El vínculo que une al hombre y a Dios

Las distancias se acortan desde los arrabales hasta el centro histórico l El Cristo de la Humillación procesionó en el 75 aniversario de su hechura por Palma Burgos

El vínculo que une al hombre y a Dios
El vínculo que une al hombre y a Dios
José Luis Pérez/ Juan Romera Fadón

12 de abril 2017 - 07:41

CAMINOS siempre entrelazados. El Martes Santo converge en la plaza de Uncibay con el pleno delas seis hermandades. Un vínculo debatido durante largo tiempo para buscar una solución que acabó uniendo irremediablemente el tiempo y el espacio. Un mismo núcleo que pasa del blanco victoriano al azul perchelero en cuestión de horas.

ROCÍO

Pasaban algunos nazarenos con sus túnicas blancas y moradas dirección a Lagunillas cuando, en la Tribuna de los Pobres, varias familias comenzaban a colocar las sillas en primera línea de calle, presagio de lo que acontecería unas horas más tardes. Cada Martes Santo, el barrio de la Victoria se convierte en uno de los enclaves por excelencia de la Semana Santa. Era la segunda vez que la Virgen del Rocío pisaba las calles de su feligresía desde la Coronación Canónica y, si de algo se puede dejar constancia, es que el grado de devoción de los malagueños se ha incrementado aún más si cabe.

Pese al sobresalto vivido la noche anterior, en el entorno cofradiero se había recuperado la calma. La plaza Párroco Ruiz Furest era un hervidero de aplausos en el momento en el que la cofradía puso la cruz guía en el portón de la Casa Hermandad. Abría el cortejo por primera vez la banda de cornetas y tambores del Cautivo, seguido de un número de hermanos más que numeroso portando cirios rojos con motivo del carácter sacramental de la hermandad. El trono del Nazareno de los Pasos en el Monte Calvario salió a los sones de la Marcha Real mientras la emoción se vivía en los ojos de una señora que le lanzaba un beso a su Cristo. Avanzó por calle Altozano con la idiosincrasia propia de una cofradía con un barrio a sus espaldas. Acababa de pasar la agrupación musical de Vera Cruz de Campillos cuando un abuelo con su nieta en brazos dijo: "Vamos a cruzar para verle más de cerca la cara a la Virgen". La herencia en vida que aquel hombre dejaba a los más pequeños con cariño y devoción.

No asomaba el arco de campana por el atrio cuando los congregados ya rompía en aplausos y vivas. La banda de música de la Esperanza se estrenaba detrás del manto de la Virgen del Pío Mollar. La calidad mostrada por los músicos de la Archicofradía fue tal que difícilmente podía notarse el cambio de acompañamiento musical.

Sonaron las marchas Rocío Coronada a la salida y Esperanza, Reina de Málaga para efectuar la curva de Altozano, maniobra que culminó con una fortísima ovación y una retahíla de vivas que una señora gritó emocionada mientras se santiguaba. Después, se secó las lágrimas con un pañuelo que se guardó como recuerdo en el bolso. "Esa novia, esa novia. Esa novia bonita", gritaban una devotas del pueblo calé que recordó al particular homenaje de aquel 12 de septiembre.

Con el palio ya adentrado en la Cruz verde y bajo una lluvia de arroz y pétalos, un mar de capirotes blancos enfiló por Mariblanca buscando Carretería, donde se volvería a vivir esos momentos de religiosidad popular que justifican las prisas por ser los primeros a la hora de colorar las sillas en la calle.

PENAS

Acababa de enfilar la Virgen del Rocío la curva de calle Fajardo a los sones de Hossana in Excelsis cuando la cruz guía entraba en calle compañía. En el entorno de Pozos Dulces se respiraba un ambiente de seriedad y recogimiento impregnado por la excelencia del cortejo nazareno que empezaba la catequesis en la calle a las 17:30. Las filas nazarenas, compactas y en máximo orden, transcurrieron durante largo rato con una elegancia que caracteriza a la Hermandad.

Inmerso en una nube blanca de incienso y entre los balcones que minutos más tarde se aproximarían en demasía al palio, comenzó a identificarse la silueta de la portentosa talla de Buiza. Una atmósfera solemne que se tan solo se vio interrumpida por la discusión de un hombre que intentaba cruzar entre la multitud. "¿No le da vergüenza? Va a pasar el Señor" respondían, y nuevamente el silencio. Avanzaba el Cristo de la Agonía a tambor ronco cuando el arco de campana se introdujo en calle Compañía. La Banda de cornetas y tambores de la Esperanza interpretó de manera espléndida Réquiem, Eucaristía y Virgen de la Paz mientras el trono efectuaba una maniobra medida al milímetro.

Lo único que rompía el silencio eran los pasos cortos de los portadores y la voz del capataz de la cabeza que gritaba: "Andamos y a la izquierda. Otro paso más". Una tremenda ovación que culminó cuando el trono se bajó en calle Fajardo.

El entorno recuperado, y muy acertadamente por la Hermandad, componía una pieza única embellecida por el transitar de los nazarenos de la Virgen de las Penas. De fondo se oía el tintineo de las bambalinas con las barras de palio que se mezcló rápidamente con la inconfundible palillera de la caja. El trono de la Virgen comenzó a girar despacio y con mecidas muy cortas. El varal trasero rozó la pared sin interrumpir la maniobra. Las borlas chocaban ligeramente con la ventana de un balcón de calle Compañía. Todo estudiado, todo en armonía.

Tras la complicación inicial, la Virgen de las Penas se enderezó y sonó Valle de Sevilla. La primera se desparramaba tras ese manto de flores en el que se dibujaba la bóveda central de la Catedral. Nada quedaba expuesto al azar y en ese cúmulo de perfección, las Penas continuaron su caminar para hacer estación de penitencia en el Primer Templo.

NUEVA ESPERANZA

Avanzaba por calle Hilera el meritorio cortejo que cada Martes Santo la cofradía de Nueva Esperanza pone en la calle. Con orden y a un ritmo ligero obligado por la distancia, los nazarenos morados del Nazareno del Perdón discurrían por delante de la Basílica de la Archicofradía de la Esperanza.

A los sones de la agrupación musical de Ecce Mater de Cádiz, el trono del Cristo comenzaba a perfilar la maniobra para adentrarse en el salón de trono. Allí les recibieron los hermanos de la Esperanza. Resulta más que curiosa la estampa de los portadores santiguándose ante la talla de Benlliure una vez que las patas del trono tocan el suelo. El hermano mayor de la cofradía de Nueva Málaga, que servía a su cofradía en la posición de capataz, dirigió una oración a los Titulares del Jueves Santo.

Nuevamente, dos toques de campana y, al tercero, el varal al hombro. Volvía sobre sus propios pasos el trono del Señor para recuperar su posición ante un mar de miradas congregado en la rotonda de Lola Carrera.

Tras el discurrir de los nazarenos con túnicas blancas y capirotes verdes, se produjo un momento más que típico vivido cada Martes Santo. El sonido de la inconfundible marcha Himno de Coronación acompañó el giro del trono de la Virgen. Frente a frente, las dos Esperanzas: una Nueva (con 25 años en sus espaldas); la otra, perchelera y, como se dice, de toda la vida. Ambas intercambiaron ramos de flores en un gesto de hermandad. Volvieron a sonar las campanillas cuando los hombres de trono maniobraron hasta alinear el trono con el cortejo. Allí, a lo lejos, se veía a un portador descalzo, sintiendo sobre sus pies la penitencia de casi catorce horas en la calle, de un sentimiento que no entiende de distancias, y de la plegaria, seguramente por algún familiar, a la Virgen de Nueva Esperanza. La procesión se lleva por dentro aunque hay casos concretos en los que esto se materializa sobre un hombro, un capirote o simplemente la desnudez de unos pies.

ESTRELLA

El barrio de El Perchel cubre en cada jornada cofradiera su expediente con las corporaciones que desde su interior procesionan. La hermandad de la Humillación, convertida en referente hoy, volvió a suspirar por su otrora salida desde Santo Domingo. Sin embargo, el trabajo abnegado de los hermanos comienza a notarse. Queda mucho por pulir aún, pero bajo las túnicas empieza a verse una nueva realidad. La sección infantil, para crear escuela, debería ser parte del cortejo tras la banda de cornetas y tambores de Bomberos, nunca delante. El reflejo de los más pequeños está detrás.

La plaza de Fray Alonso de Santo Tomás se convirtió en uno de los lugares de encuentro simbólicos. Frente por frente estuvieron el Cristo de la Humillación y Perdón y la Virgen de la Soledad Coronada. Ambas cofradías tenían algo que celebrar. Hace 75 años que Francisco Palma Burgos talló a la Sagrada Imagen que sobre trono de caoba y plata procesionaba, al igual que el crucificado de la Buena Muerte. Con un pulso celebró la corporación su paso por este enclave.

Más adelante, llegaría el momento de reencontrarse con la archicofradía de la Esperanza, que tocó las campanillas al paso del trono por calle Cerezuela. El cortejo avanzó a tambor para recuperar tiempo y espacio con el acompañamiento de la banda de Fusionadas.

El cortejo comenzó a verse envuelto por los miembros de la Policía Local, hermanos mayores honorarios de esta corporación. Al fondo, la figura del trono de la Virgen de la Estrella hacía presagiar que la Dolorosa se convertiría una vez más en luz. Sus nazarenos supieron guardar el tipo en largas filas de terciopelo azul. Las mantillas prescindieron de los bastones y pasaron a llevar velas y redujeron ampliamente el número, entendiendo que su presencia tiene sentido a partir del Triduo Pascual.

Con los últimos segundos de la tarde, la cofradía se aproximó al recorrido oficial para cumplir su cometido. Con buenos mimbres todo consiste en seguir creciendo.

RESCATE

La casa Kodak quiso presentar sus nuevos carretes en color con la cofradía del Rescate. El colorido de sus túnicas serviría de punto de partida para demostrar la calidad de sus películas sin saber que dejaría para la historia un recuerdo rojo, amarillo, gris, morado y negro.

En La Victoria había muchas esperanzas puestas en ver la maniobra casi imposible de salida del rincón de calle Agua, pero pocos son los privilegiados que año tras año pueden acceder al vial. Máxime cuando el Señor del Rescate estrenaba sus nuevas cabezas de varal realizadas por Manuel Toledano y doradas por Alberto Berdugo. Al milímetro medida y probada, las órdenes de la campana fueron responsabilidad de Teresa Porras que no perdió el temple ni dejó de mirar los angustiados ojos del Cristo ya preso.

El conjunto del Señor, con la renovación de los ropajes del grupo escultórico, está casi finalizado. El arco de campana pedía algo más para culminar un soberbio trabajo que, con el paso de los años, ha mostrado que el nivel de exigencia en el Rescate es cada vez mayor. Con la agrupación musical San Lorenzo Mártir tras el conjunto procesional, el trono realizó una exquisita maniobra de entrada a Carretería.

Al final de una larga fila de capirotes oscuros llegaba el trono de la Dolorosa. Perfecto Artola sirvió como autor de apertura con Virgen de Gracia puesta en las notas de la banda de música de Zamarrilla. El único conjunto gótico de la ciudad contará en 2018 con unas cuidadas cabezas de varal y arco de campana según diseño de Curro Claros. Mientras, las plegarias enviadas a la Virgen de Lastrucci se hacían palmas en la Plaza de la Merced. Las fuerzas del orden estuvieron a la altura con la difícil entrada en Álamos.

SENTENCIA

Los toques de aviso de la campana hacían que los últimos nazarenos y portadores se preparasen para la salida. La apertura de la puerta Alejandro Rodríguez Gómez, representante escuela ingeniería industrial por acuerdo de junta de gobierno. A los sones de la Marcha Real se abrían los portones verdes dejando ver el interior del salón de tronos presidido por la cruz guía y la dulce miradas de Jesús de la Sentencia. Los últimos nazarenos rezagados llegaban sin capirote para ser dirigidos al interior de la casa hermandad por hermanos que exigían más seriedad.

A los pies del Cristo de Martín Simón brotaron espigas por el carácter sacramental de la Hermandad, cuidando al detalle la decisión de Pilatos que, como cada Martes Santo, se lavó las manos para mandar a Jesús al Gólgota. Los primeros toques de campana correspondieron a María del Mar Cristófol, pregonera de la Hermandad y vocal de Caridad, quien acunaba su hijo, ya cofrade para mantener viva la historia familiar desde la cuna. Consuelo Gitano para enfilar hacia la plaza de la Merced. Sentencia estaba en la calle. El contrapunto llegó con la Virgen del Rosario en sus Misterios Dolorosos. Se dilató en el tiempo el paso de los nazarenos hacia el Mercado de la Merced y el trono salió directo desde el interior de la casa hermandad en cuanto todo estuvo dispuesto. A los sones clásicos de la Trinidad Sinfónica salió ante la atenta mirada del actor Canco Rodríguez, que se mantiene fiel a su cita con la Semana Santa. A su lado, un pequeño le decía a su padre: "yo quiero llevarla", asegurando el futuro bajo los varales de la Virgen.

La Virgen guardó una cuidada estética y un atrevido exorno floral mientras en su mano relucía un rosario que perteneció al cardenal Herrera Oria que fue realizado en el siglo XIX. La Plaza de la Merced se antojaba lejos aún, pero el paso firme y de banda a banda de la calle continuaba su discurrir sobre una alfombra celeste de faraonas de corte clásico para sus hombres de trono.

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