Blanca Romero, presentadora de 'Next Level Chef' se pica con 'MasterChef': "Yo con Pepe Rodríguez..."
El nuevo concurso culinario de Telecinco ofrece hoy su segunda entrega. Se grabó en Dublín "con mucho frío", reconoce la presentadora
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La modelo asturiana Blanca Romero fue aspirante en MasterChef Celebrity y eso le ha abierto las puertas a través de la productora Shine Iberia de la conducción de Next Level Chef. El formato de cocina de Gordon Ramsay aterrizó la semana pasada en Telecinco y ahora afronta su segunda gala tras quedarse diezmada la relación de participantes. Sólo quedan 14.
Pregunta.–¿Cómo cambia un programa de cocina de estar cortando y cocinando a ver cómo lo hacen los demás?
Respuesta.–Soy más consciente de la dificultad de cocinar en un plató. Y más cuando es tan inmenso como el de Next Level Chef. Como presentadora yo he sido muy buena con mis niños. Es mucho más difícil concursa. Te conviertes en alguien muy vulnerable, obligado a competir y mantener ese ritmo.
P.–Es asombroso que con los mismos ingredientes, con la misma receta, no haya dos platos iguales entre unos concursantes.
R.–Ay, es así. Y la cocina que hace uno mismo no sale repetido el mismo plato. Cada tortilla de patatas que hago en casa sale diferente. Es cuestión de mano. Eso demuestra lo difícil que es cocinar y mantener la regularidad.
P.–¿Sufre viendo de cerca a los participantes de Next Level Chef?
R.–Pues sí. Yo sufro viendo esa despensa que va descendiendo. Sólo tiene treinta segundos para hacer la compra y, claro, se te olvidan los ingredientes. Es como cocinar en hora punta, peleándote con los rivales, con los compañeros.
P.–¿Es tan espectacular el plató de tres pisos viviéndolo dentro?
R.–Es aún más grande. Es como cuando vas al teatro y te preguntas, ¿podré llenar esto?Pues te planteas cómo se va llenar. Y con Next Level Chef se llena. Había vida en ese plató. Y días antes se había marchado Gordon Ramsay.
P.–¿Lo dejó ‘calentito’?
R.–Qué va. Hacía frío. Ese plató está en Dublín y hacía mucho frío. Yo tenía mucho frío, presentando con el ombligo al aire.
P.–¿Se está mejor en el ático?
R.–Es una maravilla. El ático es un laboratorio. Tienes para gelatinizar, para cocinar a baja temperatura. Sin embargo el sótano todo está deteriorado, el horno tiene una temperatura fija. Y se pega la comida en las sartenes.
P.–¿Un chef profesional, como los que participan, tiene más posibilidades de arrugarse que un novato?
R.–Es lo que está sucediendo. Tienes una buena materia, pero no tienes herramientas y te ves desbordado. Sin embargo, un foodie con más voluntad puede sacar partido en esas condiciones.
P.–¿Qué vamos a ver a partir de ahora en este programa de Telecinco?
R.–Ahora empieza la mandanga. Los chefs que son jurados y mentores (Francis Paniego, Marcos Morán y Rakel Cernicharo) van a competir entre ellos para ganar. Van a hacer todo lo posible y en ese caso hay estrategia, se les va a ver el plumero. En estos programas va a haber una prueba para hacer un plato monocromático, otra de precisión para el punto de la carne que se dedica... La cosa va a estar muy jodxdx.
P.–¿Pasará de todo en el ánimo de los concursantes?
R.–Por supuesto, hay mucho estrés. Un chef profesional puede estar acostumbrado, pero es difícil controlar las situaciones extremas. Eso a mí personalmente me superaría. Los concursantes pasan por mil estados anímicos.
P.–¿Cómo resumiría a cada jurado?
R.–Los tres mentores se van a picar. Rakel es una intensa.Marcos, que cocina como los ángeles, es el más macarra. Francis, es el ancla, la solera. Muy serio.
P.–Se reencontrará con Jordi Cruz, que es jurado invitado en esta temporada.
R.–Así es, lo he tenido al lado, en lugar de enfrente. Le he mirado a los ojos. Y le he mandado un besín para Pepe (Rodríguez), que me inspiras. Ya sabéis, yo con Pepe que tengo una relación amor-odio con él.
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