'Cardo', dolores y dolorosas en una urbe vacía

María se come la vida a cachos porque no sabe realmente qué hacer con ella. En un noche que se deja arrastrar por la inercia del desencanto aliñado de alcohol termina a las tantas en un tugurio conociendo a un empresario que intenta sobarla.

La noche acaba al mediodía siguiente de muy mala forma. María, aunque es víctima de todos, termina siendo responsable de un accidente y detenida por la policía.

Es el arranque de Cardo, una foto de instagram de filtro oscuro pero realista que incorpora este domingo a la plataforma Atresplayer Premium. Son seis capítulos de media hora que se ven de sopetón aunque para visionarla al completo habrá que aguardar unas semanas.

Ana Rujas es María y es quien ha creado esta ficción por momentos dura y con rasgos de compasiva ternura. Una transgresora historia neo-almodovariana que recorre el barrio de Carabanchel de hoy a través de unas jóvenes que creen tener su existencia sujetada menos María, arrastrada por el viento de una urbe de desamparados. No es casualidad, además, que por sus escenas aparezcan estampas de santos, iglesias como anclas de esperanza y marchas cofrades. Los sones cofradieros acunan a esta dolorosa y dolorida protagonista.

La guionista Claudia Costafreda ha levantado junto a Rujas esta dramedia que cuenta con el respaldo de Los Javis, que han contribuido a hacer realidad esta serie donde la acción se detiene para leer en off los pensamientos de su protagonista, las redes sociales son un soporte narrativo más, y no hay licencias para la comedia fácil y lo previsible. Suma Latina es la productora junto a Buendía Estudios (El embarcadero, La Templanza, La cocinera de Castamar).

“Hay que reivindicar el cardo. Dicen que es feo, pero ¿seguro que así?”, cuestionan Rujas y Costafreda. El relato “es un desahogo, una necesidad de contar lo que sucede en su tiempo” y en su entorno, donde el vacío y el fracaso están triturados por unos tiempos acelerados. Cardo, compendio de soledades reconocibles, es un tragaluz para entender al precariado de treintañeros y veinteañeros que se aferran a tomar los tablones de las crisis consecutivas que hemos ido encadenando en estos lustros. “La realidad es aún peor”, subraya Rujas. Su visionado es a su vez un punto de encuentro entre generaciones.

La joven actriz fue descubierta de adolescente en una serie juvenil, HKM, y apareció en series como Derecho a soñar o películas como Toc Toc. Cardo se ha convertido en el paso para mostrar su universo personal, en unión creativa con Costafreda, que ya había desarrollado en el teatro con La mujer más fea del mundo. Aquel montaje lo creó junto a Bárbara Mestanza. Su guionista compañera había rodado cortos como Benidorm 2017 y se integró en Veneno. La ficción de los Javis, amarga biografía de la fallecida transexual, pesa en las formas y texturas de este Cardo en flor.

Como ya se comentó en el preestreno en el Festival de San Sebastián, Chus Lampreave parece seguir viviendo en Juani Ruiz (que se dio a conocer en Veneno), una mujer trans nacida en la población sevillana Badolatosa. Su personaje es el refugio de María, en la floristería de barrio que regenta, y toda la dulzura tristona que transmite a su vez la expande en la vida real.

Clara Sans y Ana Telenti son las coprotagonistas. Ellas son Bego y Eva, las mejores amigas de María. Una de ellas es la compañera de piso de María, obsesionada con el sexo, y la otra es una convencional joven que desea encarrilar su vida con los conceptos típicos de seguridad. Alberto San Juan es el empresario que vuelca aquella mañana el destino de María y Diego Ibáñez, el vocalista del grupo Carolina Durante, es su hijo, con quien la protagonista entablará una relación.

Yolanda Ramos colabora en esta serie, tal como hizo en Paquita Salas con Los Javis, y augura “una revolución” con este Cardo que sobresale de un año de series españolas donde no han apreciado grandes riesgos ni innovaciones. Hoy en Atresplayer Premium hay una opción bien interesante.