Alberto Díaz, amor eterno al Unicaja: renovado hasta 2028
El club anuncia la continuidad del capitán para las próximas cinco temporadas, firma estratégica que trasciende más allá del baloncesto
Reforzado tras el Mundial
El Unicaja anuncia la renovación de Alberto Díaz hasta 2028, noticia de gran impacto por lo que supone el malagueño en el club. Capitán, emblema y la cara visible de un proyecto que pone la guinda con su continuidad. Tiempos que han sido complejos, natural por el valor de un jugador que ha crecido en los últimos meses, pero siempre con una predisposición a alargar su vinculación con su Unicaja. Es otro golpe de gran magnitud el que consigue la entidad, cuestión de Estado el atar al canterano prácticamente de por vida, el firmar ese contrato tan amplio refrenda que la intención es acabar su carrera en Málaga. Este jueves, se presentará esa renovación en el Carpena.
Alberto Díaz Ortiz (Málaga, 1994) es el icono actual del baloncesto malagueño, carrera en el Unicaja donde va camino de romper cualquier registro existido y por haber. Camino de la treintena, aunque ya con una trayectoria extensa; forjado y desarrollado en Los Guindos, cantera a la que accedió con 12 años, aún en preinfantil. Espejo para cualquier chico que cada día acuda a ese recinto, el verdadero motor del Unicaja. Porque Díaz representa mejor que nadie esos valores identitarios que se habían esfumado en los últimos años: una voracidad competitiva infinita, liderazgo, amor profundo a ese gran patrimonio de la ciudad como es el Unicaja; todo ello envuelto en una personalidad sencilla, introvertida, pero temperamental y fuerte en la pista. Desde cadetes, Díaz ya llamaba la atención por una ética de trabajo inusual a su edad, sin ser el más talentoso, pero compensando esas carencias con otras características, ahora mismo únicas a nivel europeo.
Debutó en el primer equipo en 2012, en el Olímpic de Badalona con 18 años recién cumplidos, escenario donde levantaría su primer título como capitán del Unicaja trece años después. Alianzas del destino. A las órdenes de Luis Casimiro, donde tiene un papel incipiente, aunque en una situación difícil para tener rodaje. Dos cesiones posteriores a Bilbao y Fuenlabrada que le ayudaron a crecer, mili imprescindible para a partir de ahí construir una carrera que se pretende sea única. Campeón de la Eurocup en 2017 en una proeza en La Fonteta, donde el canterano emergió; subcampeón de la Copa del Rey de Málaga en 2020 y ese título en Badalona mágico en febrero, esa imagen inolvidable junto a Brizuela levantando esa Copa al cielo de Badalona. Como capitán, malagueño y el alma mater de ese equipo fascinante de Ibon Navarro.
Pero el salto en su carrera llegó el pasado verano. Un Eurobasket donde el propio Sergio Scariolo le señaló como "el hombre del campeonato". Circunstancial y extraña su inclusión porque vino a raíz de la lesión de Sergio Llull, previamente el malagueño descartado. Sus defensas frente a estrellas como Schroder o Larkin fueron esenciales para que España sumara ese oro inesperado en Berlín. Reconocida esa función a nivel nacional, el jugador del momento; ese subidón mediático que el propio Díaz ha naturalizado, proceso que siempre toca canalizar. Correcto su rendimiento en el Mundial pese al regreso anticipado de la selección desde Asia. La España de Alberto Díaz y once más.
Renovación vitalicia que ve la luz, va camino de ser el jugador con más partidos, ahora con 403 en total; récord que ostenta Berni Rodríguez con 683. Quinto en minutos totales (7.642); o segundo en asistencias (1.053). En la mayoría de apartados aparece Alberto Díaz, una figura que se extiende de lo deportivo, producto muy especial. A sus 29 años, tendrá un pabellón a su nombre en Alhaurín de la Torre, su lugar de residencia, o la Medalla de Oro de la Provincia de Málaga. Fue el pregonero de la Feria de Málaga hace unas semanas, un club que es reducido, pero no será el último homenaje. Ahora jura amor eterno al Unicaja.
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