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Unas semanas después de lanzar la función de editar mensajes ya enviados, de añadir la opción de compartir pantalla durante las videollamadas o de anunciar la próxima llegada de los canales (ya disponibles en algunos países), ahora WhatsApp presenta una nueva batería de novedades, en esta ocasión centradas en la privacidad.
La primera de ellas, anunciada en su cuenta de Facebook por el máximo responsable de Meta, Mark Zuckerberg, es la opción de silenciar las llamadas de desconocidos, que se suma a otras características recientes como el bloqueo de chats (para proteger conversaciones confidenciales con contraseña), los mensajes temporales que desaparecen, el bloqueo de capturas de pantalla para la visualización única y la posibilidad de mantener nuestra presencia online privada.
Según explica la aplicación en un comunicado, silenciar las llamadas de desconocidos está diseñado para brindar más privacidad y control sobre las llamadas entrantes.
Permite eliminar automáticamente spam, estafas y llamadas de desconocidos. Estas llamadas no sonarán, pero quedarán registradas en la lista de llamadas, en caso de que queramos revisarlas.
Otra de las novedades es lo que WhatsApp ha llamado comprobación rápida de privacidad, que según aclara busca difundir entre todos sus usuarios los recursos de protección a su alcance.
Esta función guía al usuario por las principales configuraciones de privacidad para ayudarle a elegir el nivel de protección adecuado. Basta pulsar en Iniciar revisión, en la configuración de privacidad, para ver varios niveles que refuerzan la seguridad de mensajes, llamadas e información personal.
Todo esto viene acompañado de una campaña de WhatsApp sobre la importancia de los entornos de comunicación seguros, una serie de vídeos en los que la aplicación de mensajería recrea situaciones que, si no están directamente inspiradas en casos reales, bien podrían estarlo.
Situaciones que a muchos les sonarán y que ponen de manifiesto esa necesidad de espacios seguros que todos, o casi todos los usuarios, habrán podido tener en algún momento. No hace falta que se trate de un problema grave (es evidente que en esos casos es imprescindible); basta con que tengamos algo de lo que queramos hablar sin que nadie más aparte de nuestro interlocutor lo sepa.
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