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La que fue pareja del padre Roberto lo había denunciado hasta en seis ocasiones por acoso. La primera la puso en Madrid el 18 de octubre de 2022 cuando ella decide dejar la relación sentimental que tenían y se traslada a Madrid. Es en ese momento cuando, según el testimonio de la víctima, el padre Roberto empieza a acosarla.
El resto de denuncias llegarían sistemáticamente con un mes de diferencia entre ellas porque el acoso del sacerdote no cesaba. No dejaba de llamarla y escribirle correos para que volviera. Sin embargo, la denuncia que más relevancia tiene es la cuarta, puesta en Cartagena (Murcia), porque en ella reconoce que los dos habían tenido una relación a escondidas.
Tras ella detienen al cura y le imponen una orden de alejamiento a la víctima que más tarde quebrantaría mientras perseguía a su expareja por una carretera en Málaga. Esta cuarta denuncia fue relevante porque al haber existido una relación sentimental entre ambos el acoso comenzaría a ser tratado como un caso de violencia de género.
Ahora, mientras la investigación por lo sucedido está abierta, otras dos chicas de la localidad malagueña de Archidona han dado la voz de alarma ante los medios de comunicación por la actitud fuera de lugar que tuvo el párroco con ellas. Les tocaba el pelo o les sugería que se vieran para ir a conciertos.
En una entrevista a Telecinco la expareja del padre Roberto confesó que procuraba “no salir” y si lo hacía, nunca iba sola. “Siempre voy acompañada. Vivo así, siento que me persigue todo el tiempo”, lamentaba. “Él le decía a la gente que éramos primos pero dormíamos en la misma habitación. Todo el pueblo lo sabía”.
La mujer reconoció en su denuncia que había estado viviendo junto al párroco durante seis meses en la casa parroquial. Cuando dejó la relación recibió amenazas por las denuncias interpuestas y vivía con miedo a que le hiciera algo, especialmente por la carretera. “Esto ocurrió meses y por eso tuve que ir al psicólogo”. La víctima confesó que esa sensación de que la perseguían no venía de que estuviera equivocado sino “porque estaba sucediendo”.
Roberto era párroco en Canillas del Aceituno, Sedella y Salares, todas localidades malagueñas. Tras su última detención por quebrantar la orden de alejamiento fue puesto en libertad y, según el Obispado, se encuentra actualmente de retiro.
Desde la institución reconocen que eran conscientes de las desavenencias que había entre el párroco y la denunciante pero alegan que no pueden intervenir porque se trata de cuestiones personales entre dos personas mayores de edad.
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