Madrid eximirá de Educación para la Ciudadanía a los alumnos que objeten

Cinco colegios ya han decidido "en bloque" no impartir la asignatura

Efe / Madrid

07 de marzo 2008 - 05:01

La consejera madrileña de Educación, Lucía Figar, anunció ayer que el Gobierno regional aceptará las objeciones de conciencia a la asignatura de Educación para la Ciudadanía que se presenten en la comunidad y declarará a estos alumnos "exentos de cursar la asignatura y ser evaluados" por ella.

Figar hizo estas declaraciones a la prensa tras la reunión que mantuvo ayer con el Foro de la Familia, Profesionales por la Ética, Concapa (Confederación Católica de Padres de Alumnos), CECE (Confederación Española de Centros de Enseñanza), la Fundación San Pablo CEU y la Cofapa (Confederación de Padres de Alumnos).

La consejera señaló que la Comunidad de Madrid "espera una auténtica avalancha de objeciones" a la asignatura de Educación para la Ciudadanía tras la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) y una vez que cinco centros educativos ya "han objetado en bloque".

Estas seis organizaciones son "las principales promotoras de la objeción de conciencia" y "son las que se están haciendo cargo de la defensa de los derechos de padres y familias, que están en contra de que sus hijos estudien la asignatura de educación para la ciudadanía", ha indicado Figar.

"Si no hay ningún cambio legal en la implantación y el desarrollo de la asignatura de Educación para la Ciudadanía para el próximo curso -que todo podría ocurrir-, nosotros estimaremos positivamente las objeciones de conciencia que se planteen en cualquier centro de la Comunidad de Madrid", según manifestó la consejera.

De esta manera, "los alumnos que objeten quedarán exentos de cursar esta asignatura y de ser evaluados de la misma", ha indicado, antes de precisar: "daremos instrucciones a los centros educativos para que todos los objetores reciban la adecuada atención educativa durante el horario de esta asignatura".

Lucía Figar matizó que esta atención se encuadrará en el "marco de la autonomía de los centros" y podría consistir en "hacer trabajos" o en permanecer en la biblioteca, pero nunca podrá ser "discriminatoria la atención extra que reciben con el resto de los alumnos".

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