Y reinó el silencio en Santo Domingo con Dolores del Puente

Málaga/Eran cerca de las 17:15 cuando las puertas de la Iglesia de Santo Domingo se abrieron para que Dolores del Puente saliera en procesión. Con el silencio reinando en la plaza de Fray Alonso de Santo Tomás los nazarenos con sus túnicas negras comenzaban a adentrarse en el pasillo de Santo Domingo, tras la Banda de Cornetas y Tambores de Flor entre Espinas (Loja) que abría el cortejo procesional.

El olor a incienso llegaba a la plaza desde el interior de la iglesia. Los primeros toques de campana ya anunciaban que el Santísimo Cristo del Perdón iba a salir en unos instantes. Y así lo hizo. Con la marcha Plegaria al Cristo del Perdón, interpretada por la Banda de Música de Santa Cecilia (Málaga), salía al sol de este Lunes Santo. Instantes después comenzó a procesionar Nuestra Señora de los Dolores Coronada, que siguiendo los pasos de su hijo, se dirigió hacia el pasillo de Santo Domingo con los sones de la Banda Música Maestro Eloy García de la Archicofradía de la Expiración.

Con algo de retraso en el horario establecido, cerca de las 20:10, llegaba la Cruz Guía al Recorrido Oficial. En ese momento los más pequeños desde sus sillas intentaban llamar a los nazarenos para pedirles cera y estampitas del Santísimo Cristo del Perdón que estaba terminando de recorrer la calle Especería.

Pero todo cambió en un parpadeo. En cuanto la cabeza de varal asomó por la plaza de la Constitución volvió a hacerse el silencio. Las familias ya no hablaban, los niños no pedían estampitas y habían guardado ya sus bolas de cera. Los sones de la banda de música y el piar de los pájaros eran los únicos que se escuchaban en el Tribuna Oficial cuando pasó el Cristo.

Los acordes de Coronación de Desiderio Artola anunciaban la inminente llegada de Nuestra Señora de los Dolores Coronada a la Tribuna Oficial. Lo único que interrumpía a la música eran las indicaciones de los capataces del trono. “Andando y a la derecha”, “la cabeza todo recto”, “venga señores que llegamos”. Estas eran las frases que los 140 hombres y mujeres portadores de la virgen escuchaban sin cesar.

Avanzando lentamente y con los nazarenos blancos del Cautivo cerca, Dolores Coronada dejó atrás calle Larios y se adentró en Atarazanas con la marcha Mater Mea. Siguiendo su recorrido, Dolores del Puente continuó avanzando hacia la Catedral, donde realizó su Estación de Penitencia y regresó a su templo, dejando a su paso a un público enmudecido por su majestuosidad.