Ronda, un paraíso para los sentidos

Ronda es desde hace años uno de los grandes destinos del turismo de interior de Andalucía, con una gran riqueza patrimonial y natural que hacen que siga siendo una de las ciudades más visitadas de la comunidad. El Tajo, Puente Nuevo, la plaza de toros, los baños árabes, los palacetes, las murallas o sus iglesias, configuran un conjunto histórico que tiene un gran atractivo para los miles de visitantes que llegan a la ciudad cada día, aunque Ronda va más allá de recorrer el interminable listado de lugares patrimoniales. De hecho, en los últimos meses se han habilitado nuevos caminos que permiten recorrer las murallas de la ciudad por la zona exterior, ampliando de este modo el circuito turístico y conectando de forma directa zonas como el Barrio de San Francisco y Padre Jesús. Allí, los baños árabes, los puentes romano y árabe, la fuente de los ocho caños o el Arco de Felipe V descubren una Ronda que hasta ahora solía pasar desapercibida para muchos de los visitantes que optaban por visitar únicamente la zona alta del casco antiguo.

Además, al otro lado de la muralla también se acondiciona el camino de Albacar, lo que permite descender por los laterales de la cornisa del Tajo y poder contemplar el impresionante cortado rondeño, el Puente Nuevo y sus casas colgantes desde la parte baja, ofreciendo una imagen distinta a la habitual de la ciudad.

A ello se añade el atractivo natural de su término municipal, en el que se enclavan tres parques naturales, estando previsto próximamente que uno de ellos, Sierra de las Nieves, pase a la categoría de Parque Nacional por la riqueza que alberga en su interior, en el que se encuentra un centenario bosque de pinsapos o quejigos de alta montaña, dos endemismos de la zona.

Además de la riqueza patrimonial y natural, que ofrecen una gran variedad de opciones dentro del casco urbano y de aventura en el exterior, la gastronomía es otro de los grandes valores de la ciudad del Tajo, contando con una gran oferta y también con un destacado sector del vino, que ya suma más de una veintena de bodegas.

Precisamente, la ruta del vino se convierte en otro de los atractivos de la ciudad, ya que permite poder visitar y conocer las bodegas, vinos y gastronomía de la ciudad, que cuenta con el privilegio de contar entre su oferta con un restaurante de dos estrellas Michelin, a los que se unen restaurantes con una larga trayectoria e innovadores, que ofrecen una amplia gama para el visitante.