchos han sido los malagueños que finalmente se han acercado hasta la casa hermandad, en calle Alcazabilla, durante el tramo horario establecido por la corporación para realizar lo que desde la hermandad se demandaba. Muchos de ellos con paraguas en mano, ya que hoy las predicciones no se han equivocado, y ha llovido en el centro de la ciudad. El obispo de la diócesis, Jesús Catalá, ha compartido unos momentos con la hermandad en el interior del salón de tronos. Ha dirigido un rezo con el que se ha querido invitar a los hermanos y cofrades a vivir estos momentos con recogimiento y fervor. Se ha dado la casualidad de que en esos momentos la cruz guía del Monte Calvario ha aparecido por la esquina de la calle, dando lugar a una afluencia aún mayor de público.