Investigadores españoles hallan una terapia que retrasa un tipo de cáncer

Con el nuevo tratamiento, los facultativos han logrado mejorar la evolución del tumor, demorar su progresión y aumentar la supervivencia de los pacientes con mieloma múltiple activo.

EFE

01 de agosto 2013 - 11:52

Madrid/Un grupo de investigadores españoles ha descubierto un tratamiento precoz del mieloma asintomático de alto riesgo, que deriva en un cáncer denominado mieloma múltiple activo, con el que han logrado mejorar la evolución del tumor, retrasar su progresión y aumentar la supervivencia de los pacientes. El mieloma múltiple es un tipo de cáncer que se produce por la transformación maligna de las células plasmáticas, presentes en la médula ósea y responsables de producir, en lugar de inmunoglobulinas normales, un único tipo de inmunoglobulina llamado componente monoclonal.

El nuevo tratamiento es el resultado de un ensayo clínico realizado por el Grupo Español de Mieloma (GEM-PETHEMA), que publica en su número de agosto la revista médica The New England Journal of Medicine, y que ha sido coordinado por los doctores Jesús San Miguel y María Victoria Mateos, del Servicio de Hematología del Hospital Universitario de Salamanca con la participación de 21 hospitales españoles y 3 portugueses.

Los resultados del estudio ponen de manifiesto, según han explicado este jueves en rueda de prensa los responsables de la investigación, la necesidad de identificar como un grupo diferente a los pacientes con mieloma asintomático de alto riesgo, así como la conveniencia de considerarlo como un mieloma sintomático en fase precoz.La posibilidad de que un tratamiento precoz en esta fase pueda mejorar la evolución del mieloma múltiple supone un cambio en la práctica clínica habitual ya que los pacientes no eran tratados hasta que no aparecían los síntomas del tumor. Estos síntomas son lesiones óseas que producen dolor óseo, anemia, hipercalcemia o insuficiencia renal.

Según ha explicado San Miguel, los nuevos fármacos para el mieloma múltiple que han aparecido en los últimos años han permitido aumentar la esperanza de vida "de forma notable" hasta situar la supervivencia media entre los cinco y los siete años. Existe, ha dicho, una fase previa a la aparición de los síntomas denominada "mieloma quiescente (smoldering) o asintomático", en la que se ha centrado el ensayo clínico, en la que quienes lo padecían no recibían ningún tratamiento al no presentar síntomas.

Mateos ha precisado que el riesgo de que estos pacientes se conviertan en sintomáticos es de 10% anual, lo que significa que la mitad de los enfermos padecen el tumor en un periodo de cinco años. No obstante, el riesgo no es uniforme en el tiempo, lo que se traduce en que hay diferentes tipos de pacientes con mieloma asintomático y que los investigadores españoles ya clasificaron en tres: los de muy bajo riesgo de transformación a mieloma activo, los de riesgo intermedio y los de alto riesgo, en el que en más de la mitad se producía la conversión en mieloma múltiple en menos de dos años, y en el que se ha centrado el ensayo.

En el estudio han participado 120 pacientes de los que la mitad no recibió ninguna terapia hasta la aparición de los síntomas, mientras que al resto se les administró un tratamiento antimieloma. El tratamiento consistió en administrarles lenalidomida, un fármaco inmunomodulador nuevo que había demostrado una alta eficacia en los enfermos con mieloma activo, junto con dexametasona, un corticoide, una terapia que, además, se administra por vía oral y tiene un excelente nivel de tolerancia.

Los resultados del ensayo mostraron un porcentaje de respuesta al tratamiento superior al 80%, al tiempo que se cumplía el principal objetivo del estudio: reducir la progresión de la enfermedad a mieloma sintomático (5,59 veces menos que los pacientes no tratados). San Miguel ha añadido que un 74% de los pacientes no tratados ya han progresado a mieloma activo mientras que de los tratados precozmetne con lenalidomina y dexanetasona sólo lo han hecho un 22%. Ha destacado además, que la terapia aumentó la supervivencia en los pacientes tratados precozmente con lenalidomida y dexametasona de los que un 94% seguía vivo a los cinco años, frente al 78% de los no tratados.

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