Tribuna Económica
José Ignacio Castillo Manzano
Las Tres Gracias del presupuesto andaluz y Séneca
Los hechos tuvieron lugar el miércoles, 3 de mayo, en torno al mediodía (13:00 horas), cuando un hombre acudió a la comisaría de Policía para denunciar que un conocido suyo había sido secuestrado, posiblemente en la zona de Benalmádena.
La víctima era un joven empresario de nacionalidad extranjera dedicado a gestionar carteras de criptomonedas y a la compraventa de vehículos de lujo. Tras la noticia se activó un dispositivo de búsqueda en el que participaron agentes de la Udyco Costa del Sol de las comisarías de Málaga y Torremolinos-Benalmádena.
La persona que interpuso la denuncia explicó que había recibido una llamada de un amigo común desde Hungría en la que éste informaba del secuestro al joven empresario. Necesitaba que pusiese los hechos en conocimiento de la Policía de forma urgente, ya que la amiga de su amigo corría peligro.
Al chico que llamó desde Budapest los secuestradores le habían enviado audios y fotografías de su amigo y le habían pedido un rescate de un millón de euros para que lo dejasen en libertad. En una de las imágenes, el empresario aparecía con una pistola encañonándole, directamente, la cabeza.
El rescate del secuestrado pudo darse gracias a que, en un momento de despiste de sus captores, éste envió una foto desde la ventana en la que aparecía el paisaje que se veía desde la casa. Esto permitió a los agentes localizar dónde estaba la víctima y cercar la vivienda, una gran villa de tres plantas de Benalmádena, para proceder a su rescate.
El dispositivo movilizó a medio centenar de efectivos de GOES, Medios Aéreos, UDYCO Costa del Sol, UPR, Policía Científica y el propio negociador. Entre los agentes se encontraba un negociador de la Policía.
Tras cinco horas de intervención, desde que se produjo la denuncia, en torno a las 18:00 horas los agentes consiguieron acceder al inmueble, liberar a la víctima y detener a tres hombres, también de nacionalidad extranjera, por su presunta implicación en los delitos de secuestro, tenencia ilícita de armas y lesiones.
En el lugar del cautiverio, los agentes hallaron dos armas de fuego municionadas, una de ellas con silenciador; una habitación acondicionada con plásticos y unas sierras, 5.000 euros y 1.200 dólares en efectivo.
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