"Antonio Recio, tan ruin, debería presentarse a las elecciones"

No, no tiene nada que ver con Antonio Recio. Lo más alejado del tipo cretino y rencoroso. Genera buen humor a su alrededor y llegó a Madrid hace siete años cuando era una figura más que alabada en Cataluña. Su serie en TV3 Plats bruts (Platos sucios) conseguía cifras de partido de Champions y con aquella ficción Alberto y Laura Caballero lo querían para su serie. Le dieron un papel fijo para La que se avecina, que en esta semana próxima inicia la grabación de su sexta temporada y que se estrenaría en Telecinco a principios de 2012. Antonio Recio volverá por sus fueros y Jordi volverá a vestir su personaje. El actor y guionista catalán acaba de publicar un nuevo libro, entre lo autobiográfico y el retrato de la profesión, Humanos que me encontré.

-La mayoría le ha conocido por Antonio Recio y eso marca. Es difícil despegarle de la imagen de un tipo tan mezquino: por lo tanto, enhorabuena por su interpretación en La que se avecina.

-Gracias. Creo que ese personaje reúne todos los defectos humanos y comprendo que tantos espectadores andaluces no me conocieran hasta ahora, así que le tengo que agradecer mucho a Recio. Un tipo tan ruin, tan miserable... sería digno de presentarse a las elecciones, debería presentarse mañana. A ver qué pasaba.

-¿Quiere a Antonio?

-Un personaje así es un bombón. Pero como persona, es un saldo.

-En su libro recuerda sus inicios en el teatro. Estudió enfermería pero acabó en el teatro.

-En mi camino he tenido que ser muy voluntarioso. Escribía obras estudiando teatro, formé mi propia compañía, y ahí es donde nació Krampack. Es el nombre del grupo, de la obra y de la película que se hizo de ella. Me premiaron con el Max por el montaje que protagonizó Félix Gómez...

-En fin, que usted no pasaba así como así por Montepinar.

-Me fui a Madrid con 40 años. En Aquí no hay quien viva interpreté al hermano del cura y ya con la nueva serie me reservaban a Antonio Recio.

-Pero, eso sí, usted llegó a ejercer de enfermero...

-Sí. Terminé COU y estudié Enfermería. Pero en verdad eso no me interesaba, veía qué se podían hacer. En una unidad de Hemofilia en Urgencias estuve durante un año de prueba y ahí me preparé para entrar en la Escuela de Teatro. Tenía cuatro duros y tuve que salir adelante con lo ahorrado como enfermero. Empecé en el teatro con 24 años y estuve un año sin trabajar. Cuando mis padres se enteraron de que iba a ser actor fueron con una vela a Santa Lucía a la catedral.

-Con sus conocimientos de enfermería habrá ayudado a algún compañero sobre el escenario.

-Con algún ataque de asma por el polvo en los teatros he tenido que inyectar alguna vez Urbason a algún compañero, sí.

-Alguna vez la vida cambia de verdad y le llegó la oportunidad.

-En Escuela de Teatro nos echaron una mano y nos dejaron hacer la obra que preparábamos en el Festival de Tárrega. A un promotor le gustó y con los meses llegamos a estrenar en el Teatro Villarroel de Barcelona y Krampack funcionó muy fuerte. Después pasó a Madrid, pero la primera vez, pinchó.

-¿Se puede triunfar en el teatro sin pasar por la televisión?

-Con lo que ganas en la tele puedes pagar los espectáculos teatrales. Todo así es más fácil y ya con Plats bruts podíamos trabajar más a gusto en el teatro. La tele nos permitía financiar el montaje y ya no había que pedir favores por adelantado...

-¿Cómo era Plats bruts? (tuvo seis temporadas pletóricas, entre 1999 y 2002)

-Era una sitcom modelo Friends. Dos chicos que comparten un piso, uno que no llegaba a ser mileurista, que interpretaba yo, y un pijo (Joel Joan). Tuvimos que convencer a TV3 para llevar el público al plató. Teníamos un animador y cada capítulo era una fiesta, al estilo de Siete vidas. Fue muy buen trabajo. Coprodujimos con El Terrat y tuvimos audiencias que superaban un Barça-Madrid. De pelotazo. Nos dieron un Ondas, la doblaron al gallego...

-¿A quién destacaría de 'todos los humanos que se ha encontrado' en todos estos años de idas, venidas, subidas...?

-Yo destacaría a mi padre. Él fue el primero que leyó este último libro porque es el protagonista de la primera parte. Se crió en la posguerra y un día, siendo niño, hablamos a sol as y me dijo: "trabajando no puedes ser feliz. Así es. Me pasó a mí, y a tu abuelo y a tu bisabuelo. Lo que tienes que hacer es casarte, formar una familia...". Mi padre, temeroso, siempre me recomendaba: "tú intenta no destacar nunca". Me he tenido que reponer de todas esas enseñanzas. Él es una persona discretísima, terriblemente prudente, muy religioso.

-Ahora, nos imaginamos, habrá rectificado y se habrá dado cuenta de que, por lo menos con usted, esa estrategia no servía.

-Y ahora todavía me sigue dando consejos.

-¿Cumplió con lo de formar una familia, que es lo que siempre parece que no pueden cumplir los actores?

-Sí, sí. Ja, ja. Siempre que puedo estoy en Barcelona para estar con mis hijos. El resto del tiempo, de trabajo en Madrid.

-¿Y cómo es esa familia de su ficción, el reparto?

-Pues eso, una familia. Tienes cada vivencia... Nathalie Seseña (su infiel mujer Berta en la ficción),que es la última hippy de España. Me llevó a un restaurante-roulotte, comiendo arroz pasado, y te lo tienes que tomar con humor. Hay risas continuas en las grabaciones porque normalmente el texto te llega con poco tiempo y te sigue haciendo gracia cuando dialogas.

-¿Cuándo se enfrascan con la sexta temporada?

-La quinta temporada la terminamos de grabar en junio, poco antes de que concluyera la emisión. Empezamos a grabar de nuevo ya mismo.

-Como la reponen tanto en Factoría de Ficción es como si La que se avecina no se fuera nunca.

-En ese canal la está descubriendo mucha gente.

-Y pese al repulsivo Recio, ¿firma muchos autógrafos?

-Mi personaje al ser de comedia el público lo acepta estupendamente. La gente se acerca con inocencia, te para, sobre todo los niños y jóvenes. Y firmas, claro.

-Y ¿qué está escribiendo ahora?

-Acabo de terminar una nueva obra de teatro, Asesinos todos. La estrenaremos dentro de poco.