Alberto: "La lesión es traicionera"

"Te crees muy fuerte y que no te vas a romper nunca hasta que la realidad te dice que no es así", afirma

"Jaime impresiona cuando está en tu equipo", señala

Paco Aurioles, Alberto Díaz y Giorgi Shermadini. / Javier Albiñana
J. M. Olías

25 de octubre 2018 - 18:12

El Unicaja no es insensible a la baja de Alberto Díaz, que en Montenegro se rompió hace una semana. 198 partidos después, su musculatura se resintió. No, no era de hierro. El malagueño da los primeros pasos en su recuperación de esa rotura de grado 1 del tendón conjunto isquiotibial de la pierna derecha.

La lesión que padece el base malagueño no es frecuente y exige un trato delicado porque está en la inserción de varios tendones y músculos y es susceptible de recaída. Así que toca armarse de paciencia. El pelirrojo realiza trabajo con máquinas que no exijan a ese tendón para mantener la forma y pasa por las manos de los fisioterapeutas. Es difícil acortar plazos.

"Al ser muscular, o tendón en este caso, tiene que verse por sensaciones. Ojalá sea menos, pero ya me han avisado de que son lesiones traicioneras. Por mí cuanto antes, pero los médicos y fisios me marcan los plazos. Los compañeros me ayudan mentalmente. Esta muestra de cariño es algo que me gratifica. Trabajaré para no desentonar cuando me reincorpore al equipo, explicaba Alberto Díaz en declaraciones a Deportes Cope Málaga.

"No pensaba que fuera para tanto", explicaba Alberto al referirse a cómo vivió el momento de la rotura: "Sabía que algo me había pasado, pensaba que tirón o sobrecarga, pero no imaginaba el grado de la lesión. Intentas pensar en que no es nada, cuando conoces la dimensión, ahí te vienes abajo. Alguna vez tendría que llegar, es complicado porque todo el mundo busca no lesionarse pero al final caes. He tenido suerte porque podía ser peor. Que vaya mejor".

Y es que no era casual que Alberto no hubiera fallado a un partido desde que Luis Casimiro le hizo debutar con el primer equipo del Unicaja. "Desde que soy profesional con 18 años no me había perdido un partido por lesión, sólo por decisión técnica. Te crees que eres fuerte y que no te puede pasar nada, pero la realidad me ha dicho ahora que no es así".

"La lesión no viene nunca en momento oportuno, con el grado de confianza que tenía el equipo es un fastidio. Mejor ahora que en momentos complicados. El equipo se repuso bien, no hay nadie indispensable. Me alegro de que el equipo tire hacia adelante", dice Alberto, cuyo rol ahora es un animador más: "Me siento es muy raro, es un sufrimiento y una perspectiva diferente que no pasaba. Pensaba que lo llevaría mejor antes de ver el partido, anímicamente estoy bien, animado antes de empezar la recuperación. Sufro el doble desde el banquillo".

Alberto disfruta desde la banda ahora del juego del equipo. "Jugamos relajados, con intensidad y ganas. No estamos pendientes de que el público se divierta, pero sí nos llegan comentarios. Es una satisfacción doble que el aficionado disfruta", asegura el canterano, que destaca la buena conjunción: "Uno desea que la química esté desde el principio. Estamos en un momento muy bueno, nada es perfecto. Va todo como deseamos, los nuevos han ayudado mucho, la gente está muy comprometida. La química de ambiente es muy buena, es como una familia".

También se refirió Alberto a la buena competencia en la posición de base. "Es muy bueno para nosotros, nos ayudamos mutuamente. Ese feeling que tenemos hace que tengamos confianza y salga mucho mejor. Es importante que todos sepamos hacer de todo, descarga responsabilidad que uno u otro pueda subir el balón. Los roles están marcados, eso hace que te ayuden en momentos complicados", señaló Alberto, que habló de la explosión de Jaime Fernández: "Sabíamos que venía de un año muy bueno, entre los mejores nacionales de la ACB, destacó en la selección... Pero en tu equipo te impresiona mucho más. Esperemos que siga así, es muy bueno para él y el resto del equipo".

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