Semana Santa de Málaga 2019, todo lo que hay que saber

Guía de la Semana Santa de Málaga 2019

Estas son las claves para disfrutar como un malagueño más de los días más grandes de la ciudad

Trono de la Virgen del Rocío.
Juan A. Romera Fadón

12 de abril 2019 - 14:33

Málaga/Erigida como la celebración popular de mayor arraigo y alcance, la Semana Santa de Málaga tiene un especial valor que radica en la propia manera que el pueblo de Málaga tiene de celebrarla y de vivirla.

Un hecho histórico que lleva celebrándose desde la llegada de los Reyes Católicos, aunque con una evolución hasta convertirse en lo que es a día de hoy.

Los balcones de las calles principales del centro se engalanan con reposteros de damasco rojo y el mobiliario cofrade comienza a vislumbrarse en los puntos claves, intentando entorpecer lo menos posible la vida de la ciudad. Sin embargo, es fácil pasear por calle Larios, Molina Lario o la plaza de la Constitución y encontrarse elementos efímeros que presagian un punto de interés dentro del recorrido oficial.

Colorida escena durante la procesión de los Salesianos.

En cifras el impacto económico se calcula en 10 millones de euros al día, lo que en un cómputo total sobrepasa los 82 millones de euros según los datos que maneja la Cátedra de Estudios Cofrades.

La Semana Santa, declarada en general como Patrimonio Cultural Inmaterial desde 2017, y la de Málaga en particular como Fiesta de Interés Turístico Internacional, está a punto de comenzar. En esta guía detallamos los aspectos esenciales que todo visitante debe conocer sobre la Semana Santa de Málaga para disfrutar al máximo de estos días.

Índice de la guía

Fechas de la Semana Santa

Las imágenes y los tronos, epicentro de la celebración

El cortejo, forma y fondo de la procesión

La música, más que un acompañante

45 procesiones saldrán a la calle

El recorrido oficial, una apuesta a debate

Los militares y los encierros, característicos de Málaga

El capirote, el rito de la cuaresma

¿Cuándo se celebra la Semana Santa?

La Semana Santa puede celebrarse entre el 22 de marzo y el 25 de abril. Fechas englobadas dentro de una horquilla común que han de tener dos factores en cuenta: la primera luna llena después del equinoccio de primavera y el Domingo de Resurrección. Así, la Pascua ha de celebrarse al domingo siguiente una vez se haya producido este fenómeno lunar.

Esta variación en el calendario ya fue tratada entre 1962 y 1965 en el Concilio Vaticano II, acordándose que la determinación de una fecha fija debería contar con la unanimidad de los apoyos dentro del conjunto de las confesiones.

Este año, el Domingo de Ramos cae el 14 de abril, concluyendo el 21 del mismo mes con la Pascua de Resurrección. Sin embargo, la vida cofrade puede apreciarse en multitud de elementos desde 40 días antes con el inicio de la Cuaresma.

En las casas hermandad y salones de trono puede vislumbrarse cierto movimiento que se va acrecentando conforme avanza el tiempo de preparación. Es habitual ver ajetreo en las albacerías durante todas las tardes y parte de la noche, terminando de limpiar candelerías, tronos, enseres, ajustes de varales, palios... y un largo etcétera de tareas que en más de una ocasión suponen algún que otro quebradero de cabeza en las juntas de gobierno.

El anonimato del nazareno durante la salida penitencial.

Este trabajo comienza a visibilizarse en la semana previa a la semana de Pasión, momento en que las primeras pro hermandades y asociaciones de fieles completan el particular calendario de lo que comúnmente se denomina "vísperas".

Pequeñas procesiones, generalmente con un solo trono y un reducido número de nazarenos, que recorren la feligresía de su parroquia con el acompañamiento de los vecinos. Aunque algunas de ellas tengas defectos propios de la iniciación, se pueden apreciar interesantes cortejos con una madurez propia de hermandad con solera, como el caso de la Resignación que inaugura esta particular previa; otros, con más de 25 años de historia a sus espaldas un largo y fructífero currículo como el de la hermandad no agrupada de los Dolores del Puerto de la Torre.

Pero no son las únicas procesiones que recorren las calles antes del Domingo de Ramos. Las propias delimitaciones físicas de las iglesias, mezcladas con el gran tamaño de los tronos, obligan a las cofradías malagueñas a separar el punto de salida de su sede canónica. Es aquí donde nace la figura del salón del trono: espacios creados ex profeso para guardar, exponer y conservar los retablos andantes en los que salen las Imágenes.

El hecho de tener que desplazar a los titulares de un punto a otro ha dado como resultado los traslados, que en muchas ocasiones acaban convirtiéndose en procesiones encubiertas con todo lo que ello conlleva: bandas de música, flores, petaladas, saetas... Pero que en otros casos son tratados con la sencillez que requiere un acto de este tipo, como el caso del Huerto, donde un trío de capilla acompaña al Cristo y a la Virgen, portados en dos sencillas andas.

Se aprecia cómo la intensidad de la Semana Santa puede palparse en la vida del cofrade malagueño bastantes días antes de que llegue el Domingo de Ramos.

Volver al índice

Las imágenes y los tronos, epicentro de una celebración

La propia historia de Málaga ha delimitado –y mucho- el devenir de las cofradías de la ciudad. Así, se observa un cambio radical a partir de 1931, fecha en la se produjo la denominada Quema de conventos. Una serie de actos vandálicos con un trasfondo político que acabaron prácticamente con la totalidad del patrimonio cofrade existente. Incluidas, por supuesto, las Imágenes.

El historiador José Jiménez Guerrero cifra en más de dos millones de pesetas las pérdidas producidas en enseres. Una cuantía procedente de los inventarios que las hermandades y cofradías hicieron una vez finalizada la Guerra Civil y que en la gran mayoría de los casos no incluían a los Titulares.

La institución que más perdió fue la Archicofradía del Paso y la Esperanza, con un volumen cercano al medio millón, aunque la mayor desaparición fue la imagen del Cristo de la Buena Muerte, obra de Pedro de Mena, ejecutada en el siglo XVII y catalogada por muchos expertos e historiadores del arte como una de las mejores obras del barroco español.

Debido a estos hechos, las hermandades tuvieron que renacer de sus cenizas y reencarnar las primitivas devociones en nuevas imágenes. De ahí, el esplendor de artistas como el local Palma Burgos, Navas Parejo, José Gabriel Martín Simón (autor del Cautivo) o Castillo Lastrucci. Autores que se fueron consolidando con el paso del tiempo dejando una producción más que considerable en el haber cofrade.

Nuestro Padre Jesús Cautivo portado por los hombres de trono.

Esta creación trajo consigo la llegada de nuevos estilos artísticos a la ciudad. Así, se pasó del barroco granadino que había caracterizado a Málaga, a un neobarroco sevillano encarnado en artistas como Francisco Buiza o el vanguardista Ortega Bru.

No fue la única tendencia que llegó a esta ciudad, el clasicismo de Benlliure también caló en la década de los 40 con el Nazareno del Paso y el Cristo de la Expiración. En el plano mariano, sí que pudo conservarse, con mejor o peor resultado, una gran cantidad de imágenes que a día de hoy siguen procesionando.

Algunas de ellas convertidas en iconos devocionales de la ciudad, como el caso de la Virgen de la Esperanza, la dolorosa más antigua –atribuida con mucha fuerza a Pedro de Mena- y a quien popularmente se conoce como La Reina de Málaga.

Pues bien, estas imágenes se procesionan en tronos. Una nomenclatura que en ocasiones es confundida con el homólogo andaluz, pasos. Esta disertación semántica tiene gran importancia en el conocimiento de la Semana Santa malagueña, llegando a ocupar importantes espacios, por ejemplo, en el pregón de Hurtado de Mendoza de 1982, en el que el cofrade de Viñeros dijo: “En Málaga no se denominan pasos porque Málaga sabe (...) que Cristo es Rey. Y que en reconocimiento expreso a su realeza, al paso, le llaman trono“.

Sin embargo, no es de extrañar que durante la década de los 50 y 60 se usaran indistintamente ambas formas para definirse a las andas en las que se sitúan las imágenes titulares.

El gran tamaño de estos tronos, referidos anteriormente como retablos andantes, procede de la confrontación existente en los años de la posguerra entre las cofradías y el obispo Balbino Santos. De esta forma, la autoridad eclesiástica entendió que la mejor opción era que las hermandades abandonaran los templos y salieran del exterior, dando lugar a los tradicionales tinglados o construcciones ad hoc para conservar y utilizar como punto de partida en las procesiones.

Al no haber limitaciones de espacios, las creaciones procesionistas se fueron ampliando continuadamente hasta adquirir los volúmenes hoy en día conocidos.

Volver al índice

El cortejo, forma y fondo la procesión

La característica más peculiar que tienen los tronos es que, a diferencia de los pasos, no son portados por costaleros. Si no que son propiamente hombres de trono los que se sitúan en los varales (y no trabajaderas) que soportan el peso de la estructura. La herramienta de trabajo es el hombro y lo único que lo separa del metal es la túnica de portador.

Dependiendo de la cofradía, el número de hombres de trono puede oscilar entre los 150 y los 200, aunque hay casos a destacar como la Virgen de los Dolores, la Esperanza o la Paloma que se aproximan a las 300 personas.

Estos tronos van dirigidos por dos grupos: por un lado, el equipo de mayordomos que a golpe de martillo y campana va indicando cuando tienen que levantar, parar o bajar el trono; el otro, los capataces, quienes son los encargados de realizar las curvas y maniobras del recorrido. Para una buena salida, es fundamental la coordinación entre ambos.

Algunas hermandades han de recorrer muchos kilómetros durante su salida penitencial

Pero la procesión cuenta con otros elementos. El inicio del cortejo lo marca la cruz guía, que generalmente va escoltada por dos faroles a cada lado y que en ocasiones puede ir continuada de una banda de cornetas y tambores que se denomina "banda de cabeza".

Dependiendo de la cofradía, pueden continuar los niños en la sección de enlaces o pasar directamente a los nazarenos de vela, quienes componen el grueso de la procesión y se ordenan por antigüedad.

Algunas hermandades delimitan los puestos finales a las hachetas, bastones plateados o de madera rematados con un cirio y reservadas a los más mayores de la hermandad. Los responsables de la procesión se denominan mayordomos y cada uno lleva asignado un tramo de nazarenos que ha de controlar y procurar llevar el más estricto orden.

Además, cada procesión tiene una serie de responsables que tienen en su haber el buen discurrir del desfile: jefe de procesión, jefe de sección (tanto del Cristo como de la Virgen), subjefe de sección y los campanilleros, quienes haciendo sonar este instrumento metálico característico de Málaga indican a la cruz guía cuando el trono está bajado o levantado, evitando así los antiestéticos descuelgues.

Pegado a las imágenes van los monaguillos, ceroferarios (encargados de llevar los ciriales), el pertiguero, que marca cuando tienen que andar los acólitos, y finalmente los turiferarios, cuya función es incensar el camino de los tronos.

Volver al índice

La música, más que un acompañante

Aunque inicialmente el acompañamiento musical estaba restringido a un tambor de cola que marcara el paso detrás de cada trono, el concepto de banda ha evolucionado hasta convertirse en todo un protagonista de la Semana Santa.

El origen de la mayoría de estas formaciones reside en las bandas militares, que inicialmente ponían los sones musicales en la Semana Santa. Es por ello que resulta común encontrar a compositores con la carrera militar. Algunos hoy en día en vida como Abel Moreno, autor de la conocida marcha La madrugá.

Los músicos interpretan las marchas procesionales detrás de los tronos.

Málaga cuenta con la peculiaridad de que fue cuna de un género que ha traspasado todas las fronteras y que actualmente es todo un referente en la música cofrade: las cornetas y tambores. Formaciones que únicamente interpretaban las marchas haciendo sonar esos dos instrumentos. Sin ninguna otra pieza de metal. Es por ello que, hablar de la banda de Cornetas y Tambores de Bomberos, es hacerlo de la madre y maestra de todas las bandas, origen de un estilo que se exportó al resto de Andalucía y de España.

Pero no es el único modelo musical con presencia en Málaga. La agrupación musical, el más moderno de los tres estilos asentados, ha tenido un especial incremento en la última década, convirtiéndose en una apuesta segura para hasta 13 tronos de Cristo.

Una cosa que caracteriza a Málaga en el plano musical es que también las bandas de música acompañan a los Cristos. Mientras que en otras provincias, este género esta únicamente reservado a los palios, aquí es habitual encontrarlo (aunque quizá en menor medida que hace unos años) detrás de tronos como Expiración, El Rico, el Cristo del Perdón o el Descendimiento.

En el caso de las hermandades de corte más fúnebre, los tronos pueden ir antecedidos por una capilla musical, un cuarteto de viento, una escolanía o simplemente en silencio.

Volver al índice

45 procesiones saldrán a la calle

Pese a que la Agrupación de Cofradías la componen 41 hermandades, son un total de 45 las procesiones que harán su salida penitencial en la Semana Santa de 2019. Algunas hermandades repartidas en varios días (Fusionadas tiene presencia el Domingo de Ramos, Miércoles y Jueves Santo); otras sin pertenecer al propio ente de San Julián (Servitas), y el Resucitado, como titular de la Agrupación, dan la suma de este número.

Es común, y más este año con la modificación del trazado del recorrido oficial, que el público cofrade recurra a los conocidos itinerarios para saber en qué punto exacto se encuentra una cofradía en cada momento. Málaga Hoy ofrece un completo itinerario de la Semana Santa con información actualizada sobre horarios e itinerarios de las procesiones de Málaga. Estará disponible cada día de la Semana Santa en formato papel en los quioscos y también en formato digital:

Volver al índice

El recorrido oficial, una apuesta a debate

El recorrido oficial son el conjunto de calles que conforman un itinerario común por el que han de discurrir todas las cofradías agrupadas. En él se sitúan las sillas y tribunas, principal fuente de ingresos de la Agrupación de Cofradías y que sirven como fondo de recaudación de una parte considerable de los ingresos de las hermandades agrupadas.

En los últimos tres años ha estado en boca de muchos cofrades el debate acerca de la idoneidad de realizar un cambio en el recorrido oficial. Un itinerario que, pese a tener algunos cambios en los últimos casi 100 años, había mantenido una estructura común de Alameda- Larios- Plaza de la Constitución y calle Granada.

Montaje de la tribuna frente al hotel AC Málaga Palacio para la Semana Santa. / Javier Albiñana

El pasado 2 de agosto, la junta de gobierno de la Agrupación aprobó un proyecto de Mejora integral de la Semana Santa que, entre otras medidas, pasaba por la modificación del recorrido oficial tradicional, estando compuesto el actual por la plaza de la Constitución, Larios, Martínez, Atarazanas, Torregorda, Alameda Principal, plaza de la Marina y Molina Lario. Al final, las cofradías tendrán la opción de continuar por la plaza del Obispo, girar hacia Strachan, o acceder a la Catedral a través de una rampa de grandes dimensiones.

Este cambio, propiciado por la seguridad y las obras del Metro, ha contado con un gran respaldo de las cofradías agrupadas (36 votos a favor frente a 5 en contra). No así con el apoyo de una parte de los abonados quienes manifiestan no solo la subida de precios, sino el cambio de ubicación a otra zona de menor visión, separación de familias y desplazamientos de entornos, llegando a provocar algunas protestas en la presentación del cartel oficial y del pregón de Paloma Saborido. Del mismo modo, un grupo de cofrades recogieron en apenas unas semanas de julio más de 2.000 firmas contra este cambio de trazado.

Se espera que esta Mejora integral de la Semana Santa solucione algunos problemas tradicionales que habían condicionado los horarios e itinerarios hasta la fecha.

Volver al índice

Los militares y los encierros, característicos de Málaga

Las bandas de música, referidas con anterioridad, no han sido los únicos elementos vinculados muy directamente a los cuerpos militares. Todavía una parte considerable de las cofradías presentan en sus cortejos representaciones del Ejército en mayor o menor proporción que sin duda son un atractivo especial para muchos cofrades.

De esta manera, el desembarco de la Legión el Jueves Santo y el desfilar con la Congregación de Mena, la Guardia Civil con la Expiración a o los paracas el Miércoles Santo en la sección de Ánimas de Ciegos vertebran gran parte de la distribución del público malagueño. Las cuadrillas de gastadores, exhibiciones y cambios de guardia son algunos de los alicientes que caracterizan a esta especial vinculación.

No son los únicos casos, aunque algunos de ellos han perdido presencia con el paso del tiempo. Así, echando una vista atrás, se encuentra que los Regulares con el Cautivo o la Marina con la Virgen de la Soledad han evolucionado hacia una discreta representación con el fin de no restarle protagonismo a lo realmente importante.

La Legión acompaña al Cristo de la Buena Muerte.

No son las únicas instituciones que desfilan. Por ejemplo, el hermanamiento existente entre el Ayuntamiento de Madrid y La Paloma ha dejado algunos años escenas curiosas, como la de la ex alcaldesa Ana Botella desfilando el Miércoles Santo.

O en el caso de Estudiantes, donde la presidencia la ocupan los decanos de las facultades de Málaga y el rector de la Universidad. El Sepulcro, además, ostenta el privilegio de ser la cofradía oficial de Málaga; es por ello que, detrás del Cristo de Nicolás Prados, se encuentran autoridades de distinto ámbito de la ciudad tales como el alcalde Francisco de la Torre.

Pero esto no es lo único que caracteriza a Málaga. Mientras que en otras provincias de Andalucía, afectados por el lugar de salida y recogida, los pasos entran directamente a los templos, en Málaga algunas hermandades celebran lo que popularmente se conocen como "encierros".

Las cofradías de corte más alegre concluyen de esta peculiar manera el fin de su estación de penitencia. Generalmente, el trono del Cristo espera a que llegue el de la Virgen y, una vez que esto se produce, frente por frente, mecen ambas andas a los sones de la marchas interpretadas por las bandas de música. En ocasiones, esto concluye con los dos tronos a pulso, subidos por el esfuerzo de los portadores.

Volver al índice

El capirote, el rito de cada Cuaresma

Si hay algo que marca el inicio de la cuaresma más allá del potaje de bacalao con espinacas, es el nazareno morado que cada miércoles de ceniza asoma desde la planta superior de la tienda Ojeda.

Esta conocida tienda cofrade sita en calle San Juan es un gran atractivo para cientos de cofrades que encuentran en este reducido espacio todo un fin de productos que sacien las necesidades propias de la cercana Semana Santa.

Su origen se remonta a la antigua cerería Ojeda Torrecilla, fundada antes de 1724, que abastecía de cera a toda la ciudad de Málaga. La necesidad de reinventarse hizo que poco a poco también suministrara productos cofrades como incensarios, guantes o producciones imagineras.

Nazarenos de Santa Cruz en la estrechez de Pozos Dulces.

Hasta el punto de convertirse en una tienda especializada en el ámbito cofrade desde hace 23 años. Pero si por algo son pioneros en Ojeda es por haber traído a Málaga el capirote de rejilla. Una variante del clásico de cartón que mejora en peso, comodidad y ajuste, ya que es adaptable a la cabeza. Además, cuenta con la ventaja de que transpira y evita la acumulación de calor, algo que puede evitar más de una lipotimia durante la procesión.

Ana Ruz reconoce que los trajeron a Málaga hace 11 años y que la mayoría de los cofrades se decantan por este modelo: “Además, viene gente de muchas provincias a hacerlo. Incluso hermanos de la Macarena, San Gonzalo o la Estrella de Triana han pasado por aquí“.

Al final de cada día, el montón de más 120 capirotes que preside la tienda Ojeda acaba quedando reducido a la nada. Los padres aquí no escatiman en gastos. Después de haber pagado la cuota de hermano, la salida y los complementos, unos cuantos euros más en el capirote no es una complicación. A fin de cuenta, es la tradición que heredan los hijos. Y eso no tiene precio.

Volver al índice

No hay comentarios

Ver los Comentarios

También te puede interesar

Lo último