Tribuna Económica
Joaquín Aurioles
Los inventarios de diciembre (1)
Estudio
Las organizaciones tecnológicas afrontan los próximos meses con incertidumbre respecto a la capacidad para cubrir todas sus vacantes. Existe una escasez endémica de talento tecnológico disponible y serias dudas sobre el modelo laboral que mejor se adapta al nuevo escenario post-pandemia.
¿Más teletrabajo? ¿Un modelo híbrido de presencialidad y trabajo online? ¿Cuál es la receta perfecta para atraer y retener el talento en la organización?
España es un país deficitario de perfiles técnicos y se calcula que se necesitan más de 100.000 profesionales más para cubrir las vacantes más demandadas como expertos en ciberseguridad, analista de datos, arquitectos de tecnología en la nube, entre otras, de acuerdo con DigitalES.
El principal problema no es tanto el aumentar o mejorar los recursos actuales, como retener el talento con el que se cuenta y evitar un exceso de rotación, el attrition rate se convierte en un KPI muy relevante en las empresas. Ahora que las organizaciones se han adaptado a la idea de fuerzas de trabajo remotas e híbridas, ¿es posible aspirar a la globalización del mercado laboral, ampliando las posibilidades de incorporar talento más allá de su procedencia y ámbito geográfico de referencia?
Las capacidades técnicas se han convertido en el principal valor de una organización y velar por su bienestar constituye el aspecto clave para su retención.
Keepler Data Tech, compañía tecnológica especializada en analítica avanzada de datos, enumera los aspectos que considera que hoy en día convierten a una organización en una empresa sana capaz de retener el talento:
Los perfiles técnicos demandan herramientas que les permitan desarrollar su trabajo de la forma más eficiente. Se hace indispensable dotarles de equipo tecnológico de buena calidad y rendimiento, de licencias de software necesarias para acceder a herramientas que permitan el trabajo en equipo de forma síncrona y asíncrona desde cualquier localización, generar entornos virtuales que puedan suplir las reuniones presenciales. Todas estas condiciones les dotan de libertad y capacidad de autogestión.
Desde que el pasado marzo de 2020 las empresas lograran adaptarse rápidamente a las circunstancias derivadas de la pandemia, como fue el teletrabajo, cerca del 70% de los teletrabajadores están satisfechos o muy satisfechos con su situación, según una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
Todas las tareas se han podido seguir desarrollando desde cualquier sitio, con las herramientas de gestión y comunicación adecuadas, y especialmente facilitadas por la nube. Gracias al teletrabajo y a la flexibilidad que aporta esta modalidad, los empleados pueden ser más libres y globales, dándoles la libertad de elegir dónde vivir, porque su oficina está en su ordenador y donde haya una conexión a Internet.
El debate sobre si volver a la oficina o mantener el trabajo remoto se puede concluir en darle la libertad al empleado para que elija lo que mejor se adapte a su vida. Las empresas capaces de aportar este beneficio tendrán ganada gran parte de la batalla de captación y retención del talento.
Cada vez más, el hogar y la oficina están en un mismo sitio. Esto ha generado una extensión en los horarios y un sentimiento de estar conectados en todo momento. Tanto es así que, según el INSSBT, casi el 30% de las personas que trabajan desde casa afirma trabajar fuera de su horario laboral, todos los días o varias veces por semana.
Por ello, permitir a los empleados una desconexión total de sus tareas una vez finalizada su jornada es otro de los elementos que dan paso a un puesto de trabajo sano, respetando sus tiempos de descanso, permisos y vacaciones.
En 2017, Francia se convertía en el país pionero en Europa en contemplar la desconexión digital como un derecho reconocido y protegido por Ley; Portugal también dio el paso hace solo unos meses, lo que pone encima de la mesa un debate que seguramente llegue a España más pronto que tarde.
Consecuencia de los puntos anteriores, y otras medidas, se produce una mejora de la conciliación, entendida como el equilibrio entre vida laboral y personal. La conciliación es una necesidad real de los trabajadores, que contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas.
Favorecer la conciliación permite tener empleados más motivados y mejorar la productividad. A la hora de buscar empleo, la conciliación se ha convertido en un factor clave (66%), tal y como refleja el estudio Randstad Employer Brand Research 2021, en el que se señala como el segundo criterio más valorado tras un salario atractivo.
Si bien puede haber medidas diferentes para fomentar la conciliación, la flexibilidad que ofrece el trabajo remoto junto con la desconexión digital, se presentan como las principales bazas que las empresas deberán tener en cuenta especialmente en lo que se refiere a talento tecnológico.
“En Keepler tomamos decisiones siempre pensando en el impacto en los empleados. Ante la escasez de perfiles tecnológicos en el mercado, es más inteligente apostar por poner medios que eviten la rotación antes que verte envuelto en nuevos procesos de selección una y otra vez para cubrir salidas. El teletrabajo es, ahora mismo, uno de ellos, y no hay marcha atrás. Nos hemos dado cuenta de que el trabajo remoto se ha vuelto una prioridad para muchas personas, y viéndole el lado positivo, a nosotros también nos ha permitido incorporar profesionales estupendos desde todas partes del país, algo que una modalidad presencial no permitiría. Cuando das al empleado lo que necesita para desempeñar feliz su trabajo, su compromiso crece y el beneficio es mutuo”, apunta Adelina Sarmiento, responsable de Marketing en Keepler.
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