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MasterChef Celebrity 9 vivió una final con sus dos aspirantes más jóvenes, las que se batieron en el duelo definitivo ante el jurado del programa de Shine Iberia y Dabiz Muñoz como chef invitado. Y sorprendido por el nivel y el desparpajo de las dos finalistas, la influencer Marina Rivers, que ha tenido un gran comportamiento en todos los aspectos durante su trayectoria en una temporada más insípida, e Inés Hernand, la presentadora que siempre da juego, explosiva en sus respuestas y siempre con ganas de añadir humor y aportar como ha demostrado en sus cinco capitanías en los caos al aire libre Llegó a disculparse este lunes (la final terminó al filo de las dos, como es costumbre) por haber sido metepatas en algunas ocasiones, nada más alejado en su intención siempre, pese a algunas de sus palabras, tras haberse quitado prejuicios. La mayor amiga, por ejemplo, que ha encontrado en el programa ha sido la ex dirigente popular Cristina Cifuentes.
La abogada Hernand, todoterreno cuando se pone ante las cámaras, releva en el título a la actriz Laura Londoño y se esmeró en un menú final reivindicativo, arropada por su pareja, dj Guille, sus amigas Andrea Compton y Nerea Pérez de las Heras y con los compañeros de edición (menos Rubén Ochandiano, enfrentado con la productora Shine Iberia por lo vivido en el plató) jaleándola. De nuevo el aspirante que se libra de la prueba de exteriores final es el que termina venciendo a la postre. Llega con más días de preparación al duelo, para cotejar las recetas con el chef (Mario Sandoval en su caso) que ha tenido de guía, y en el caso de Inés se libró de una engorrosa prueba celebrada en Francia y ante unos comensales bien exigentes en el restaurante de Mauro Colagreco, en la Costa Azul.
Para su menú de las Mil y una Vidas, esas mil y una vidas que guarda la ganadora, tuvo la colaboración del mencionado chef madrileño, elaborando unos platos dedicados a sus seres queridos, su abuela y amigos cercanos, ya que no tiene relación con sus padres. El premio consta de 75.000 euros que ha destinado Hernand a la Fundación Ared y disfrutrará de un cursillo en el Basque Culinary Center.
El menú de la ganadora se abría con una revisión de las Patatas a la importancia, en homenaje a su abuela y a las penurias con una ingeniosa comida de supervivencia. El plato, tan esencial y evocador, emocionó al jurado.
De elaboración principal Inés Hernand presentó Sacando la patita, un plata con solomillo de pichón. De postre, Zona de confor, dedicado a su amiga Nerea, que tenía bizcocho de judía pocha con menta, helado de judía blanca y almendra, gelatina de lichi y sopa fría de cereza, y un techo de isomalt con flores. Una obra de arte que vale un título en MasterChef.
A la final habían accedido también Francis Lorenzo y Pitingo, que en el restaurante francés se vieron desbordados, aunque el onubense estuvo cerca de clasificarse y dejó sorprendido a los foráneos presentes con su cante. Habrá que reconocer que Pitingo ha recuperado voz y le han venido bien estas apariciones suplementarias en MasterChef, donde ha demostrado implicación y nivel. Marina venció en la Costa Azul confeccionado Remolacha de caviar y un postre de hinojo, vainilla y chocolate.
Hernand había salido clasificada para el duelo con la primera prueba habitual del último programa de hacer una receta siguiendo al chef en vivo, en este caso el chef repostero utrerano Jesús Escalera. Menos Francis, los tres compañeros recrearon cerca la elaboración del maestro y la presentadora venció por pequeños detalles. Su pericia se confirmó en ese emocionante menú final de productos sinceros ensalzados con sentimiento.
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