La lluvia y la distancia fueron los obstáculos

El agua volvió a estar presente, lo que provocó que Nueva Esperanza diera media vuelta justo cuando estaba en la ermita de Zamarrilla · La Virgen de las Penas fue la única imagen que no llegó a a pisar la calle

D. Azuaga · N. Rodrigo

20 de abril 2011 - 07:05

EL balance en el ecuador de la Semana Santa es duro. Abril sigue por su camino de la traición y su doble cara: sol y nubes que pueden dar lugar a la lluvia. La incertidumbre por la climatología volvió a campar en el seno de las seis hermandades que componen el Martes Santo. La jornada de ayer fue intensa en cuanto a reuniones de juntas de gobierno y de permanentes se refiere. Se fijó línea directa con el centro de meteorología. El riesgo de lluvia se estableció hasta las 20:00. Y así fue. Un chiribiri llegó sobre las 17:45. Fue la hora crítica puesto que Nueva Esperanza estaba en esa frontera donde todo parece cerca y lejos a la vez y Las Penas estaba saliendo. La lluvia, que fue débil pero que volvió a besar las calles de Málaga por segundo día consecutivo, hizo que la Cofradía de Nueva Málaga se diera media vuelta justo a su paso por la ermita de Zamarrilla y que la corporación de Pozos Dulces reculara una vez que el Señor de la Agonía estaba ya en la calle Cisneros. El pulso a la lluvia se cobró a dos cofradías más. Y ya van cuatro.

Lo vivido ayer puso de manifiesto que las distancias, tanto largas como cortas, son una navaja de doble filo. Por un lado, venir de tan lejos deja a una hermandad vendida si comienza a llover a mitad de recorrido. Por otro, salir de las primeras y desde el centro implica que, si se demora la decisión, hay que ajustarse a los horarios e itinerarios del resto de cofradías que se echan a la calle. Todas las imágenes llegaron a pisar las calles, excepto la Virgen de las Penas que encaró su oratorio pero que no pasó de la puerta.

Belleza de blanco

El barrio de la Victoria se levantó algo temeroso puesto que a las 15:30 era la hora de salida de la Cofradía del Rocío y el cielo estaba lleno de intervalos nubosos, algunos grises que preconizaban que algo de agua podía caer. La hermandad tuvo claro que iba a salir y ya conocía que había riesgos de lluvia hasta las 20:00. El Señor de los Pasos en el Monte Calvario sobrepasó la puerta de la casa hermandad sobre las 15:40. La delegada de Gobierno, Remedios Martel, dio los primeros toques de campana. El Nazareno, que lució una túnica morada lisa que resaltaba su figura, fue sobre un risco compuesto por claveles rojos sangre de toro mientras que el borde estaba formado por calas, liatris y lirios.

La agrupación musical de Campillos puso los sones tras el Señor, que anduvo en perfecta sincronización con la música. La salida la realizó con Marcha Real seguida de Señor de San Román. En la calle Altozano sonó Perdona a tu pueblo. La curva entre la Cruz Verde y la calle Peña se llevó a cabo con Reina del Jueves Santo.

La Virgen del Roció lució espléndida en todos los sentidos. La polémica con las velas rizadas, que llevó seis en el frontal se esfumó por completo -aunque ya desapareció una vez que el cabildo lo aprobó-. Parecía que las había llevado toda la vida. La estética fue brutal. ¿Llevará algunas más en la delantera? Esa pregunta es difícil de responder aunque algunos de la cofradía se la plantean y saben su respuesta.

La Novia de Málaga fue muy bien ataviada con una mantilla regalada por dos hermanas de la cofradía. Se trata de una pieza bordada a mano sobre tul. Se notan las manos de Curro Claros a la hora de vestir a la Virgen. Además lució una saya realizada por el taller de Brenes según diseño de Eloy Téllez. En cuanto a joyas, la Virgen no fue muy cargada. Únicamente llevó una cruz pectoral y un broche de brillantes y platino, regalado por Carmen Sevilla. La actriz estuvo presente en la salida y fue la encargada de dar los primeros toques de campana, junto con el pintor Antonio Montiel. La imagen salió bajo los sones de la banda municipal de Carmona que interpretó el Himno Nacional y Rocío pero justo en la parte en la que interviene las cornetas y que precede al solo de flauta. Fue un momento sublime que todo el mundo reconoció y vibró. Luego sonó La novia de Málaga, de Gabriel Robles. En cuanto a flores, la Virgen llevó claveles blancos, gladiolos, fresias y azahar.

La lluvia llegó justo cuando la hermandad se adentró en Carretería lo que provocó una estampa curiosa ya que los rayos del sol daban en toda la calle y a la vez caían las gotas. El temor estuvo presente pero la corporación ya sabía lo que podía ocurrir. Ya en la Tribuna de los Pobres los pulsos se sucedieron, algo menos en el Señor debido a las gotas que no paraban de caer. La cofradía imprimió un ritmo dinámico a la procesión, lo que evitó que se durmiera ante el riesgo existente. La Virgen fue levantada en varias ocasiones a pulso en el citado lugar, a los sones de Encarnación Coronada un momento clásico de la Semana Santa.

Pudo el riesgo

La Cofradía de Las Penas se dispuso a seguir su plan fijado: salir a las 17:15. A esa hora había algunas nubes que amenazaron con dejar recuerdos en la plaza de las Penas que presenta una estética más recuperada con la rehabilitación del edificio que hay justo en frente de la capilla. Las puertas del oratorio se abrieron y la banda de la Paz interpretó Cristo de la Agonía (Abel Moreno). El portentoso Crucificado cruzó el arco a las 17:27 y lo hizo cuando ya caían gotas, que ampliaron su intensidad. Este año el exorno volvió a su tradicional monte de claveles rojos, cuyas flores marcaron los bordes del trono. Marcha Real, Cristo del Amor (A. Escámez) y Mi amor en tu corona (A. Zuamaquero) fueron las marchas que tocó la banda de cornetas y tambores de la Esperanza, que sigue demostrando altas cotas de calidad en sus sones.

Todos los nazarenos de la sección de la Virgen llegaron a ponerse en la calle. Faltó el guión y la sección de turiferarios que preceden a la Virgen, que encaró la puerta dispuesta a salir. Entonces las gotas cayeron con mayor intensidad lo que provocó la decisión de regresar. Eran las 17:51 y Las Penas daba media vuelta. El trono del Señor volvió de espaldas, con la banda de la Esperanza abriendo camino y con el sonido de las cajas chinas. El Crucificado entró y las puertas se cerraron. La junta de gobierno decidió demorar una hora la decisión para salir. Finalmente el hermano mayor de la corporación anunció lo que nadie quería oír. Las Penas no sale.

El máximo responsable de la corporación declaró que la lluvia no era fuerte "pero puede ocurrir lo mismo que en la noche del Lunes Santo". Además explicó que estudiaron la posibilidad de aplicar un recorrido alternativo únicamente para hacer estación de penitencia en la Catedral "pero no podemos porque nos podemos encontrar con cofradías que han salido". En todo caso, salir implicaba recogerse en torno a las 3:00 cuando todavía existía un riesgo de lluvia además de buscar la manera de ceñirse a los horarios del resto de hermandades. "Soy el primero en lamentarlo y pido disculpas. No podemos arriesgar el patrimonio que tenemos". Sobre las 20:00 se abrió de nuevo el templo para que el público congregado pudiese ver a los titulares. Previamente la banda de la Esperanza tocó Ora Pro Nobis y Y el pueblo eligió a Barrabás, ambas de Albeto Zumaquero, mientras que la banda de la Paz interpretó Virgen de las Penas y Reina de San Julián.

El manto de flores de este año era un guiño a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) que se celebrará en Madrid este agosto con la presencia del Papa Benedicto XVI. En su centro figuraba el anagrama de la jornada y el escudo del Vaticano siendo el clavel blanco la flor imperante.

Regreso al pasado

Los cofrades de Nueva Málaga retrocedieron ayer en el tiempo. Cuando aún no eran cofradía agrupada paseaban al Nazareno del Perdón y a María Santísima de Nueva Esperanza por las calles de su barrio en un entorno que poco a poco se fue acostumbrando a ver pasar nazarenos y oler a incienso. 15 años hace ya de aquello. Pero ayer, Nueva Esperanza volvió a ser más que nunca, desde que forma parte del Martes Santo malagueño, una cofradía de barrio.

El límite volvió a ser la unión de Martínez Maldonado con Mármoles, allí donde emerge la coqueta Ermita de Zamarrilla. Allí, cuando ya se puede atisbar el puente que lleva hasta el centro de la ciudad, un fuerte aguacero provocó que se cambiara el plan inicial. Faltaban aún bastantes metros para que los tronos del señor y la virgen llegaran hasta Zamarrilla, pero los hermanos de Nueva Esperanza querían, al menos, celebrar su tradicional acto de hermanamiento con la cofradía trinitaria. La decisión, no obstante, estaba ya tomada. Las previsiones climatológicas daban un alto porcentaje de lluvia durante la madrugada y se decidió que tras el acto con Zamarrilla se emprendiera el camino de vuelta a la recién estrenada Casa Hermandad. En este caso, su largo recorrido jugó en contra.

Una pena, porque aquel que no se decidió a ver a Nueva Esperanza en su entorno, ya fuera en la ida o en la vuelta, y esperó a encontrársela por el centro de la ciudad se perdió una de las mejores estampas del Martes Santo. Los de Nueva Málaga van consolidándose año a año y están logrando un estilo propio que cala cada vez más. En su reducido recorrido de ayer, ofrecieron una nueva demostración.

Espectacular el caminar del Nazareno del Perdón acompañado por los sones de la Agrupación Musical Jesús de La Paz de Churriana de la Vega (Granada). Como el cristo de la Cena o el de la Esperanza en su Gran Amor, ha encontrado en este tipo de acompañamiento su motor ideal. Paso largo y rápido en ausencia de música y ritmo completamente acompasado y coordinado con los sones cuando toca la agrupación. Sus hombres de trono conocen el repertorio y llegan a la cita del Martes Santo con varios ensayos sobre sus hombres. Y eso se nota en la calle.

Tras salir de la nueva Casa Hermandad y enfilar la calle Magistrado Salvador Barbero con los sones de Perdona a tu pueblo, pusieron en práctica todo ese trabajo con De Vuelta al porvenir como banda sonora. Los capataces avisan a sus hombres de trono y estos comienzan con el trono totalmente quieto para después ir variando la cadencia del paso y su amplitud en función de la música. El resultado emociona a la calle, que rompe en aplausos a cada variación del paso, y a los propios portadores, que cuando bajan el trono se felicitan efusivamente. La estampa se repitió en Martínez Maldonado con Presentado a Sevilla y Nazareno del Cerro entre la emoción de algunos de sus capataces.

La virgen de Nueva Esperanza, con un bonito exorno floral a base de rosas blancas con un ligero tono rosa, fue acompañada por su parte por la Banda de Música de Las Flores, que abrió su repertorio con Virgen de Nueva Esperanza cuando el trono aún no había salido a la calle y prosiguió, entre otras, con Coronación de la Macarena, Madre Hiniesta y Candelaria.

Se aproximaba Nueva Esperanza a calle Mármoles, pero las gotas no cesaban y los pronósticos no ayudaban. Sus filas de nazarenos, además, se habían incrementado este año en un número considerable, lo que dificultaba la capacidad de reacción. Nada, en esos momentos, invitaba a adentrase en el centro de Málaga. Así que, lo que prometía ser una gran estación de penitencia por las calles de la ciudad quedó en un amago. Pero no todo fueron malas noticias. El regreso antes de tiempo permitió que el barrio disfrutara con plenitud de la vuelta de la cofradía. Los vecinos abarrotaron las calles y acompañaron a sus titulares aprovechando la temprana hora creando un ambiente mucho más multitudinario.

El Nazareno del Perdón y la Virgen de Nueva Esperanza volvieron a andar en paralelo en las inmediaciones de su Casa Hermandad en torno a las 22:00 horas y se encerraron una media hora después arropados por un barrio que ayer, muy a su pesar, regresó unos cuantos años atrás en el tiempo.

Sol en el Perchel

Nadie tuvo dudas de que la Cofradía de la Estrella iba a salir, aunque iniciaron su recorrido con cinco minutos de retraso (19:05). Desde la casa hermandad salían notas musicales a través de un sistema de megafonía. Alguien pulsó el stop porque el sonido que tenía que escucharse era el del momento de la salida, donde no hubo pulsos. El Señor salió sobre un monte de claveles rojos y a los sones de Marcha Real, Silencio y Bendición, marchas tocadas por la banda de cornetas de la Estrella.

El alcalde Alhaurín el Grande, Juan Martín Serón, dio los primeros toques de campana en el trono del Señor mientras que el concejal de Urbanismo de Málaga, Manuel Díaz, hizo lo propio en el de la Virgen. "Es un orgullo llevar a vuestra madre sobre los hombros", dijo Díaz.

Los arbotantes del trono de la Virgen presentaron nueva cara gracias a una restauración necesaria. La Estrella lució una saya bordada por Salvador Oliver y un fajín rojo bordado. La Virgen salió con el Himno Nacional seguida de Estrella del Perchel (Miguel Pérez), Esperanza de Triana Coronada (José Albero) y Triana de Esperanza (Claudio Gómez).

Tampoco hay que obviar a las numerosas mantillas que conforman el cortejo, al igual que las presidencias. Por un lado, la Policía Local, hermano mayor honorario de la corporación, iba en la sección del Cristo, mientras que representantes de los distintos cuerpos militares fueron en la sección de la Virgen, ya que representaban al Ministerio de Defensa, que también está hermanado con la cofradía.

El desquite del Rescate

Mientras Nueva Esperanza decidía darse la vuelta, la cofradía del Rescate aguardaba acontecimientos en su Casa Hermandad de calle Agua. Las previsiones que tenían en la mano hablaban de un bajo porcentaje de lluvia hasta las 20:00 horas y de ausencia de peligro a partir de esa hora hasta bien entrada la madrugada. Pero a las 18:15, quince minutos antes de la salida de la cofradía victoriana, la lluvia era constante. No demasiada intensa, pero sí lo suficiente como para hacer dudar a más de uno.

Las puertas se abrieron minutos antes de las 18:30. Todo parecía seguir el guión previsto, pero lo cierto es que en el interior de la Casa Hermandad aún se analizaban las últimas previsiones recibidas. A la hora oficial de salida, no se movía un alma. En la calle Agua no se cabía y en la calle Victoria ya aguardaban varios centenares de personas, pero nadie sabía a ciencia cierta si finalmente se iba a poder ver al Rescate en la calle. 20 minutos después, se anunció la buena nueva: el Rescate saldrá a cumplir lo que no pudo en 2010.

Y es que si había una cofradía ayer con ganas de echarse a la calle, esa era la de calle Agua. El incidente con la pletina del palio de la virgen que evitó que el año pasado se pudiera completar el recorrido había marcado a los hermanos del Rescate, que por unos instantes se volvieron a temer lo peor. Pero ayer, al fin, pudieron ver a María Santísima de Gracia andar en su trono gótico bajo su palio nuevo, que tras las pruebas realizadas en las semanas previas se movió sin ningún tipo de problema. Completó el conjunto el manto de la dolorosa, que restaurado y ampliado lució más hermoso que nunca.

El inicio de la procesión tuvo un acto emotivo. Rafael Recio, hermano mayor del Rescate, cedió su martillo a Mario Moreno de la Cruz, hermano mayor de La Sangre, para que fuese él quien diera los primeros toques de campana en el trono de la virgen. Fue el modo en que la hermandad victoriana agradeció a La Sangre todo el apoyo que le ofreció el año pasado cuando tuvieron que parar y bajar a la Virgen de Gracia en las inmediaciones de calle Dos Aceras.

El señor del Rescate fue acompañado por la Banda de Música de Vera+Cruz de Alhaurín de Grande, que inauguró su repertorio en calle Agua con la acertada Nazarenos del Rescate, mientras que tras el trono de la virgen tocó la Banda de Música de La Esperanza, que se estrenó con Cristo de la Humildad, algo menos adecuada. Destacable el orden de las filas nazarenas, ya palpable desde calle Victoria, con los nazarenos muy pegados entre sí y separados de la acera para evitar el paso de la gente entre sus filas.

Azul cielo

A pocos metros de calle Agua no había dudas. Las últimas noticias recibidas del Centro Metereológico eran positivas y los hermanos de la Sentencia salieron a la hora prevista (19:30). Pese a la media hora de retraso con la que emprendió su camino la cofradía que le precedía, no se vio obligada a hacer ningún parón gracias a la celeridad del Rescate por llegar hasta calle Alamos. Cuando la cabeza de procesión de la Sentencia entró en la plaza de la Merced, la Virgen de Gracia se encontraba ya en el lado opuesto de la plaza.

El color morado de los nazareno de la sección cristífera tomó calle Frailes en poco tiempo luciendo orfebrería, completamente restaurada por los talleres Herpoplat, a los sones de En tu barrio nazareno, interpretada por la Banda Municipal de Torredonjimeno (Jaén), y se dirigió hacia la Plaza de la Merced con Nazareno y Gitano. El cielo comenzaba entonces a despoblarse de nubes. Las seis mantillas que seguían a Nuestro Padre Jesús de la Sentencia daban pasa a la sección de la virgen, cuyos capirotes celestes parecían fusionarse con un cielo cada vez más azul. El sol salió al fin. Y desde mitad de calle Frailes, María Santísima del Rosario, imponente con un exorno floral a base de rosas rosas, salía de su Casa Hermandad sobre el mar turquesa que formaban las nuevas faraonas de sus hombres de trono. Le recibió en la calle la marcha Encarnación Coronada y su Dios te salve cantado por los integrantes de la Banda de Música de la Virgen de la Soledad de Cantillana (Sevilla) y por los propios hombres de trono, una de las más escuchadas a estas alturas de Semana Santa.

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