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El pasado domingo, día 8 de enero, una familia divisó un cuerpo en el mar y pensaron que se trataba de alguien que se estaba ahogando. Cuando llamaron a la Policía para informar de lo que sucedía, los agentes les aconsejaron que no se metieran en el agua porque había aviso por fuertes vientos y el mar estaba muy revuelto.
No hizo falta porque minutos más tarde las olas depositaron el cuerpo en la orilla. Se trataba de una mujer mutilada, sin cabeza ni manos, y con un profundo corte en la zona del abdomen.
Quienes estaban allí grabaron con sus móviles la escena y compartieron los vídeos en sus redes sociales, lo que dio lugar a que muchas personas los vieran. Entre esas personas se encontraban los familiares de una mujer de 46 años mujer de 46 añosque había desaparecido hacía unas horas y que creyeron que el cuerpo que veían en el vídeo era el de su hermana.
Se abrieron, de ese modo, dos investigaciones de forma paralela: una para identificar el cadáver hallado y esclarecer lo que le habían hecho y otra por la desaparición de una mujer de 46 años, vecina de Marbella, que trabajaba en el servicio doméstico de algunas casas.
Del caso de la mujer hallada en el mar se ocupa la Guardia Civil, por ser el cuerpo que tiene competencia en las aguas, mientras que de la desaparición se hace cargo la Policía Nacional. Sin embargo, ambos organismos están trabajando mano a mano porque creen que ambas investigaciones podrían confluir y que se trate de la misma persona.
Mientras que se acordonó la zona en la que apareció el cadáver el día 8 en la playa marbellí de Las Cañas y procedió al levantamiento del cadáver para que se le realizaran las pertinentes pruebas de identificación y autopsia, la Policía se ponía a investigar la desaparición denunciada por los familiares de la mujer de 46 años.
El caso de esta última era especialmente sensible debido a que la chica había mantenido una relación de cinco meses con un hombre de 45 años que la había maltratado. En noviembre de 2021, la ahora desaparecida había decidido acabar con la relación y denunciar a su expareja, a quien le interpusieron una orden de alejamiento que violó en varias ocasiones.
Aunque no había indicios de que este hombre pudiera estar implicado en la desaparición de su expareja, fue detenido en la mañana del lunes 10 de enero por haber quebrantado la orden de alejamiento. Además se procedió a un registro de su vivienda que él mismo autorizó donde no encontraron pruebas que lo relacionaran con la desaparición.
Sin embargo, y estando aun bajo custodia policial, durante la mañana del 11 de enero se procedió a la detención de otra persona, un amigo del presunto agresor y que pudo participar en la desaparición de la mujer.
Por el momento se sigue esperando a los resultados del ADN del cuerpo encontrado en la playa mientras que se ha declarado el secreto de sumario en la investigación por el Juzgado de Instrucción número 5 de Marbella. A pesar de que no se haya descartado ninguna línea de investigación, hay una ausencia de evidencias que puedan relacionar el crimen con el narcotráfico.
Por eso los investigadores mantienen que la hipótesis principal, hasta ahora, es la de que ambos casos están relacionados. En caso de ser así esta mujer sería la quinta víctima por violencia machista en 2023.
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