Puerta grande para Padilla y Fandi en el cierre de la Feria de Gijón
Los diestros Juan José Padilla y David Fandila El Fandi salieron a hombros en el festejo con el que finalizó la Feria de Nuestra Señora de Begoña de Gijón, y en el que Manuel Díaz El Cordobés, con el peor lote, consiguió también un apéndice.
El Cordobés pasó de puntillas en su primera faena frente a un toro escasísimo de fuerzas, al que recibió con templadas verónicas en el recibo, y al que instrumentó algún pasaje en el toreo en redondo de cierto buen corte, pero sin que su labor tomara altura por la nula colaboración del astado.
Pudo redimirse en parte El Cordobés en el cuarto, un toro noble pero escaso también de fortaleza, al que instrumentó una faena aseada y templada, trufada con sus particulares alardes como el salto de la rana. Cortó una oreja.
Padilla es un auténtico ciclón, de eso no hay la menor duda, y eso a la gente le gusta. Conectó mucho el jerezano desde que se puso de rodillas en el capote, y qué decir en banderillas, donde fue un auténtico torbellino.
Muleta en mano ejecutó una labor de tanta entrega como efectista, que conectó mucho con los tendidos. Al entrar a matar sufrió un susto Padilla, que se llevó un golpetazo en el costado. No obstante, la vuelta al ruedo con las dos orejas seguro que le mitigó el dolor. Con el cuarto, cuya faena brindó al oftalmólogo Fernández-Vega, que le trata desde que perdiera el ojo en 2011 en Zaragoza, volvió Padilla a hacer las delicias de los tendidos con otra faena bullidora y entrega, que le permitió pasear otro apéndice.
El Fandi también gustó al aficionado gijonés con una primera labor de mucha entrega, en la que brilló en un variado y vibrante tercio de banderillas, y en la que interpretó un toreo limpio y de cara a la galería que le valió para cortar un apéndice.
Idéntico guión siguió el torero granadino en el sexto de la tarde, al que cortó otra oreja tras una faena variada y vibrante.
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