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Madrid/El avión fletado por el Gobierno para facilitar el regreso a España de residentes en Japón, en vistas de las dificultades para encontrar billetes en vuelos comerciales, ha aterrizado en la base aérea de Torrejón de Ardoz con 154 personas a bordo, de las cuales 115 son españoles y familiares de primer grado. La directora general de Salud Pública y Sanidad Exterior, Carmen Amela, ha confirmado que no se han encontrado síntomas de contaminación por radiactividad en ninguno de los repatriados.
El Boeing 747 contratado por el Gobierno, que se ha encargado de recoger a los pasajeros en el aeropuerto de Bangkok (Tailandia) después de que éstos llegaran a esta ciudad en otro avión procedentes de Japón, ha llegado a la base aérea en torno a las 14:30 horas.
Durante el vuelo, los pasajeros han estado acompañados por un funcionario diplomático de la Dirección General de Asuntos Consulares, tal y como ha informado a los medios el director general, Santiago Cabanas, que ha asegurado que los españoles se encuentran "bien" y están "muy satisfechos" de haber podido regresar a España.
Además de los 115 españoles, en este vuelo también han viajado 22 ciudadanos belgas y ocho brasileños, que desde su llegada a Madrid pasan a estar bajo cuidado de sus respectivas embajadas.
El Ministerio de Sanidad, en colaboración con el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), puso en marcha un dispositivo para el control radiológico al que los viajeros pueden someterse voluntariamente.
"No hay ningún riesgo", ha asegurado Amela desde la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), al tiempo que ha añadido que además de los exámenes sanitarios que se han efectuado a los viajeros, también se han llevado a cabo pruebas de radiactividad en ropa, equipajes y el avión en el que han viajado, en los que tampoco se ha encontrado ninguna señal de radiactividad.
Aunque 34 de los pasajeros no han querido someterse a las pruebas, ya que eran de carácter voluntario, los cuestionarios realizados durante el vuelo a todos los pasajeros han confirmado que no existen "ni síntomas ni proximidad geográfica" a la central de Fukushima. "Ninguno de los viajeros vivía a menos de cien kilómetros", ha señalado Amela.
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