Las lágrimas de Servitas alumbran las calles de Málaga

Málaga/En los aledaños de la Iglesia de San Felipe Neri decenas de personas esperaban a que dieran las 22:00 h para que la Venerable Orden Tercera de Siervos de María Santísima de los Dolores. El silencio reinó en este Viernes Santo justo en el momento en el que las puertas de la iglesia se abrieron, donde también estaban representantes de las cofradías malagueñas que también tienen como sede este templo.

La oscuridad llegó justo antes de que el primer nazareno atravesara la puerta. El redoble del tambor era el único sonido que inundaba la plaza del Santísimo Cristo de la Sangre con un público totalmente enmudecido. Tras este tambor, el resto de los penitentes vestidos de negro comenzaban a salir del interior del templo.

Este silencio sepulcral se prolongaba por todas calles del recorrido de esta Orden, mientras el rezo de los presentes se repetía sin cesar. La luz de las velas eran el único faro en el camino que avanzaba desde la Iglesia hasta calle Dos Aceras.

En el instante en el que María Santísima de los Dolores apareció, junto a los hombres de trono que la portaban, un suspiro general se escuchó por toda la plaza. La luz blanca que se reflejaba en su rostro hacía brillar las lágrimas que caían por él. Y antes de seguir el recorrido, una voz soprano comenzó a escucharse desde uno de los balcones de la calle, dejando asombrados a todos los fieles que llevaban horas esperando esta salida.

A su paso por las calles de Málaga, las luces se iban apagando y las velas de los penitentes alumbraban a todas las personas que esperaban a verla. Con tan solo 42 hombres de trono y los tambores roncos de la Banda de CCTT de Bomberos, María Santísima de los Dolores, una obra que está fechada en 1750, continuó su recorrido tras las velas de sus nazarenos con túnicas y antifaces negros hacia el Recorrido Oficial, para finalmente regresar a su templo y encerrarse, según su itinerario, sobre las 03:30 h.