Sangre brava, agua fresca para la Fiesta
Extraordinaria novillada de El Chaparral Seis novilleros, seis conceptos toreros, bordan de grandeza una tarde muy especial de torería y triunfos a ley
Hacia tiempo que un festejo no dejaba tan en calma mi afición como el vivido ayer tarde en Valverde del Camino. Fue tal la importancia que tuvo todo, que aún después de una hora y media de terminado, me llena de gratitud hacia quienes fraguaron tanta torería desde el ruedo y tanta bravura guardada con la ilusión como la que derrochó esa gran novillada que ayer lidió como ganadero, en su casa y ante su gente, Juan José Blanco, el dueño del Chaparral.
¡Qué lujo de presentación!, ¡qué bravura más guapa y más noble y cuánto bueno ha criado en esa finquita que con tanta ilusión compró usted para quien tanto quiere! Fue grandísimo verle triunfal y fue grato que esa vuelta al ruedo tan legítima la disfrutará su hijo y con él todos los que sufrimos con las querencias raritas del primero y tanto disfrutamos con la bravura con la que esa grandeza de novillada nos embelesó el resto de un tarde, que quita penas de otras tantas sin brillo.
La otra parte de ese brillo se llevan los toreros. Los que se fueron a pie, los que lo hicieron a hombros, y el que se fue a pie sabiendo que debía haberse ido a hombros.
Seis toreros y seis estilos diferentes para cuajar con sabor de torería una tarde importante. De cabo a rabo se dejó querer el festejo. Ya sean los lances de capotero importante con los que Manolo Triana fraguó la embestida dura y fiera del primero. Genio después cuando llegó la hora muletera, y el novel no entendió de tiempos para que el triunfo se despenara en una larga suerte suprema.
Grandeza en el estilo valiente de guerrero generoso sobre el albero. Valiente David de Miranda, pero también soberbio para llevar y correr la mano con la franqueza de quien se sabe poderoso. Un paso firme más allá del valor para Miranda, que volvió a estar pleno de torería y oficio para entender da cabo rabo a un novillo exigente desde el capote hasta la soberbia d de una estocada que mata sin puntilla.
Generoso David Palanco, entregando todo lo que tiene. Toda la gallardía de quien se siente torero, se viste de torero y se arroja a los brazos de una tarde porque esa es la tarde de su vida. Mejor o peor, pero generoso. Dando todo lo que tiene. Un respeto para tí torero, que además tuviste la suerte de un novillo muy educado y de buena familia.
Pinturero a ratos, profundo en otros, valor y sabiduría de oficio para que Rafael Serna bordara una faena intensa, milimétricamente bella y delicada con un extraordinario novillo. Un excelente compañero de viaje en el que asentar las plantas de un toreo que llena de exquisitez el paladar y que ayer salió rotundo y bonito en la redonda armonía de la faena y de un estocada generosa.
Silvera va sabiendo ya a torerillo importante. Con raza pero con unos aires grandes de toreo, capotero intenso en medio del fragor de una embestida frente al de mas cuajo del encierro. ¡Cómo se van a poder olvidar los inmensos naturales con los que el de Huelva hizo sonar los mejores "bieeeennnnn" de toda la tarde! Cuánta torería para templar, llevar y mandar sobre la encastada bravura del quinto, y cuánta gallardía para encajar la injusta negación de esa segunda oreja que se quedó el palco. Ojalá no se le pudra a nadie.
Al fin, Andy Christian, también diferente, colocó el mejor colofón de una faena que supo llevar arriba entre el coraje y un oficio que destapó cosas importantes frente a otro buen novillo con el que estuvo muy torero y honrado en una labor que entusiasmó por su verdad, clase y emoción.
También te puede interesar
Lo último