Maremágnum meteorológico
Las procesiones del Jueves Santo 2019 en Málaga
La lluvia cambió el panorama del Jueves Santo con procesiones atrasadas, suspendidas y taponadas
La Esperanza retrasó su salida mientras Misericordia no salió del Perchel
Málaga/El sendero del Gólgota es el que inició Jesucristo a partir de la Sagrada Cena. El camino hacia una pasión donde cambiaría el rumbo de la humanidad. Desde la tristeza de sus discípulos, el miedo, la negación y la ruptura. Convertida en una vorágine de la que sólo podría salir con la luz del tercer día.
El Jueves Santo volvió a enfrentarse a una lluvia tan insistente como desagradable y dejó ver esas flaquezas de una ciudad poco preparada para las sorpresas. La suspensión de procesiones, el retorno por otros caminos y los cortes del fanatismo exacerbado a la Legión dificultaron el tránsito a casi todas las cofradías, exceptuando Misericordia, que decidió dar marcha atrás en cuanto conoció la senda intransitable de una jornada triste que recordó al caos vivido en el Jueves Santo del año 1998, con plásticos y retornos inesperados.
Sagrada Cena
A pesar de las dudas iniciales y de la decisión de atrasar la salida, la hermandad de la Sagrada Cena informó a sus hermanos que las puertas se abrirían cuando el sol comenzaba a despuntar junto a un cielo azul que no hacía presagiar la deriva de la tarde. La corporación ganó enteros en su camino hacia el cercano recorrido oficial abriendo la jornada, ocupando una posición lógica dentro de las escenas pasionistas.
Con las primeras gotas de la segunda mitad de la tarde llegó la corporación de Puerta Nueva a la Alameda Principal. Nada hacía presagiar los cambios que deberían efectuar después para volver a su casa hermandad. El Señor contó con un exorno floral distinto al de otras ocasiones, con variedad de colores, y destacó la nueva túnica de Santiago el Menor, bordada en hilo de oro sobre azul.
Tras intentar continuar con su paso habitual, girando por Duque de la Victoria, la corporación decidió recortar recorrido con el trono del Señor a punto de enfilar Casapalma. La corporación seguía aguantando la lluvia por Méndez Núñez y cesó al alcanzar Carretería.
Santa Cruz
Una hora más tarde de lo previsto se abrieron las puertas de San Felipe Neri. La hermandad tomó la decisión de retrasar su salida ante la inestabilidad del tiempo y de acuerdo con el resto de cofradías de la tarde. El objetivo, ganar tiempo y no retrasar los horarios marcados en el recorrido oficial. El cortejo tuvo que suprimir así su paso por Pozos Dulces, recortar su itinerario y tiempo de paso para acceder por calle Granada a la tribuna oficial.
La Virgen de los Dolores en su Amparo y Misericordia estrenaba nuevos faroles, coronitas y cascabullos. Todo un acierto. Las piezas ejecutadas por el taller de orfebrería Montenegro aportan mucho al conjunto de la dolorosa que sigue dando pasos hacia adelante. Completaba la estampa del trono un exorno floral compuesto por un monte de corcho con flores variadas en las ánforas y en el friso que bordea el cajillo. Al pie de la Santa Cruz aparecía una azucena como símbolo de pureza.
A destacar también la valiente decisión de esta hermandad en Cuaresma. Tomen nota las cofradías que todavía no se ajustan a las necesidades y la sinceridad que reclaman los nuevos tiempos. Tras finalizar el periodo de tallaje, lanzaron un comunicado a través de sus redes sociales en el que confirmaban que todavía faltaban algunos puestos por cubrir. Solo un par de días más tarde los varales estaban completos. No quedó una sola papeleta de sitio por repartir. La transparencia y la sinceridad siempre suman.
El sonido de los tambores roncos se mezclaba con las notas de la U. M. del Maestro Eloy García, que ponía un año más la música tras la Santa Cruz. En calle Guerrero interpretaban la marcha Mektub y, ante la casa hermandad de la Sangre, Stabat Mater. Poco ha tardado en consolidarse un repertorio que encaja como un guante en la idiosincrasia de la hermandad.
La lluvia aparecía de forma intermitente a medida que avanzaba la tarde. Ya a paso ligero, la cruz guía dejó atrás el recorrido oficial para alcanzar la Catedral. El interior del templo servía de refugio. Cubrieron el trono con plástico. Las previsiones mejoraban a partir de las 22:00. La hermandad, ante el nuevo parte meteorológico, decidió entonces continuar camino de San Felipe Neri.
Recortaron su itinerario y cruzaron por la plaza de Uncibay el centro histórico. Una lástima que la corporación nazarena no pudiera regresar por el recorrido proyectado. Este incluía la plaza de la Merced y la calle Jinetes, un entorno que recuerda el tiempo en el que la hermandad salía el Viernes de Dolores por la feligresía.
Viñeros
No era el ambiente más propicio para la corporación, pero el Nazareno de Viñeros contó con un cielo abierto cuando las puertas de su casa hermandad se abrieron de par en par para iniciar su estación de penitencia. Más tarde de lo inicialmente previsto se incorporaba al concierto procesionista la cofradía, con la responsabilidad de llegar hasta la Catedral para dar sentido a su salida, tal y como marcan los Estatutos de la Sacramental.
El Señor salía a los sones de la agrupación musical San Lorenzo Mártir con una catequésis sonora recomendable para oídos duros y para quienes conocen bien esta historia: una versión del Heme aquí de Marco Frisina; Gabriel`s Oboe, de Ennio Morricone y Alma de Cristo. Con el movimiento de su túnica lisa color vino salía a la calle a dar su bendición con la llave del sagrario en su mano.
Metros después lo haría la Virgen del Traspaso y Soledad con la novedad de contar con la banda Santa Cecilia de Sorbas, una formación que ha demostrado con creces su fortaleza en otras ocasiones. Los sones de María Santísima del Dulce Nombre sirvieron para abandonar Biedmas y ganar Carretería, abierta a un público que no esperaba a la Legión. Un público más cofrade.
Sin embargo, la lluvia sorprendió a la corporación nazarena en pleno recorrido oficial. Ante el intento de salir por plaza Arriola, el cortejo de Mena y los propios espectadores impidieron la posibilidad y debieron continuar hasta la Santa Iglesia Catedral, soportando la discontinua lluvia. En su interior se hizo la estación de penitencia con normalidad, con Juan Manuel Montiel y María Lourdes Benítez a órgano y voz. Su salida tiene sentido y el ejemplo de su cortejo ante las inclemencias debe ser tenido en cuenta.
Zamarrilla
Las nubes surcaban calle Mármoles y la lluvia no quería dejar tregua a los hermanos de Zamarrilla cuando su cortejo encaraba los últimos metros antes de acceder al eje que lleva al recorrido oficial. Poco margen de maniobra había, aunque subir por Fajardo existía como posibilidad para volver a su casa hermandad. La hermandad decidió continuar para salvar las irregulares precipitaciones.
La Virgen de la Amargura sorteaba las gotas del cielo mientras uno de los portadores debió a subirse a recolocar uno de los faroles que rematan sus arbotantes en la rampa de la Aurora. El atavío y el exorno de la Dolorosa fueron uno de los grandes atractivos: rosas de pitiminí, nardos, fresias, rosas y lisiantum en blanco. Igualmente, el tocado de la imagen recordaba estampas pretéritas con un gusto exquisito trasladado al siglo XXI.
En el momento en que el cortejo llegaba a la plaza de la Constitución, la cruz guía de Mena apuraba metros junto a la Virgen de la Amargura. La lluvia más intensa sorprendió por Larios y Martínez, donde se pusieron los plásticos a las imágenes. Ya en este punto la decisión estaba tomada: volverían por plaza de Arriola a su casa hermandad. Sin aspavientos ni recorridos exagerados que pudiesen ser mofa de nadie. Dejando atrás parte de un recorrido oficial que, de haber culminado, obligaba a caminar muchos más metros ante el cambio horario de la Esperanza.
Vera+Cruz
Ante los cambios de la jornada, Vera+Cruz decidía retrasar su salida 30 minutos. Las puertas de San Juan se abrieron finalmente a las 19:25. Sobre calas moradas y un monte de corcho se elevaba la figura de Jesús muerto en la cruz. Lo escoltaban 130 nazarenos que vestían túnicas negras con la Cruz de Malta en el pecho y cinturón de esparto. Entre ellos, la reliquia del Lignum Crucis que la corporación consiguió el sacerdote Federico Gutiérrez Serrano en Roma.
El Cristo de la Vera+Cruz se adentraba en silencio en la calle Calderón de la Barca. Una vez superada la estrechez de la calle el trono de detuvo. El cortejo sufría un parón de 20 minutos. Viñeros, de camino a la tribuna oficial, impedía su paso por la calle Cisneros. Sonaron los toques de campana pasado el tiempo de espera. El trono se levantó por primera vez con los acordes de una banda de música. Hasta ahora al crucificado lo acompañaba una capilla que interpretaba adaptaciones de marchas fúnebres. Este otoño la junta de gobierno de Fusionadas decidía darle otro corte al Señor.
Abandonaba así Vera+Cruz el clima de silencio y recogimiento que tanto le caracterizaba. Lejos queda ya su salida de madrugada para visitar la Catedral y regresar a la Iglesia de San Juan sin transitar por el recorrido oficial. La imagen más antigua de cuantas procesionan en la Semana Santa de Málaga ha perdido definitivamente su identidad. Su esencia. Ahora se suma a la nómina de las cofradías de la tarde del Jueves Santo. Una más. Pudo estrenarse pues la A. C. Banda de Música Maestro Infantes de Los Barrios (Cádiz), conocida por su tradicional participación en la Goyesca de Ronda. La primera marcha tras el trono del Señor fue Valle de Sevilla.
El mal tiempo no iba a permitir a Vera+Cruz regresar a la Catedral. Desde 2014 la sección de Fusionadas no cruza el patio de los naranjos. Este Jueves Santo tampoco pudo ser. La lluvia seguía haciendo acto de presencia y tuvieron que volver cuanto antes a su templo. Abandonaron el recorrido oficial atravesando Atarazanas para tomar la plaza Arriola. Intolerable actitud del público allí congregado que no permitió el paso de la cofradía y taponó el acceso. Tras esperar a que la Virgen de la Soledad de Mena despejara la zona, emprendieron su camino de regreso por el recorrido más corto. A las diez menos cuarto el cortejo del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz se encontraba al completo en la Iglesia de San Juan.
Mena
A las 17:20 una familia despliega sus sillas de playa en la calle Carretería. Unos minutos más tarde, quizás sorprendidos por la poca afluencia de público, se percataron de su error. La Legión no iba a pasar por allí aquella tarde. Este entorno sigue perdiendo adeptos con el nuevo recorrido oficial en marcha. Mena y Esperanza se veían obligados a abandonar este enclave tan tradicional en la Semana Santa malagueña por la extensión de sus itinerarios.
Para Mena la lluvia nunca ha significado nada más allá que eso mismo. Lluvia. La estampa del Cristo de la Buena Muerte iluminado por las gotas de lluvia durante el traslado matutino se iban a repetir horas más tarde en calle San Jacinto. Mena sale. Pese a todo, y a todos. Ante la Basílica de la Esperanza, una lluvia intensa hacía que la multitud allí aglutinada se viera obligada a sacar sus paraguas.
Los portadores del trono del Señor miraban a un lado y a otro. Trataban de consular con el público lo que el resto de las cofradías de la jornada habían decidido. Los asistentes, también desubicados, no lograban contestar con precisión. De hecho, nadie podía vaticinar lo que un rato después sucedería. Como si nada pasara, los legionarios cantaban El Novio de la Muerte bajo una lluvia incomoda e incesante. Un sector del público aplaudía con entusiasmo, otro se dedicaba a grabar con el móvil lo que delante de sus ojos acontecía.
La Virgen de la Soledad saldría de la casa hermandad minutos más tarde. El tiempo dio un respiro para que el palio ochavado de la dolorosa conquistara la plaza Fray Alonso de Santo Tomás. La banda propia de la cofradía interpretaba la Salve Marinera y Coronación de la Soledad. Las calas blancas de las ánforas del trono embellecían un conjunto en el que nada sobra.
El tiempo no hizo tambalear su decisión. Ni tan siquiera a las 21:30, cuando Zamarrilla y Vera+Cruz decidían volverse, hizo por rectificar su trayectoria la Congregración. Cuando el público creía que el cortejo seguiría la estela de la Virgen de la Amargura y enfilaría la calle Prim para regresar al Perchel, la cruz guía tomo la curva de Atarazanas con Torregorda. La decisión ya estaba tomada, seguirían adelante con el plan establecido. La noche del Jueves Santo les esperaba con el cielo más despejado. La candelería de la Virgen lucía encendida al completo cuando, pasadas las 23:15, avanzaba a paso lento por el mercado de Atarazanas. A los sones de La Virgen de Sevilla, la Soledad se sumergía en la oscuridad de la noche.
Misericordia
El Chiquito no pudo salir del Perchel. Minutos después de que el trono saliera de su casa hermandad, en la calle Ancha del Carmen un severo aguacero sorprendió a la cofradía. Rápidamente la procesión decidió deshacer sus pasos y regresar a la espera de que la lluvia amainara. El mal tiempo no daba su brazo a torcer, empeñado en deslucir el día. El Jueves Santo estaba para entonces patas arriba con cofradías tratando de regresar a su casa hermandad o a los templos. Ante este panorama, el hermano mayor tomaba la decisión de suspender definitivamente la estación de penitencia.
Los tronos se mecían minutos después en el interior de la casa hermandad junto a la Iglesia del Carmen. Los hermanos de la corporación se agolpaban frente al dintel de la puerta. La Banda de Cornetas y Tambores del Cautivo interpretaba las marchas Muéstranos Señor, tú Misericordia y Ruega por nosotros. Hacía lo propio la Banda de Música de Arriate, que no pudo estrenarse tras el manto de la Virgen del Gran Poder.
Esperanza
La espera en la Basílica parecía eternizarse. La noche llegaba y los hermanos desconocían si saldrían o no mientras la decisión se tomaba en los despachos de la casa hermandad de calle Hilera. Las probabilidades de lluvia disminuían a partir de las 20:00 pero viendo el impertinente temporal vivido, ¿cómo se puede acertar? Sólo con paciencia.
La corporación nazarena anunció que saldría a las 22:00, 45 minutos más tarde de lo inicialmente anunciado. Mientras algunos descapirotados paseaban hacia ninguna parte, otros nazarenos vestidos desde casa por completo sorteaban el repetido fervor legionario en su camino a la casa hermandad.
Con los partes meteorológicos sobre la mesa, la corporación decidió salir a la calle, dejando su barrio por el puente de la Esperanza para llegar al centro histórico. Mientras Mena transitaba por el recorrido oficial y Zamarrilla liberaba el pasillo de Santa Isabel, la cofradía cruzaba a la ciudad. Con la túnica lisa y la cruz de orfebrería salía el Nazareno del Paso, cuya bendición se repetiría por dos veces en la plaza de la Constitución -la oficial y la del pueblo- en la voz del pintor Eugenio Chicano. Por su parte, la Virgen de la Esperanza abandonó la basílica con su himno de Coronación, obra de Perfecto Artola, acompañada de centenares de nazarenos verdes con sentimiento puesto en un Perchel que, metros más abajo, dejaba atrás a Misericordia.
No hay comentarios