Alberto Díaz, otro escalón más

Alberto Díaz compite con Blazic por un balón.
Alberto Díaz compite con Blazic por un balón. / FEB

Horas antes de dar el pregón en las fiestas grandes de su ciudad, Alberto Díaz conocía de boca de Sergio Scariolo en la sala de prensa del Carpena que estará en el Mundial de Asia. Será pareja con el joven Juan Núñez. El joven madrileño tenía un test importante ante Eslovenia y convenció al italiano en estos momentos de cierta precariedad en una posición en la que el baloncesto español siempre produjo con abundancia. Lesiones, momentos de forma, cambio generacional... Ahí está Alberto Díaz como base titular de partida en una selección española. Como decía Scariolo, hay que tener madera porque quedan tres amistosos y varios entrenamientos más. Pero, si nada negativo acontece, volverá a haber un malagueño en un Mundial desde que en 2006 los hoy embajadores del Unicaja, Carlos Cabezas y Berni Rodríguez, conquistaran el oro universal en Saitama.

Alberto hizo un partido completo ante Eslovenia. Siete puntos, seis asistencias, cinco robos y tres rebotes para 20 de valoración. Un poco de todo en 20 minutos en pista. El Carpena comenzó a corear su nombre cuando, en el cuarto final y con 20 arriba, se tiró de cabeza al suelo para pelear un par de balones divididos. El familiar "Alberto, Alberto" se convertía también en grito de guerra en un pabellón con una composición bastante diferente. Es su forma de emplearse, dejándose todo, lo que le hace salvar limitaciones y convertirse en un jugador importante en una campeona europea y olímpica. Enfrentarse a Luka Doncic, por ejemplo, aumenta su bagaje como jugador, en su crecimiento integral. Vienen semanas bonitas para el malagueño, disfrutando de una nueva experiencia en su carrera, con sus valores y su entrega como punto de partida. Pero cada vez haciendo cosas más importantes.

La sintonía de Scariolo con Alberto es excelente. El técnico ya advertía que no se le podía pedir a Alberto cosas que no hace bien, sino que haga muy bien lo que sabe hacer. Meses atrás, el base malagueño explicaba cómo era entrenar con el italiano de Marbella. "Tácticamente es muy bueno, es brutal. La cantidad de recursos que tiene, la manera de conseguir que cada uno cumpla su rol perfectamente para ayudar al equipo, que se adapte... Yo que lo vivo desde dentro y conozco ya esa filosofía jamás me gustaría cruzarme con él porque en un partido podemos hacer seis o siete tipos distintos de defensa. En una banda, en un fondo, si la coge uno, si la coge otro... Es un infierno, si me pongo en la piel del base contrario, que además está presionado y debe leer esas situaciones defensivas, no sabría qué marcar. A un partido, en un campeonato, es muy complicado manejar eso", señalaba sobre cómo maneja los tiempos metidos en partido. Antes, otra experiencia bonita, jugar ante los Estados Unidos.

stats