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Mikel Lejarza
Toulouse
Ciudad del Vaticano/La cumbre que se está celebrando en el Vaticano con los líderes de la Iglesia católica abordó la necesidad de que los obispos rindan cuentas sobre su omisiones y cómo hacerlo.
La segunda jornada de esta cita histórica con la que la Iglesia católica espera crear un punto de inflexión en la lacra de los curas pederastas se ocupó de la rendición de cuentas.
Especialmente significativa fue la ponencia del obispo de Chicago (Estados Unidos), el cardenal Blase J. Cupich, que dio a los 190 líderes de la Iglesia católica, entre ellos 114 representantes de las conferencias episcopales de todo el mundo, las bases para garantizar la responsabilidad de los obispos.
"Las madres y los padres nos han llamado a rendir cuentas, porque simplemente no pueden comprender cómo nosotros, cómo obispos y superiores religiosos, a menudo nos hemos cegado ante el alcance y el daño del abuso sexual de menores", les dijo el cardenal estadounidense.
Puntualizó que "todos los mecanismos para reportar acusaciones de abuso o mal manejo de casos de abuso contra un obispo deben ser transparentes y bien conocidos por los fieles" y además sugirió que se creen "mecanismos independientes de información en forma de una línea telefónica específica y un servicio de portal web para recibir y transmitir las acusaciones".
Además Cupich propuso "el establecimiento de un fondo común a nivel nacional, regional o provincial para cubrir los costes de las investigaciones a obispos" en los hipotéticos casos de abusos y habló de "involucrar y consultar a expertos laicos" en las investigaciones.
"Las víctimas y sus familias, así como las personas que presentan la acusación, necesitan ser tratadas con dignidad y respeto, y deben recibir una atención pastoral adecuada", propuso, además de que "ninguna persona debe ser discriminada o sufrir represalias sobre la base de la denuncia".
Igualmente recalcó que "la denuncia de un delito no debe verse obstaculizada por el secreto oficial o por normas de confidencialidad" y recomendó que se puedan "adoptar las medidas cautelares apropiadas, incluido el alejamiento temporal y público del acusado de su cargo".
En la rueda de prensa posterior a la sesión matutina, Cupich explicó que el papa Francisco ha pedido "pasos contratos y resultados concretos" y que cree que algo se empieza a concretar.
Pero advirtió de que "podemos aprobar tantas leyes como queramos, pero si no hay una verdadera motivación por parte de los obispos, no vamos a llegar a ningún lado".
El obispo de Boston, el cardenal Sean O'Malley, apuntó que en estos momentos "no hay nada más urgente para la Iglesia que abordar el abuso, y los crímenes infligidos a los niños y a los adultos vulnerables".
O'Malley explicó que está muy satisfecho con este primer enfoque de la reunión que se ha centrado "en las víctimas" y dijo que "la Iglesia tiene que asumir la importancia y la gravedad de los abusos a los niños".
El cardenal estadounidense destacó también la necesidad de "la colegialidad" para abordarlos.
"Ante las personas decepcionadas, desmoralizadas por la Iglesia, es muy importante el mensaje que se ha lanzado hoy de que todos juntos tenemos que apoyarnos y hacer que la Iglesia sea uno de los lugares más seguros para los menores", agregó O'Malley en otro momento.
La sesión concluirá, como ayer, con el testimonio personal de una mujer europea, una nueva víctima a la que escuchan en esta plenaria.
La jornada de hoy comenzó con una oración y la lectura de un breve testimonio de una víctima: "Cuando fui abusada por un sacerdote, mi madre Iglesia me dejo sola. Cuando necesitaba a alguien en la Iglesia para hablar de mi abuso y mi soledad todos se escondieron. Me siento aun mas sola porque no se a quién acudir".
El Papa, que como ayer asistió a la reunión, publicó un tuit al respecto del tema del día: "Señor, líbranos de la tentación de querer salvar nuestra reputación y a nosotros mismos; ayúdanos a asumir la culpa y a buscar juntos respuestas humildes y concretas, en comunión con todo el Pueblo de Dios".
El Papa fue contundente al considerar que "todo feminismo acaba siendo un machismo con falda". Así lo ha manifestado al elogiar la ponencia que ha pronunciado la profesora italiana de Derecho Canónico, Linda Ghisoni, durante la cumbre antipederastia que reúne en el Vaticano a 190 jerarcas eclesiásticos para poner fin a la lacra de los abusos sexuales.
"Invitar a hablar a una mujer no es entrar en la modalidad de un feminismo eclesiástico, porque al final todo feminismo acaba siendo un machismo con la falda", ha sentenciado el Pontífice, sentado al lado de Ghisoni en el atrio del Aula Nueva del Sínodo donde tienen lugar las sesiones de trabajo.
"Escuchando la intervención de Ghisoni, he escuchado la Iglesia hablar de sí misma. O sea, todos hemos hablado de Iglesia, en todas las ponencias, pero esta vez esta la misma Iglesia la que hablaba. No es solo una cuestión de estilo: el genio femenino que se refleja en la Iglesia es mujer", ha determinado.
Francisco ha señalado que invitar a una mujer a pronunciar un discurso sobre las heridas de la Iglesia es invitar a la Iglesia a "hablar de sí misma". "Es este el paso que debemos hacer con mucha fuerza: la mujer es la imagen de la Iglesia es esposa, madre. Un estilo. Sin este estilo hablaríamos del pueblo de Dios, pero como organización, quizás sindical, pero no como familia alumbrada por la madre Iglesia".
De este modo, ha encumbrado a Ghisoni como "una madre" que ha terminado su discurso contando qué sucede cuando una mujer da a luz a su hijo: "Es el misterio femenino de la Iglesia, que es esposa y madre".
"No se trata de dar más funciones a la mujer en la Iglesia, sí esto es bueno, pero no resuelve el problema. Se trata de integrar a la mujer como figura de la Iglesia en nuestro pensamiento. Y pensar así en la Iglesia con categoría de mujer", ha subrayado.
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