La llama que iluminará el negro duelo
Ocho cofradías realizaron sus recorridos por las calles de Málaga para narrar la noche más aciaga de la Semana Santa
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Vídeo: Servitas, en la noche del Viernes Santo en Málaga: en silencio y sin luz
Entre el estertor de la tierra, que había sido capaz de permitir la muerte del Hijo de Dios, Jesucristo expiró. Y lo hace cada Viernes Santo para recordarnos la finitud del ser humano y la eternidad del alma. En las calles de Málaga, ocho cofradías se encargan de narrar la noche más aciaga, la del negro duelo, la de la desconsolada pérdida. El dolor de una madre ante el adiós irremediable de un hijo, el lamento de los discípulos ante la despedida de un ser amado.
Desde la ermita del Monte Calvario se inicia una jornada de procesiones que, si bien contrastan con la espectacularidad de las del Jueves Santo, son igual o más bellas, auténticas y significativas. Con el cierre de Servitas solo quedará oscuridad. Pero se podrá entrever la llama, esa que iluminará el camino para darle sentido a todo lo demás.
Monte Calvario
En la ermita del Monte Calvario, durante las horas previas al inicio del recorrido procesional de la cofradía, el público podía presentar sus respetos al Cristo yacente como si de un velatorio se tratase. Su cuerpo inerte reposaba en la capilla haciéndose tan cercano como humano. Subir cada año hasta allí y presenciar el traslado, que da comienzo a las 15:00, es un momento único del Viernes Santo que muchos no quisieron perderse.
Descendimiento
La solemnidad y el silencio son dos de los protagonistas de todos los Viernes Santo y el de este año no ha sido menos. Málaga estaba de luto y la Malagueta se vistió de negro para ver a Jesús descender de la cruz. El olor a incienso comenzaba a mezclarse con la brisa del mar pasadas ya las 16:00 h. Poco a poco los nazarenos negros y crema empezaban a entrar al Hospital Noble. En pocos minutos el Viernes Santo comenzaría para ellos.
Amor
Una hora después de la salida de la cofradía del Monte Calvario, desde la vecina casa hermandad en la calle Fernando el Católico, muy próxima a su sede canónica, la Basílica de Santa María de la Victoria, realizaba su salida procesional la cofradía del Santísimo Cristo del Amor y Nuestra Señora de la Caridad, que cumple este año un siglo de su fundación en 1923.
Dolores de San Juan
El luto más oscuro de la tarde lo vestía la iglesia de San Juan, que abría sus puertas para dar culto al Cristo Redentor y a la Virgen de los Dolores, que salían desde sus entrañas en el más ensordecedor de los silencios con las campanas de la iglesia replicando y anunciando que el Señor había fallecido y que su Madre moría de pena tras Él. De una garganta se arrancó una seguiriya cantada a un a una Virgen de vestiduras negras, que no se paró ante la voz de Rufino Rivas y siguió por calle San Juan a paso rápido tras un crucificado que pasaba sus últimos minutos clavado en madero.
Santo Traslado
Rojas como la sangre se abrían las puertas de la casa hermandad del Santo Traslado y la Soledad en el barrio de la Trinidad. Con la luz de la tarde sobre las campanas de ambos titulares, se iluminaba la última escena cofrade de la barriada que era acogida con los corazones abiertos y las lágrimas asomando en los ojos de más de uno.
La Piedad
Al mismo tiempo que lo hacía el Santo Traslado desde la calle Trinidad, al otro lado del Guadalmedina, en el Molinillo comenzaba la tarde para otra de las señas de identidad del Viernes Santo malagueño, Nuestra Señora de la Piedad. A las 19:30 la cruz guía partía del patio trasero de la casa hermandad, en la calle Alderete, junto a la capilla del Molinillo con sus hermosas pinturas murales.
Santo Sepulcro
Cada Viernes Santo las imágenes que recorren las calles de Málaga son muy diversas y todas cuentan lo mismo: el fallecimiento de Jesucristo y las lágrimas de María por la muerte de su Hijo. Aunque si hay una que deja al público más impresionado y en silencio es la Hermandad de Nuestro Padre Jesús del Santo Sepulcro y Nuestra Señora de la Soledad. Con tan solo ver la cruz guía y escuchar a los tambores que la acompañan el público se silencia y no vuelve a hablar hasta que pasa el último músico de la banda que acompaña a la Virgen.
Servitas
En los aledaños de la Iglesia de San Felipe Neri decenas de personas esperaban a que dieran las 22:00 h para que la Venerable Orden Tercera de Siervos de María Santísima de los Dolores. El silencio reinó en este Viernes Santo justo en el momento en el que las puertas de la iglesia se abrieron, donde también estaban representantes de las cofradías malagueñas que también tienen como sede este templo.
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