Luz verde para las cinco cofradías del Jueves Santo en Vélez-Málaga

Los regulares protagonizan el momento culminante de la noche al rendir homenaje a Rico y Piedad

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El Rico frente a los regulares en la Plaza del Carmen
El Rico frente a los regulares en la Plaza del Carmen / Gema Rubio Galo

Vélez-Málaga/En un Jueves Santo marcado por la incertidumbre del clima y la expectación de los devotos, las calles de Vélez-Málaga se llenaron de fervor y tradición con las procesiones de las cinco cofradías que conformaban esta cita. Desde las primeras luces del día, la espera se hizo palpable en el ambiente, mientras el cielo, caprichoso como es en estas fechas, alternaba entre nubes y claros.

La Agrupación de Cofradías de Vélez-Málaga había decidido que la procesión de Pobre y Esperanza retrasaría su salida a las 20:00 horas, siguiendo un recorrido que incluía las calles Cristo, Juan Breva, Utrera, Canalejas, la plaza de las Carmelitas, y concluyendo su estación de penitencia según lo establecido previamente. Además, las hermandades de Humildad y Paz, Gran Poder y Amargura, Columna y Misterios Dolorosos, Rico y Piedad habían decidido retrasar su salida una hora. Todas ellas habían optado por acceder al recorrido oficial directamente desde la calle Salvador Rueda a la calle Félix Lomas, debido al riesgo de lluvia.

La jornada comenzó con la procesión de Pobre y Esperanza, cuyos fieles aguardaron con ansias su salida. A pesar de un retraso de cuatro horas, los devotos no decayeron ni un ápice. A las 20:00 en punto, los imponentes tronos, símbolos de devoción y esperanza, se pusieron en marcha por las calles de la ciudad. Miles de promesas y plegarias acompañaron este recorrido, que, aunque más corto de lo habitual, se prolongó durante dos horas.

Imagen de Nuestro Jesús Nazareno El Pobre
Imagen de Nuestro Jesús Nazareno El Pobre / Gema Rubio Galo

Asimismo, la Esperanza llevaba consigo a numerosas promesas depositadas a sus pies, venerada como el trono más grande y relevante de la ciudad.

Por último, se llevó a cabo la bendición en el barrio de Capuchinos y, posteriormente, el cortejo se encerró nuevamente en la calle Pablo Picasso.

La devoción no se detuvo ahí, pues la Hermandad de Humildad y Paz hizo su entrada en escena desde el bullicioso mercado de San Francisco. Con sus túnicas azules y doradas, los cofrades y hermanos se reunieron para presenciar este desfile, mientras el tañido de la campana resonaba en el aire, dedicado a la fraternidad y al amor por el Cristo de Humildad y la Virgen de la Paz.

Los horquilleros esperando la salida de Humildad y Paz
Los horquilleros esperando la salida de Humildad y Paz / Gema Rubio Galo

Minutos después, Gran Poder y Amargura se hicieron sentir con fuerza desde la calle Cofrade Juan Acosta. Con los primeros claros en el cielo, la emoción embargaba a los presentes mientras los horquilleros alzaban los titulares con fuerza e ilusión. Con la cruz a cuestas y el 50 aniversario de la Virgen de la Amargura como telón de fondo, la plaza se inundó de respeto ante este simbólico desfile.

Gran Poder y Amargura
Gran Poder y Amargura / Gema Rubio Galo

Casi al mismo tiempo, la estrecha Casa de Hermandad de Columna y Misterios Dolorosos se abrió para dar paso a una procesión cargada de emotividad. Centenares de devotos se congregaron para acompañar a estas imágenes veneradas, que recorrieron las calles de Vélez-Málaga al son de la música entre muestras de respeto y recogimiento.

Imagen de Nuestro Padre Jesús Alado a la Columna
Imagen de Nuestro Padre Jesús Alado a la Columna / Gema Rubio Galo

Y llegó el momento culminante de la jornada con la salida de Rico y Piedad desde la Plaza del Carmen. Con un silencio sepulcral y la mirada orgullosa de los regulares que custodiaban la plaza, el momento más esperado de la Semana Santa veleña se hizo realidad. Antes de emprender su camino, el rezo de los horquilleros resonó con fuerza, uniendo a toda la comunidad en una plegaria colectiva. Con el himno de los regulares como broche de oro, el cortejo se puso en marcha, atrayendo a miles de seguidores que no quisieron perderse este acto tan emblemático.

Así, entre rezos, emociones y tradición, el Jueves Santo en Vélez-Málaga quedó marcado por la fuerza y la devoción de sus cofradías, que enfrentaron con valentía los desafíos del clima y los imprevistos, manteniendo viva la llama de la fe y el fervor religioso. En cada paso, se podía sentir la intensidad de los corazones entregados a la veneración de las imágenes sagradas, mientras las calles se impregnaban con el aroma a incienso y la melodía de los cantos procesionales.

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