Salud cura el alma de sus devotos este Domingo de Ramos en Málaga

La plaza de San Pablo se ha rendido a la Virgen de la Salud y al Cristo de la Esperanza en su Gran Amor

Domingo de Ramos en Málaga, en directo: Málaga se echa a la calle para vivir un gran Domingo de Ramos

María Santísima de la Salud en la Semana Santa de Málaga
María Santísima de la Salud en la Semana Santa de Málaga / M.H

Málaga/Del bullicio al silencio solemne y respetuoso. Las puertas de San Pablo se han abierto a las 18:44, a la hora prevista de su salida este Domingo de Ramos. Los primeros nazarenos, con las túnicas blancas y los capirotes morados, asomaban por la puerta. Pocos minutos más tarde, el Cristo de la Esperanza en su Gran Amor ha captado los cientos de miradas de los devotos en la plaza de San Pablo. El titular crucificado cruzaba por la puerta a las 18:55 cuando se ha callado su pueblo, contemplando su señorío.

Mecido con delicadeza, el Cristo ha avanzado por el dintel de la parroquia poco a poco, sin prisa, ante la mirada de los centenares de asistentes. Casi en un suspiro, los hombres de trono han levantado al crucificado y la multitud ha aplaudido de forma espontánea. A mecidas lentas, suaves, haciéndose hueco entre sus fieles, el Cristo de la Esperanza en su Gran Amor ha avanzado hacia el corazón de la plaza San Pablo al ritmo que ha marcado la Banda de Cornetas y Tambores Jesús Cautivo, que lo han acompañado con pausa, deleitándose y gozando del momento. Saboreando un nuevo Domingo de Ramos en el barrio.

El trono ha parado en mitad de la plaza, momento que han aprovechado los más devotos para alzar sus teléfonos al aire y capturar un momento tan único como especial. De nuevo, los hombres de trono lo han levantado con fuerza para seguir su recorrido. "¿Qué se le dice al Cristo? ¡Guapo, guapo y guapo!", ha coreado al unísono toda la plaza, haciendo retumbar cada recoveco de San Pablo, celebrando que su titular puede salir a la calle este año.

Después de que el año pasado no pudiera salir, y tras los pasos del Cristo de la Esperanza en su Gran Amor, ha aparecido Ella bajo un silencio sepulcral. Los allí presentes han querido dejarse llevar con los pasos mecidos de los hombres de trono, que, con cuidado, han bajado por la rampa de San Pablo. La Virgen ha avanzado a ritmo lento, pausado y suave. Tanto que ha dejado sin aliento a sus más fieles.

La Banda Musical Nuestra Señora de la Paz ha marcado el tempo de sus andares, un compás solemne para el inicio de su procesión. Un reencuentro sentido tras dos años sin poder verse las caras, en una plaza llena que, minuto a minuto, ha ido aglutinando a más personas.

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