Alberto Díaz, la metamorfosis de un líder total
Aprender inglés o ser más comunicativo con sus compañeros, algunos aspectos que ha desarrollado el capitán en los últimos meses
"Este Alberto no tiene nada que ver al de antes", apunta Ibon Navarro
Preseleccionado para el Mundial
Alberto Díaz es el rostro del Unicaja, no se concibe al conjunto malagueño sin el capitán, con ese aura de referencia e inspiración, de por vida, al menos lo que se pretende, ligado al club de Los Guindos. En ese último paso para sellar una renovación encaminada, otro éxito por su dimensión como jugador, estatus de verle hasta en la sopa, incluido en la prelista para el Mundial de este verano, donde debería ser un fijo para Sergio Scariolo, salvo sorpresa mayúscula. Han sido meses de canalizar todo ese runrún mediático, nada fácil de gestionar; la consecuencia, bendita, de ser un actor inesperado en el Eurobasket, nivel que no sorprendió en Málaga, que trascendió a todos los efectos. Canterano, malagueño, con un Carpena que retumba más que nunca cuando suena su nombre en megafonía, y que además ha coincidido ese ascenso con una temporada memorable del Unicaja. Archiconocidas sus virtudes como jugador, también ha cambiado Alberto Díaz fuera de la pista, el poder trasladar ese liderazgo al exterior, un aspecto que se admira desde el club. Se coincide en que el canterano es una persona distinta a la de hace doce meses.
"Alberto ha sido diferente. El año pasado los últimos tres meses lo pasó fatal, en la línea del equipo. No le conocía de cerca, pero sí me parecía que le gustaría ser un líder más vocal, también por el idioma no le salía. Estudia inglés y no tiene nada que ver con el Alberto de antes. Con todo lo que le venía de sufrir con el equipo lo mejor es que le he visto sonreír mucho esta vez y eso es para mí fundamental. Se lo dije. Puedes no saber inglés y no hacer nada y, siendo un jugador profesional del Unicaja, ponerte a estudiar como Alberto", señalaba Ibon Navarro hace unas semanas en Cope Málaga. Ese trabajo en la sombra necesario a la hora de construir relaciones, con una mayoría de jugadores extranjeros. "Alberto y Gus sacan la cara comunicativa de Will Thomas en el gimnasio", curiosa anécdota que descubría Marcos Cerveró, preparador físico, en Zona Verde de 101 TV. Escenifica esa metamorfosis.
"Alberto es un jugador que mira muchas cosas porque pregunta todo. Le gusta saber, te pregunta, te dice, te exige... es muy chulo trabajar con él. La exigencia de la competición hace que se fuerce el tobillo, que no estaba bien, eso trae una serie de consecuencias que no permiten ver al mejor Alberto. Él se ha puesto exigencias todo el tiempo, además ha dado ese salto a nivel de gestión del grupo, que a él no le sale de manera natural porque es más introvertido, diferencia clara con el Alberto del año pasado a la hora hablar con los compañeros, comunicar en inglés; es algo que irá desarrollando porque parece que tiene 100 años, pero todavía es muy joven, solo que lleva ya muchos años. Todavía está en una fase de madurez como jugador, que puede empezar a dar saltos muy importantes, no solo en la pista, sino a gestionar ese tipo de cosas: esas emociones con los compañeros o el impacto que puede tener emocional en el grupo. Él necesita estar bien físicamente por su juego, genera desgaste en su cuerpo, ahora es más eficiente porque aprende a hacer las cosas mejor con menos esfuerzo, seguirá evolucionando en eso", desarrollaba ese cambio Cerveró. Año de crecimiento personal, otra causa de por qué ha salido todo tan redondo en la 22/23.
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