Los hombres dedican más tiempo al cuidado de sus hijos tras la pandemia
La implantación de medidas laborales flexibles permite que tanto hombres como mujeres puedan tener una mayor relación de igualdad tanto en el cuidado de los menores como en la ejecución de las tareas domésticas
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El Covid- 19 ha sido un antes y un después en la vida de todas las personas, en algunos casos ha sido el catalizador que ha permitido que algunos roles familiares cambien. Desde el Observatorio Social de la Fundación "la Caixa" se ha hecho un estudio en el que se cuentan cómo ha ido cambiando la sociedad en estos dos últimos años.
Según los datos aportados, la brecha de género en el trabajo se ha rebajado desde que el Covid-19 llegó y ha habido un aumento de hombres que dedican más tiempo al cuidado de los menores, tiempo que antes empleaban en el trabajo y que ahora repercute positivamente en la dinámica familiar. Por el contrario, las mujeres pasan tres horas menos ejerciendo de cuidadoras y aumentaron en una hora más de trabajo no remunerado.
Dos años después de la irrupción del virus, se observa que, a pesar de que los hombres han reducido su dedicación al trabajo no remunerado, continúan dedicando más tiempo al cuidado de los menores que antes de la pandemia (3 horas más a la semana), aunque las mujeres siguen dedicando más tiempo que los hombres a esta tarea. Sin embargo, su implicación en estos cuidados se ha reducido en 3 horas semanales respecto al período anterior a la irrupción del virus (de 33 a 30 horas semanales).
Si los hombres pasan más tiempo cuidando de los menores podrá haber más igualdad en el hogar
A día de hoy las mujeres siguen llevando el mayor peso de las tareas domésticas y los cuidados, ya que le dedican un 62% de su tiempo, los hombres en cambio invierten el 43% de su tiempo en estos menesteres. Aunque parece que se están empezando a producir cambios en los modelos prestablecidos.
Los dos confinamientos padecidos durante los meses más duros de la pandemia ha hecho que esta realidad sea más flexible. El sector masculino se ha implicado un poco más en el cuidado de los menores de la casa y ha llevado a cabo tareas que hasta ahora no ponía en práctica. Esto expone hechos que no se barajaban hasta ahora y para muchas familias ha supuesto un cambio efectivo en la manera de comportarse en casa.
Si los hombres dedicaran más tiempo a las tareas del hogar y las mujeres disminuyeran el suyo, podría llegar a alcanzarse una paridad en cuanto al trabajo no remunerado dentro del hogar.
El teletrabajo y las jornadas intensivas facilitan la conciliación familiar
Uno de los grandes cambios que ha traído consigo la pandemia ha sido la implantación del teletrabajo en muchos casos. Esta herramienta permite que tanto hombres como mujeres puedan tener una mayor conciliación de la vida personal y la laboral. Además de los costes que supone para el trabajador desplazarse diariamente hasta la oficina, gasolina, parking, transporte público y además supone mucho menos estrés, no tener que estar en contacto continuo con los compañeros. Esto permite que los trabajadores sean mucho más productivos y felices con esta nueva adquisición.
Parece que las jornadas de trabajo son ahora más compactas y compatibles con las demandas familiares. Esta tendencia también podría facilitar la conciliación y promover una distribución menos desigual de las responsabilidades familiares.
Las jornadas laborales flexibles permiten que haya igualdad en el hogar
Con la implantación de medidas laborales más flexibles como el teletrabajo , la jornada intensiva o la flexibilidad horaria permite que los hombres puedan desarrollar un rol más activo tanto en el cuidado de los menores como a la hora de ejecutar las labores domésticas. Descargando así la carga tan grande que soportan las mujeres trabajadoras, que además se ven con la obligación de atender casi en exclusiva a los menores y hacer las tareas del hogar.
Para conseguir que la flexibilidad laboral tenga un efecto real en la igualdad de género dentro y fuera del hogar es necesario adoptar medidas para que tanto hombres como mujeres participen de estas prácticas laborales más flexibles. Por ejemplo, establecer un número de días de teletrabajo igual para todos los empleados evitaría la irrupción de un diferencial de género en presencialidad.
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