Dos décadas del germen dorado

20 años de los Júniors de Oro

Se cumplen 20 años del triunfo de los Júniors de Oro en la final del Mundial sub 19 de 1999 ante Estados Unidos

Carlos Cabezas, Berni Rodríguez y Francis Tomé rememoran aquella cita en la que también brilló Germán Gabriel

La selección sub 19 levanta el trofeo del Mundial de 1999. / Acb Photo
Victor Miralles

28 de julio 2019 - 05:43

El 25 de julio de 1999 no fue un día cualquiera de verano. Fue el día en que el baloncesto español cambió para siempre: el golpe en la mesa y la carta de presentación de la mejor generación de este país, la de 1980. El día en que los Júniors de Oro se proclamaron campeones del mundo en Lisboa ante Estados Unidos con un grupo que más tarde tumbó la puerta de la absoluta, representándola en 18 torneos en los que se conquistaron 12 medallas.

Aquella cita era la de los Juan Carlos Navarro, Raül López, Julio Alberto González, Félix Herráinz, Felipe Reyes o Pau Gasol y los malagueños Carlos Cabezas, Berni Rodríguez y Germán Gabriel. Y de ahí, a las mayores glorias del baloncesto. Campeones absolutos del mundo en Japón 2006, campeones continentales en 2009, 2011 y 2015; platas europeas en Suecia 2003 y España 2007 o en los Juegos de Pekín 2008 y Londres 2012, el bronce de Río 2016... Palmarés inalcanzables que muchos de aquellos protagonistas cosecharon a lo largo de dos décadas doradas.

Es por ello que la FEB que comanda otro campeonísimo como Jorge Garbajosa aprovechó este jueves la I Gala del Baloncesto Español para homenajear al grupo al completo de los Juniors de Oro que dirigió Charly Sainz de Aja. Un grupo de marcado acento malagueño al que también ayudó desde el cuerpo técnico Francis Tomé. Y para rememorar aquella cita, tanto el entrenador malagueño como los ex cajistas Carlos Cabezas (recién fichado por el Nacional de Montevideo uruguayo) y Berni Rodríguez desgranan para Málaga Hoy lo vivido con nostalgia.

Carlos Cabezas: "Siempre se mantenía la misma selección, después de dos oros éramos candidatos"

"Era la carta de presentación. Algún jugador había debutado con sus equipos, era una llamada a la puerta para empezar la carrera profesional. Ahora con la perspectiva ves eso como una cosa ilusionante. No sabíamos lo que estábamos haciendo, pero éramos parte del cambio del baloncesto, teníamos jugadores que han marcado una época", explica Berni, eterno capitán del Unicaja sobre el significado de aquel título.

"La clave de lo que allí pasó fue que el equipo estaba por encima de los jugadores. No estaban los mejores jugadores de España, pero sí estaban los mejores para formar ese equipo", sentencia por su parte Francis Tomé, que asegura que "la estrella de aquello" era el seleccionador, Charly Sainz, del que destaca que "sabía muy bien repartir los roles en el equipo y gestionar el equipo", lo que acompaña con anécdotas: "Un día que habíamos perdido y nos jugábamos seguir vivos, en la charla a los jugadores se puso a darles collejas para quitarles presión. Y en la semifinal con Argentina, un partido muy jodido, no jugó Francesc Cabeza y Charly, que controlaba esto muchísimo, le dijo que iba a ser titular al día siguiente y cumplió. Un chico que era de rotación, 11 o 12 del equipo. Pero el jefe siempre transmitió que el equipo estaba por encima de los jugadores y ellos lo tenían claro".

Foto de grupo del equipo que triunfó en aquel Mundial. / ACB Photo

El camino al Mundial lo marcaron dos oros fundamentales. El Torneo Albert Schweizer, en Manheim (Alemania), y el Europeo sub 18 de Varna (Bulgaria), en 1998. "En aquellas medallas se notaba que era una generación acostumbrada aganar cosas importantes. Siempre se mantenía la misma selección, nos llevábamos muy bien. Había talento y descaro en todos los sentidos. Después de dos oros éramos una de las candidatas a dar la sorpresa", apunta Cabezas.

Ya en el Mundial de Lisboa, en 1999, España arrasó en la primera fase con tres victorias y sumó otras dos y una única derrota en la segunda. En semifinales, un tremendo duelo decidido por la mínima contra Argentina (81-80), y en la final, la campanada ante Estados Unidos (87-94) con Juan Carlos Navarro, Raül López y Germán Gabriel como estiletes.

No obstante, claves fueron las apariciones de Felipe Reyes bajo los tableros y un triple clave de Cabezas para sentenciar en los últimos instantes. Ese tiro, un momento que el base no olvidará: "Charly sabía mover bien el banquillo y nos conocía, yo casi siempre entraba con los partidos rotos. Ya había metido en Mannheim contra Australia y siempre nos ponía al trío (Navarro, Raül y él) para estas cosas. En ese momento hay una penetración de Raül y ellos se cierran mucho, me deja abierto y meto un triple que no sabía ni lo que estaba tirando. Es uno de los triples más importantes de mi vida por todo lo que significó".

Cabezas celebra su triple de la sentencia ante Estados Unidos / ACB Photo

Por su parte, así habla Berni de sus sensaciones de cara a aquella final: "Estaba muy emocionado, no nervioso. Sí concentrado y preparado. Muy metido en lo que estaba ocurriendo. Luego es un rival más. Hay un momento en que ellos dan un salto físico importante y se ponen por delante, pero mentalmente éramos muy fuertes y supimos estar tranquilos en los momentos decisivos".

"Era una mezcla maravillosa de talentazo, inconsciencia, ganas de divertirse, gente mentalmente muy fuerte y un grupo con muchas ganas de hacer las cosas bien", insiste Berni. Una consistencia de la que habla Francis Tomé al recordar la mañana de la final: "En la reunión técnica, Charly me dice que los jugadores estaban cagaos, que se lo había visto en la cara, así que me fui a la habitación de Raül López y Felipe Reyes a decirles que eso no podía ser. Y sin mediar palabra Raül abre el armario y me enseña el champán y los puros para celebrar el título".

Berni Rodríguez: "Era una mezcla maravillosa de talento, inconsciencia y ganas de hacer las cosas bien"

"Recuerdo acabar el partido y salir corriendo en todas las direcciones, Germán con la pelota guardada y corriendo, tirando al suelo, haciendo varias tonterías en la pista. Corté una de las redes, que la tiene mi madre", recuerda Berni Rodríguez del éxtasis de la victoria. A los días tocó la clasificación para el Europeo sub 20 y su manera de celebrar fue teñirse de rubio. Llegaron con toda la carrera por delante al primer equipo del Unicaja, donde les recibió Boza Maljkovic. Una escena digna de describir.

"Teníamos que demostrar todo en nuestro club y recuerdo las palabras de Boza, que decía que felicidades, pero que ahora había que seguir luchando como hombres", comenta Cabezas, mientras Berni lo recuerda entre risas: "Sus primeras palabras fueron 'no me gusta nada vuestro pelo'. Ver a Maljkovic, que físicamente te impacta y lo primero que te dice es eso en tono balcánico... Fue una bonita entrada al mundo profesional".

Lo que llegó después es historia. Con la selección y el Unicaja. Incluso el base asegura que "los Mundiales son muy bonitos, pero tienes más cariño a ganar la ACB con el equipo de tu tierra". Dos décadas del boom de los Júniors de Oro, dos décadas desde que el baloncesto español se transformó para siempre.

Berni, Germán, Tomé y Cabezas, en la recepción en el Ayuntamiento. / Unicaja Baloncesto
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