Romero en el suelo, Esperanza en la calle y Málaga en pie este Jueves Santo
La Virgen de la Esperanza ha sido recibida entre aplausos y gritos de emoción
Jueves Santo en Málaga, en directo: solo falta Esperanza para completar otra gran jornada de procesiones
El Jueves Santo huele a romero. La expectación ha sido grande. Este es su año. La Esperanza aparece para reencontrarse con su pueblo antes de ir a Roma por el Jubileo. La Archicofradía del Paso y la Esperanza, cuando el pueblo se vuelca, responde. A las 21:30 exactas, la hora prevista de su salida, las puertas de la Casa Hermandad se han abierto.
Con la Cruz de Guía a la cabeza, el barrio del Perchel. Los nazarenos, vestidos con túnica y copirote de color morado y escapularios bordados, han empezado sus andares con elegancia y han avanzado por la calle Hilera. El cortejo ha avanzado sin prisa ante unas calles abarrotadas de fieles, algunos de ellos vestidos con jerséis verdes para ir acorde a su Señora, una de las protagonistas de la jornada.
Los monaguillos han empezado a repartir las aclamadas estampitas del Cristo, dejando un camino de peticiones, preparando las pisadas del Nazareno en este nuevo capítulo de su historia. Con andar corto y firme, el Dulce Nombre de Jesús Nazareno del Paso ha salido a la calle. Imponente. Majestuoso. Como mirando al alma de los allí presentes. La Banda de Cornetas y Tambores de la propia archicofradía lo han acompañado de nuevo.
Mientras tanto, en el interior de la Casa Hermandad, las miradas la buscan a Ella. La Virgen de la Esperanza, la Reina del Perchel. Cuando aún el trono del Nazareno no había cruzado del todo el puente, su Madre ha empezado a colocarse para la salida. Unos toques de campana han bastado para levantarla hasta el cielo. Vestida de fe, amor y devoción. La Banda Musical del Paso y la Esperanza han puesto el sonido a su primer paso, acompañada por vítores y aplausos espontáneos.
"¡Viva la Virgen de la Esperanza!", "¡Viva!", "¡Arriba!", han gritado a la Virgen. Mecida, ha cogido la curva con delicadeza mientras el público ha aplaudido con fuerza. A sus pies, una alfombra de romero que ya han ido esparciendo los monaguillos, dejando el aroma convertido en emblema y perfume del Jueves Santo en Málaga. La Virgen de la Esperanza ha vuelto a conquistar el corazón de su barrio y el alma de una ciudad volcada con ella en su año. Porque en Málaga, siempre la Esperanza.
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