Spanair reconoce que permitió el despegue tras "aislar" un problema
La compañía señala que la resolución tomada por la tripulación fue acertada y no ha encontrado "ninguna anormalidad" · La aerolínea rechaza que sus trabajadores actúen fuera de los límites regulados
Spanair considera que el despegue del vuelo JK5022, que el miércoles se estrelló en el aeropuerto de Barajas causando la muerte a 153 personas, estuvo dentro de los procedimientos habituales. El subdirector general de la compañía, Javier Mendoza, aclaró que "el comandante retornó a la torre e informó de un calentamiento excesivo en la toma de aire" del MD82, situada debajo de la ventanilla del copiloto, avería que fue "tratada y aislada" por el personal de mantenimiento, que "despachó el avión".
En una multitudinaria rueda de prensa, Mendoza insistió en que han revisado el procedimiento y no han encontrado "ningún tipo de anormalidad". En el tratamiento de la avería, los mecánicos quitaron el interruptor de la toma de aire, con lo que el avión se considera "aceptable para vuelo". En cualquier caso, el subdirector general de Spanair aplazó sacar conclusiones hasta que se termine la investigación, para la que se cuenta con las cajas negras del avión, aunque una de ellas está dañada, según precisó el subdirector de la compañía.
Además, sobre la jubilación de aviones que va a emprender la compañía, Mendoza explicó que la lista se iba a terminar esta semana, pero, en cualquier caso, afirmó que "no se puede decir que este avión estuviera especialmente elegido". De hecho, Mendoza incidió en que la serie MD80 tiene unos registros de seguridad muy elevados y, en concreto, precisó que el avión estrellado contaba con 32.000 horas de vuelo (el equivalente a 28.000 ciclos). Por eso, rechazó que Spanair vaya a retirar de circulación toda la flota de este modelo.
Los dirigentes de la aerolínea española evitaron en todo momento especular sobre las causas del accidente ya que, según dijo el director general de Spanair, Marcus Hedblom, "no sirve de nada y puede confundir a los afectados y familiares". Por su parte, el presidente del grupo SAS, máximo accionista de la aerolínea española, Mats Jansson, que viajó desde Pekín hasta Madrid para estar cerca de los afectados, dijo que "tenemos disponibles un número importante de personas para gestionar la crisis".
En cualquier caso, ambos se remitieron a las conclusiones de la investigación para poder hacer valoraciones al respecto. "Hemos aportado a los técnicos de la Dirección General de Aviación Civil toda la documentación y los registros técnicos del avión siniestrado y serán ellos los encargados de determinar las causas", precisó Hedblom. En este sentido, los responsables de la segunda aerolínea española informaron también de que se han puesto en contacto con McDonell-Douglas, fabricante del avión, y con expertos estadounidenses de la NTCB.
La aerolínea rechazó asimismo que sus trabajadores actúen fuera de los límites regulados, tal y como aseguró el sindicato de pilotos Sepla en un comunicado en el que decía que "el dimensionamiento de la plantilla está provocando continuas presiones y amenazas por parte de la dirección para que los tripulantes y el personal de mantemiento transgredan las normas, incluyendo vulneración de límites de actividad".
De hecho, el presidente del Comité de empresa de Spanair en Palma, Jordi Mauri, negó ayer que la tripulación que pilotaba el avión de la compañía que sufrió el accidente hubiera realizado un exceso de horas de trabajo. "Exceso de horas no había de ninguna de las maneras", señaló Mauri.
Por otra parte, los directivos de Spanair quisieron transmitir un mensaje de apoyo y solidaridad con los afectados y justo antes de iniciarse la conferencia de prensa se guardó un minuto de silencio. "Como director general de Spanair quiero expresar mi más hondo pesar por este desgraciado accidente y unirme en su dolor a los familiares y allegados de todos los fallecidos y heridos. Es una pérdida irreparable y nos sentimos desconsolados. Los pasajeros, nuestros empleados y sus familiares son nuestra principal preocupación y a ellos estamos dedicando todos nuestros esfuerzos", dijo Hedblom.
Mientras tanto el Gobierno, por boca de la vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, anunció la creación de una Oficina de Atención a las Víctimas del accidente aéreo ocurrido en el aeropuerto de Barajas.
De la Vega compareció ante los periodistas tras una reunión de tres horas y media celebrada en el Palacio de La Moncloa, que encabezó el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y a la que asistieron los titulares de los ministerios que trabajan en las tareas de investigación y atención a las víctimas del siniestro.
Acudieron el titular de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba; el de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, y el de Sanidad, Bernat Soria, así como la ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, que se personó una vez comenzada la reunión tras acompañar a los Reyes en su visita a la Terminal 4 del aeropuerto madrileño.
El Gobierno decidió además decretar tres días de luto oficial en toda España, desde hoy hasta el próximo domingo, y mantiene conversaciones con el Gobierno de Canarias para decidir si se celebra en las islas un funeral, aparte del que ya ha convocado el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.
Asimismo, el ministro de Interior y la titular de Fomento coordinarán todo el operativo necesario para trasladar a las víctimas y a sus familiares al lugar en el que los fallecidos sean enterrados.
De la Vega hizo hincapié en subrayar que la comisión de expertos independientes que investiga el accidente se encuentra trabajando ya con total intensidad y exhaustivamente, de modo que cumpla "el compromiso" del Gobierno de llegar hasta las últimas consecuencias. Los expertos proceden de la Agencia Europea de Seguridad Aérea, del fabricante del avión, McDonell Douglas-82, y de la Administración de los Estados Unidos.
A pesar del accidente, remarcó que el sistema de control y de supervisión aérea que se aplica en España, al igual que en toda Europa, es "exigente", si bien ha insistido en que la investigación desembocará en "la absoluta certeza de los hechos y de las causas" del siniestro, y siempre con la máxima transparencia y rigor posibles.
De la Vega no quiso adelantar conclusiones sobre las posibles causas del accidente y expresó nuevamente el dolor y la solidaridad del Gobierno con las víctimas, a las que ayudarán en todo momento, y agradeció el trabajo del personal sanitario, de las fuerzas de seguridad del Estado y el "buen funcionamiento" de las administraciones central, autonómica y local.
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