La espera de Málaga: el Cautivo sublima calle Trinidad en el Lunes Santo
Imponente desfile de la hermandad trinitaria en un Lunes Santo en el que han bordado su discurrir procesional por las callejuelas de su barrio
VÍDEO | ‘Viva el Cautivo’, Málaga se vuelca con su Señor en el Lunes Santo

Málaga/Discurrir hacia la calle Barrera de la Trinidad, donde se encuentra la casa hermandad de la cofradía del Cautivo, es siempre una empresa difícil en la tarde del Lunes Santo. A las cuatro de la tarde, las calles Trinidad, Carril y la Plaza de Jesús Cautivo estaban ya repletas de personas arracimadas en cada acera para contemplar el avance de la procesión. Sillas plegables, cajas o el bordillo sirvieron para atenuar la espera. Y esa dulce espera, con Jesús Cautivo y la Virgen de la Trinidad, siempre merece la pena. Porque Málaga, sin duda, sabe esperar.
Minutos antes de las cinco y media de la tarde, la escuadra de gastadores de Regulares abría el frente de procesión y los nazarenos blancos de la hermandad Trinitaria as derramaban poco a poco por Barrera de la Trinidad, Jesús Cautivo y Trinidad, todas ellas con los balcones engalanados con reposteros, colchas y carteles alusivos.
Dentro de la casa hermandad, los hombres de trono daban vivas al Cautivo y a la Virgen de la Trinidad, además de llamarlos guapos y emocionarse ante su imponente presencia. También se han gritado vivas al barrio de la Trinidad, como no podía ser menos en una zona de la capital tan identificada por su cofradía. “Trinidad, a tus pies”, celebraban los hombres de trono.
La consejera de Economía y Hacienda, Carolina España, da los primeros toques de campana. Fuera, la cantante María del Monte observa atenta la evolución del trono, cuyos portadores acercan con suavidad a la puerta. La banda de cornetas y tambores de la hermandad interpreta el Himno Nacional, y el trono vira dulcemente, en una compleja maniobra, hacia Barrera de la Trinidad. Ya en la calle, para avanzar, ‘Así te rezo’, ‘Sacrificio’, ‘Ruega por nosotros’ y ‘Silencio blanco’. Preciosismo musical herencia de Escámez y de Bomberos, madre y maestra que abre la sección de nazarenos de la Virgen.
Es difícil que las emociones no sucumban al paso de la impresionante talla cristífera de Juan Gabriel Martín Simón. Las lágrimas recorren impetuosas los carrillos de muchos fieles y otros muchos inmortalizan el momento con sus móviles y tabletas. De los balcones se escapa el pregón de un inmenso apego a imagen que acompaña el resto del año, que consuela y ayuda, cuando ya no hay medios ni políticos. El alcalde, Francisco de la Torre, reparte estampitas entre el público.
Espectacular la curva de entrada desde Trinidad a la Plaza Montes con ‘Silencio blanco’, de nuevo. Gritos de emotion, sollozos, tres lipotimias de personas mayores que llevan horas sin comer cogiendo sitio, una mujer anciana que es reconducida por los agentes de Policía Nacional en su torpe andar para que su fe no la arrolle ante la debilidad de su andador.
A la hora y cuarto aproximadamente inicia su estación de penitencia la Virgen de la Trinidad, precedida por su sección de nazarenos y las miles de promesas que buscan consuelo en el regazo de Jesús Cautivo. La maniobra es igualmente compleja, la Banda de Música interpreta ‘Alma de la Trinidad’, y la descripción de esa curva, con la candelería encendida, prende la llama de quienes la admiran con amor y la contemplan con devoción contenida.
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