Coronación Canónica de la Divina Pastora en Málaga: la Reina ya tiene su corona

En su homilía, el obispo ha recordado que María "es la nueva Eva", la que colaboró directamente en la obra salvadora de Cristo, y que esta coronación es un reconocimiento a su misión eterna

Recorrido de la procesión de la Divina Pastora de Málaga por su Coronación Canónica

El obispo, Jesús Catalá, coloca la corona a la Divina Pastora.
El obispo, Jesús Catalá, coloca la corona a la Divina Pastora. / Ana Jiménez

Málaga/Bajo un cielo despejado y un sol que comenzaba a calentar las piedras centenarias de la catedral, Málaga ha vivido esta mañana de sábado un día que quedará grabado en su memoria. A las 11:30 horas comenzó la coronación canónica de la imagen de la Divina Pastora de las Almas en el interior del templo, un acto que ha sido el resultado de siglos de devoción y de un vínculo inquebrantable con esta advocación mariana. Más tarde, a las 17:30 horas, la Virgen saldrá en procesión para regresar a su barrio de Capuchinos, una procesión que recorrerá el corazón de la ciudad en un ambiente lleno de recogimiento y emoción.

La mañana en la Catedral, con la torre sur proyectando su sombra, comenzó bajo el abrazo del calor otoñal. El clima, propio de este rincón andaluz, parecía anunciar lo que ya estaba claro en los corazones de los fieles: sería un día trascendental. La ceremonia, presidida por el obispo de Málaga, Jesús Catalá, no solo ha sido una coronación, sino el reconocimiento a la historia compartida entre la Divina Pastora y la ciudad. La homilía del obispo no se ha limitado a resaltar el valor espiritual del momento, sino que también ha viajado en el tiempo, conectando los episodios históricos que han forjado esta devoción.

Devoción por los siglos de los siglos

La relación entre Málaga y la Divina Pastora comenzó en la primera mitad del siglo XVIII, impulsada por Fray Isidoro de Sevilla, un capuchino que propagó la veneración a la Virgen bajo este título. Desde entonces, la imagen, esculpida por el sevillano José Montes de Oca en 1741, ha sido parte esencial de la vida espiritual de la ciudad, encontrando un hogar permanente en el barrio de Capuchinos.

El obispo ha subrayado con emoción los momentos más difíciles que ha atravesado esta devoción, haciendo hincapié en las pruebas históricas que enfrentó: la invasión francesa de 1810, la Desamortización de 1835, y las devastaciones de la Guerra Civil. A pesar de estos duros episodios, la comunidad ha sabido mantener viva la llama de su fe, apoyada por figuras claves como el beato Marcelo Spínola y Maestre, quien a finales del siglo XIX cedió el antiguo convento capuchino a las Madres Clarisas. Ellas han sido custodias silenciosas y constantes de esta devoción hasta el día de hoy.

El clímax de la celebración ha llegado sobre las 12:20 horas, cuando el obispo, rodeado de clérigos y representantes de la comunidad, ha colocado la corona sobre la cabeza de la Divina Pastora. Un momento solemne que ha resonado profundamente en el ambiente, donde el calor del día no solo emanaba del sol, sino de la emoción que se palpaba en el aire. La Virgen, que en su advocación de Pastora guía a sus hijos, ha sido coronada no solo por su maternidad divina, sino como símbolo de su papel en la redención de la humanidad.

En su homilía, el obispo de Málaga ha recordado que María "es la nueva Eva", la que colaboró directamente en la obra salvadora de Cristo, y que esta coronación es un reconocimiento a su misión eterna. "María se hizo digna de la 'corona de justicia' y la 'corona de vida', que el Señor ha prometido a quienes le aman", citó, invitando a los fieles a seguir los pasos de la Virgen y vivir bajo su guía maternal.

El Regreso a Capuchinos

La coronación canónica marca el inicio de una nueva etapa en la relación de Málaga con la Divina Pastora, pero el día no terminará ahí. A las 17:30, la Virgen comenzará su procesión de regreso a Capuchinos, un recorrido que simboliza más que una vuelta a casa: es la confirmación de su lugar como madre protectora de todos aquellos que la veneran.

La tarde, bañada por la luz dorada del otoño malagueño, será testigo de cómo las calles de la ciudad se llenan de familias, devotos y curiosos, todos deseosos de acompañar a la Virgen en este trayecto que une el centro histórico con su barrio.

Historia, Deporte y Comunidad

El recorrido de la Divina Pastora de vuelta a su hogar no solo atraviesa calles, sino capítulos importantes de la vida de Málaga. En su homilía, el obispo ha recordado las múltiples facetas que esta advocación ha desarrollado a lo largo del tiempo. Desde su rol como protectora del barrio de Capuchinos, con imágenes repartidas en retablos cerámicos y capillas por toda la zona, hasta su vinculación con el deporte desde mediados del siglo pasado, que se ha convertido en un elemento singular de su devoción. Cada año, entidades deportivas rinden homenaje a la Divina Pastora con ofrendas florales, subrayando cómo su figura trasciende el ámbito estrictamente religioso.

En sus palabras finales, Jesús Catalá ha animado a los fieles a no perder de vista lo que representa la Divina Pastora: un faro de amor, guía y esperanza. “Caminemos siempre de la mano de la Divina Pastora”, ha dicho, invitando a los devotos a mantener su fe viva, siguiendo el ejemplo de María y buscando la paz y salvación que ella ofrece.

Este 5 de octubre no será olvidado fácilmente. La coronación de la Divina Pastora de las Almas ha sido un punto culminante en la historia de esta ciudad, una manifestación palpable de su fe y de la conexión que une a Málaga con esta imagen venerada. La tarde promete ser igual de significativa, con la Virgen regresando a Capuchinos, donde continuará pastoreando a su gente, sanando heridas, consolando penas y recordando a todos que, bajo su manto, siempre hay lugar para quienes la necesiten.

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