Se avecina alto voltaje

El accidente en Estambul condiciona las próximas semanas a nivel de tensión, además con un calendario difícil en ACB

En BCL se ha ennegrecido algo el panorama, aunque se depende de sí mismo para ser líder de grupo

Kalinoski y una crisis dulce

El Unicaja, durante el partido de este martes
El Unicaja, durante el partido de este martes / Javier Albiñana
Jorge Cabrera

10 de marzo 2023 - 18:40

Insistió Ibon Navarro por activa y pasiva que el Unicaja debía padecer un bajón tras la Copa. El conjunto malagueño completó quizá el peor partido del curso en Estambul, no se eligió mal momento para tener un día gris, sin poner la clasificación en cuartos en riesgo todavía, pero obliga a mantener una trayectoria sin picos en las próximas semanas. Más allá de tirar de calculadora y cábalas, se cuenta con la fortuna de depender de sí mismo en las dos jornadas restantes. Ganar a Limoges, ya eliminado en el Carpena, e imponerse en Atenas a un bravo AEK; con esos dos pasos, complejo el segundo por lo incómodo que es jugar en territorio griego, el Unicaja sería primero de grupo, y tendría privilegio en los cuartos de final, cualquier otro escenario tendría un aire catastrófico por la apuesta que hay en el club por la BCL. Jugar ese Top 8 sin factor cancha a favor sería un drama, pero por fortuna se cuenta con una buena posición para conseguir el objetivo.

Ese AEK-Galatasaray de la próxima semana también va a marcar mucho, paradójicamente más interesante sobre el papel que haya una victoria local, dando por hecho que el Unicaja gana su partido, para que en Grecia sea una 'final' por el primer puesto, ya con los malagueños clasificados. Mejor llegar a ese día con parte de los deberes hecho, que no el riesgo de un triple empate al final y tirar del average. Siempre es incómodo estar pendiente de la calculadora. No se habría firmado estar en esta situación hace un par de días, seguramente sí en el arranque de esta fase viendo el nivel del grupo.

La próxima parada es Murcia, una trampa en el calendario después de la fatiga de estos días, viajes, virus de algunos, etc. Un examen de nivel para el Unicaja ante un rival poderoso, también peleando por estar en los cuartos de BCL, con un panorama eso sí infinitamente más peligroso que los malagueños. Vienen de caer los de Sito Alonso también en Estambul, y se jugarán gran parte de sus opciones en Tenerife el próximo miércoles, ya con Lenovo prácticamente líder de grupo, pero no matemático.

Necesita el Unicaja recuperar la frescura cuanto antes, no por las dos jornadas que se avecinan en BCL, también el camino en Liga Endesa, con una sucesión de partidos que son de máximo nivel. La próxima semana se recibe al Barcelona en el Carpena, el próximo 19 de marzo, 48 horas después ese partido clave en Atenas, luego cerrar esa semana con Betis en ese derbi andaluz que también es importante para mantener esas posiciones de privilegio en la Liga. Perder en Estambul podría entrar dentro del plan, por el potencial de un Galatasaray que fue un incordio en ambos partidos, nadie hasta la fecha había generado tantos problemas a este Unicaja, pero lo que puede chirriar son las sensaciones que despertó el equipo, sobre todo en bastante rato en el Sinan Erdem, irreconocible y fruto de esa carga a todos los niveles de los últimos días/semanas. Se vienen días de alto voltaje.

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