Pedro Piqueras, desde que fue fichado en un casting en directo hasta su jubilación

De entre todos los profesionales de la Casa de la Radio la entonces directora general de RTVE, la cineasta Pilar Miró, quería ver cómo daba en pantalla el director del informativo nocturno de Radio Nacional. Un barbado treinteañero, de frente despejada, que se llamaba Pedro Piqueras. En la renovación de los Telediarios en 1988, cuando la cadena pública se espabilaba para afrontar la competencia con las cadenas privadas, Piqueras iba a jugar un papel fundamental para mantener el prestigio de TVE sin rebajar en índices de audiencia. El objetivo no se cumplió pero fue el rostro fundamental de la información en las noches mientras el gallego Luis Mariñas, Sandokán, se encargaba de la sobremesa.

Piqueras se jubila en Telecinco, donde recaló en 2006 tras una segunda etapa al frente de Radio Nacional con la llegada de Rodríguez Zapatero a la Moncloa. Piqueras contó en TVE el pináculo del felipismo en pugna con el guerrismo antes de proseguir por Antena 3 y, ya con los años, dar las buenas noches tras Pasapalabra y ser visto por más de 3 millones de espectadores. No eran precisamente los datos que iba recogiendo en los últimos tiempos. Este albaceteño del 55, de una familia que tenia una tienda y que desde muy niño se le despertó la vocación del periodismo y la musical (siempre hizo gala de cantar bien y tuvo su banda pop), se despide de la presencia diaria del televisor. Se jubila en Mediaset España cuando ya llevaba varias temporadas sin estar en su mejor momento.

Para llegar al plató del Telediario Pedro Piqueras pasó por el de Jesús Hermida, cuando el onubense hacía Por la mañana. El manchego se va a despedir con la estatuilla del premio Hermida a la trayectoria, un cierre casi lógico ya que fue una entrevista en Por la mañana donde Pilar Miró entendió que estaba dotado para contar con convicción las noticias que veían por entonces quizá 10, 12 millones de españoles a la vez. Y ahí se quedó para siempre en el aprecio popular y de la profesión. Había ingresado en 1977 a partir de unas prácticas y en esos once años antes de llegar al televisor se fajó a fondo en el micrófono. Llegaba curtido a su debut con telegenia.

Tras ser mascarón de proa en los informativos de TVE fue fichado por Antena 3 cuando la cadena de Zeta, Banesto y Manuel Campo Vidal arrasó en Torrespaña y también se llevó para sus noticias a Rosa María Mateo (con los años, desorientada administradora única de RTVE). Y en la dirección de informativos de la privada esta al frente Jesús Hermida, En la cadena privada se hizo cargo del informativo de noche junto a María Rey para atraerse a los espectadores de la cadena pública. Es algo parecido de lo que pretende Mediaset con el fichaje de Carlos Franganillo, que está bien lejos de la audiencia y repercusión que tuvo a quien sustituirá en enero en Telecinco.

Entre los cambios de accionariado de Antena 3 Piqueras pasó a un espacio semanal de reportajes, Espejo púbico (del que tomó su nombre el matinal) y en los informativos del fin de semana tuvo a su lado a una pipiola Sandra Barneda. No terminó de tener su sitio en la entonces cadena Telefónica y cuando fue fichado para dirigir RNE estaba en una tertulia matinal.

Su ciclo definitivo, con una meseta estable donde aprovechó esa inercia de formar parte de las casas durante lustros, fue en Telecinco, a la vera de Paolo Vasile. Fue un fichaje acertado porque venía de desquitarse de su mala experiencia en Antena 3. Piqueras fue nombrado director de los informativos de Telecinco y se puso al frente de la edición de noche. Y con el arrastre de Pasapalabra tuvo un idilio con la audiencia que se rompió de forma involuntaria en vísperas de la pandemia. Ya no era el más visto en las noches y en las transiciones con Sálvame se le aparecía la mala cara de desagrado. Sin Vasile en Mediaset, con 68 años en el carnet de identidad, le ha llegado el momento de decir adiós levantando el trofeo que lleva el nombre de quien le hizo la entrevista decisiva, Jesús Hermida.