La vida del Matamendigos, uno de los asesinos en serie más sanguinarios: "Le saqué el corazón y me comí un trozo"
Asesinos en serie
Francisco García Escalero fue un mendigo que asesinó a once vagabundos desde 1987 a 1993
En los 90 fue conocido también como el mendigo psicópata y el mendigo asesino
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Francisco García Escalero, el Matamendigos, nació en Madrid el 24 de mayo de 1954 y murió en agosto de 2014 en el centro psiquiátrico penitenciario de Foncalent (Alicante). El también conocido como el Mendigo asesino fue condenado a 30 años de prisión acusado de haber cometido once crímenes entre agosto de 1987 y septiembre de 1993.
El Matamendigos confesó otros cuatro más que no se pudieron demostrar. García Escalero fue considerado inimputable por su enfermedad mental. Los forenses de la época lo consideraron como un paradigma de la locura.
El tribunal que le juzgó en 1995 lo consideró como una persona "muy peligrosa" y que no podía estar en régimen abierto, por lo que fue internado en citado centro penitenciario.
Infancia y forja del asesino
De niño vivió junto a su hermano mayor entre las chabolas de un barrio madrileño a 200 metros escasos del cementerio de la Almudena. Fue un niño extravagante, retraído y de carácter sombrío y callado. Con una educación nula y un comportamiento que lo hacía pasearse por entre las tumbas por las noches y con un padre que le pegaba palizas cuando hacía esto, creció y fue forjando su agrio y violento carácter.
Escalero sufría frecuentemente impulsos suicidas y trató de quitarse la vida en sendas ocasiones tirándose contra coches que pasaban cerca de él. Los intentos de suicidio eran seriamente castigados con duras palizas por parte de su padre. Por sus intentos suicidas acabó a los 16 años en diferentes pabellones psiquiátricos, que compaginaba con la calle donde subsistía realizando robos pequeños.
En otro orden se dedicaba a masturbarse frente a mujeres y parejas a los que espiaba.
Fue en el año 1973 cuando es ingresado en un reformatorio por haber realizado el robo de una motocicleta. Estaría ingresado allí hasta los 21 años. En esos momentos comete su primer delito importante: entre varios amigos atracan a una pareja cerca del cementerio de la Almudena y violan a la mujer en presencia de su novio. Será condenado a 12 años de prisión por estos hechos. Ya en la cárcel decide tatuar todo su cuerpo con frases como "Naciste para sufrir".
Vida como asesino en serie
García Escalero sale de la cárcel con 30 años y se encuentra desamparado, sin amigos, y sin oportunidad de encontrar ningún empleo. Sin ingresos ni nada que hacer comienza a mendigar para subsistir en la zona de la Almudena. Y es en esta etapa caracterizada por la ingesta de pastillas y litros de alcohol cuando comienza su frenética carrera asesina.
El mendigo asesino no fue muy lejos para encontrar a sus víctimas, sino que hacía su elección entre el círculo de mendigos y prostitutas que frecuentaba en los bajos fondos de Madrid. Para su primer crimen elige a Paula Martínez como víctima. Se trata de una joven toxicómana y que se dedica a la prostitución en la Calle Capitán Haya de Madrid.
Es agosto de 1987 y Paula aparece en las afueras de la capital española sin cabeza y calcinada. Pasarán 9 meses, cuando en marzo de 1988 Escalero vuelve a actuar. En esta ocasión apuñala por la espalda y le aplasta con una piedra la cabeza a un mendigo de nombre Juan. Unos meses después, también en 1988, el asesino de vagabundos vuelve a actuar dándole muerte a un mendigo con el que había convivido en los comedores de beneficencia. Aparece quemado y con la cabeza en condiciones lamentables en una tapia del cementerio de Aluche.
A partir de aquí siguen sus crímenes y todos aparecen igual: los cuerpos están cosidos a puñaladas y la cabeza o aparece aparte decapitada, o muy perjudicadas machacadas con objetos contundentes. A todos les faltarían las yemas de los dedos que el asesino les mutilaría con una afilada navaja.
Los crímenes de Escalero eran simultaneados con orgías necrófilas en los cementerios madrileños. El criminal entraba, profanaba las tumbas, y violaba los cadáveres posteriormente.
En marzo de 1989, otro mendigo llamado Ángel, aparece con la cabeza parcialmente arrancada y sin las yemas de los dedos. Es otra víctima de Escalero. Y en Mayo del 89 le toca el turno a un vagabundo de 65 años que respondía al nombre de Julio. Aparece cosido a puñaladas, con el pene cortado y el cuerpo quemado completamente. La Policía, hasta este momento, no empieza a relacionar los crímenes relatados hasta ahora. Para la Policía no había conexión entre todos los cuerpos aparecidos.
Las siguientes cinco víctimas aparecen con un mismo patrón: todos con mutilaciones, carbonizados y decapitados. La investigación criminal no encuentra solución a los asesinatos.
A los siete años desde el primer crimen, en 1993, Escalero y su compañero Víctor Luis Criado se fugan del hospital psiquiátrico Alonso Vega de Madrid. Se dedican a beber y drogarse durante dos días. A las 48 horas de la fuga aparece el cuerpo sin vida de Víctor con el cráneo hundido y carbonizado junto a unas mantas en la iglesia de los Sagrados Corazones.
García Escalero decide intentar suicidarse de nuevo y se arroja delante de un coche, aunque solo le llevará a partirse una pierna. Una vez en el hospital para curar la fractura confiesa todos sus crímenes a una enfermera y pide encarecidamente que lo detuvieran para no seguir matando.
Jesús Quintero lo entrevista en su celda
El vídeo que acompaña a esta pieza es un fragmento del programa Cuerda de Presos del fallecido Jesús Quintero. El experimentado locutor, periodista y entrevistador onubense consigue ir a la cárcel para reunirse con García Escalero en 1995 tras casi tres años de espera intentando la entrevista. En la misma reconoce que sintió "miedo" al realizar la entrevista.
Las palabras del asesino son tan violentas como terribles. La narración de cómo asesinaba a sus víctimas, lo que sentía y las sensaciones de este asesino en serie son espeluznante. El valor y la frialdad de Quintero en la entrevista es digna de mención.
Algunas de las frases de Escalero
- "Matar no es fácil porque no se morían de momento"
- "Yo creo que maté a 14, pero no estoy seguro"
- "La cogí, la maté, le corté la cabeza y a otro le saqué el corazón y mordí un trozo"
- "La muerte me atrae y me gustaría morirme"
- "Algunos se me escapaban"
- "Esto tenía que acabar mal, porque yo estaba muy raro"
- "Tenía pesadillas y alucinaciones"
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