Martín Urbano, "pasión, entusiasmo y vitalidad"

La familia del baloncesto despide al histórico entrenador malagueño, fallecido el miércoles durante el Unicaja-Dijon

"Su amor por el juego me encantaba, admiraba su capacidad de querer estar al día", recordaba Sergio Scariolo

Las fotos de su despedida

Masivo y emotivo último adiós a José María Martín Urbano
Amigos del mundo del mundo del baloncesto, en la despedida de José María Martín Urbano. / Javier Albiñana

La familia del baloncesto malagueño pasó el duro trago del fallecimiento de José María Martín Urbano apoyándose en el otro. La vitalidad y el entusiasmo de uno de los pilares históricos del baloncesto estaba de alguna manera presente en el duelo. Recuerdos, por ejemplo, de un Campeonato de España junior en Vinaroz, territorio entonces desconocido para el baloncesto malagueño porque sólo iban ocho clubes. Los que eran sus discípulos entonces recordaban algunas trastadas y celebraban esa reunión reforzada en el último verano con el Campeonato de Europa FIMBA de veteranos, en el que Martín Urbano volvía a dirigir décadas después a sus jóvenes, ya sesentones. El martes había estado presente en una sesión en Los Guindos con la que se volvía a retomar el contacto. Sin saberlo, era su despedida de ese grupo, como horas antes de su fallecimiento acudía al Gastronómico en memoria de su gran amigo Paco Rengel. En el Carpena ya hablaba con sus compañeros de la prensa, como siempre. Un día habitual en su vida que acabó de manera muy triste.

Junto a la familia directa, la que tejió durante muchos años en torno al baloncesto. Multitud de ex jugadores de muchas generaciones. Por ejemplo, Rafa Pozo. "Estamos hablando de una persona que ha dado su vida por todo lo que apasionaba. El baloncesto, la Semana Santa, los amigos, la familia... Es increíble después del luctuoso suceso la cantidad de gente que me escribió. En la cantera de Caja de Ronda y Unicaja ha entrenado a Germán Gabriel, Dani Romero, Carlos Cabezas, Curro Ávalos, Berni Rodríguez... Fue uno de los artífices de que me decidiera a jugar el baloncesto. Jugaba al fútbol pero él me metió junto a Alfonso el gusanillo del baloncesto. Forma parte de mi familia, es padrino de mi hija. Los inicios del baloncesto malagueño no se pueden escribir sin él, propició el contacto de la Caja de Ronda para que Paco Moreno se involucrara. Y de ahí hasta ahora", refería el ex jugador, que fue el líder de ese equipo de veteranos este verano. Jugadores como Gaby Ruiz, Curro Ávalos, Guachi, Diego Gómez, Jesús Lázaro, Manolo Bazán, que recordaba con cariño cómo le reclutó desde Algar al verlo que medía dos metros, Ernesto Serrano, Leandro Ruiz, Bernardo Rodríguez, Carlos Cabezas padre e hijo, Paco Alonso, Fernando Vidal, entrenadores como Mario Pesquera y Arturo Ortega; distintas autoridades municipales, provinciales y regionales...

Alberto Díaz y Sergio Scariolo hablaban en Canal Sur recordando la figura de Martín Urbano. La plantilla al completo del Unicaja y todos los trabajadores del club acudían a dar la última despedida al legendario entrenador malagueño. "Una leyenda, el impulsor y promotor del baloncesto en Málaga junto a Alfonso Queipo. Lo que es hoy el baloncesto malagueño, lo que soy yo y todos los jugadores que pasamos por aquí es gracias a él, es mérito suyo", relataba Alberto Díaz: "El recuerdo que más me llama la atención era cuando yo era junior o cadete y él venía a ver los entrenamientos como apasionado del baloncesto, como era una figura. No sólo es que se veía en los pabellones por su conocimiento del baloncesto retransmitiendo, también por cómo trataba a los más jóvenes y cómo se implicaba. Era mucho más que una figura, era un maestro y una guía, que se preocupase de la cantera, de la formación, daba idea de su calidad humana".

Mientras, desde Belgrado, donde tenía un partido de Euroliga con la Virtus contra el Partizan, un emocionado Sergio Scariolo. "Son muchos recuerdos, desde el primerísimo día que llegué a Málaga, con otros dos grandísimos amigos que no están, Paco Rengel y Alfonso Queipo me llevaron a cenar, me adoptaron un poco hasta la última conversación que tuvimos después del último Eurobásket. Incluso a nivel personal con amigos del baloncesto de Málaga, que lamentablemente son demasiados los que no están ya. Son muchos recuerdos y es un momento triste, al margen de los recuerdos personales que tengo miles. José María era uno de eso maestros de antaño, que tenía cariño para sus estudiantes, para los lectores, para los oyentes... Se le notaba el deseo de aportar y dar algo a los demás. Otros hablan para que se les escuche, en él percibías el deseo de hablar, explicar, bromear para aportar algo a las personas con las que estaba hablando", decía el vigente campeón del Eurobásket y la Eurocup: "Lo que más me llamaba la atención era su capacidad de querer estar al día. Hay muchos, muchos, que cuando superan su etapa activa se quedan en eso de que cualquier tiempo pasado era mejor, que en mis tiempos se jugaba mejor, que ahora todo es una mierda.... Quería estar al día, me preguntaba por las tendencias, por qué habíamos hecho esta cosa o la otra. Al margen de su necesidad profesional para informar en los medios que colaboraba, era un deseo de sentirse dentro del mundo de baloncesto, del juego en sí. Su amor por el juego me encantaba. Nunca hay una forma mejor que otra de irse, pero, lo pensaba noche cuando me enteré, qué forma de marcharse, viendo su deporte, su equipo. Es algo poético, dulce, dentro de la gran tristeza y amargura que tenemos todos en el corazón en estos momentos".

El presidente del Unicaja, Antonio Jesús López Nieto, tenía una larga amistad con Martín Urbano. "Lo conozco desde que era un niño. Después yo era aficionado del Caja de Ronda, coincidía con él y Mario Pesquera [presente también en el duelo], de aquella época. Un hombre que tenía pasión por todo, temperamental, vital, que infundía alegría. Devolvió la ilusión a gente de su generación jugando este verano el FIMBA de veteranos. Después del mal momento que no digerimos aún, pienso que ha tenido la ruta perfecta. Estuvo en Vélez en la Magna, se dio una vuelta el martes de su equipo de +60 a ver cómo estaban. Estuvo en el Gastronómico con sus amigos, llegó a la tribuna de su prensa, saludó a sus amigos... Ha llegado 15 o 20 años antes de lo que debía, pero es la ruta perfecta que hubiera escrito. Perdemos unos pilares importantes como club. Estamos consternados. Javier Imbroda, Manolo Jato, Alfonso Queipo... Espero que nos dejen nuestro roster quieto y no se lleven a más gente".

Daniel Hierrezuelo, árbitro malagueño más internacional, también tenía una buena relación con Martín Urbano. "Palabras mayores. Lo padecí no como entrenador pero como encargado de cantera. Entrenaba a un equipo superior al que yo jugaba. De vez en cuando pasaba por algún entrenamiento y nos metía algún repaso que nos dejaba finos", recordaba divertido Hierrezuelo, de viaje por Europa dirigiendo los mejores partidos del continente: "Nos conocimos y nos hicimos amigo. Me cuesta mucho hablar en pasado de él. José María era una persona tan especial que cada vez que me veía me discutía una regla de juego. Yo le decía que era el reglamento, pero siempre quería aprender, darle la vuelta a la regla y a la norma para adaptarla a lo que él pensaba, por ejemplo con el paso cero. Su vida era el baloncesto y la Semana Santa. Era alguien muy especial, con un sentido del deber hacia su club, el Caja de Ronda y Unicaja, muy alto. Lo vamos a echar muchísimo de menos".

Ese era el pensamiento colectivo, la sensación de vacío pero también el recuerdo a su vitalidad, la pasión y el entusiasmo que transmitía José María Martín Urbano, que tuvo un masivo y emotivo adiós de su familia, el baloncesto.

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