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Deportivo de La Coruña-Málaga CF

Andreas Pistiolis, el alumno de Obradovic e Itoudis

El entrenador del Galatasaray, que sólo ganó uno de sus últimos nueve partidos, firmó hasta 2025 pero está discutido por los resultados

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Andreas Pistiolis, durante un partido. / BCL

El Galatasaray llega a Málaga en un momento muy dubitativo. Ha perdido sus siete últimos partidos en la TBL y el descenso es una posibilidad. Sólo ha ganado uno de sus nueve últimos encuentros, el que estrenó el Round of 16 de la BCL ante el Limoges. De partida comenzó como un favorito claro a ganar la BCL, pero se ha ido devaluando. Es un equipo con talento pero con tendencia a la anarquía y a la dispersión, con alguna bajada de brazos defensiva dura. En el último mes sólo jugó un partido, el del pasado sábado, después del terrible terremoto que padecieron el país otomano y Siria y que dejó decenas de miles de víctimas. Fue la derrota ante el Besiktas (85-78).

El entrenador, Andreas Pistiolis, llegó en marzo de 2022. En noviembre pasado se le prorrogó su contrato hasta 2025, teóricamente una apuesta a largo plazo. La paciencia en los banquillos es relativa y en Turquía no abunda. El equipo está décimo, pero con sólo con una victoria de margen sobre el descenso en la Liga y la derrota ante el AEK en el último partido de la BCL le deja en situación muy delicada en la competición. Esta semana puede ser letal para ellos. Pero, de momento, aguanta.

Pistiolis (Atenas, 1978) ha tenido los mejores maestros posibles. Desde joven tuvo claro que los banquillos eran lo suyo. Dirigió en las categorías inferiores del Panathinaikos entre 1996 y 2005. Desde 2005 a 2012 fue uno de los asistentes de Zeljko Obradovic en el club del trébol. Cuando acabó la exitosa etapa del serbio en Grecia se convirtió en la mano derecha, a su vez, del que había sido principal bastón del genio de Cacak, Dimitrios Itoudis. Le acompañó en la aventura primero en el Banvit turco y después en el CSKA hasta el pasado mes de marzo, en plena estampida de extranjeros por la invasión de Ucrania. Como entrenador ayudante, cinco Euroligas, la primera de ellas la muy recordada de Atenas en la que participó el Unicaja, seis ligas rusas, seis VTB, seis ligas griegas y cinco Copas griegas.

"Mi hermano era cinco años mayor y él jugaba, al lado del histórico estadio del Panathinaikos", relataba en un interesante podcast sobre cómo llegó Pistiolis al baloncesto. Como toda una generación de niños griegos, creció impactado por aquel mítico Eurobásket de 1987 en el que se ganó en Atenas a la URSS. "Mis primeros recuerdos fueron del 87, el baloncesto era muy popular. Después, el Aris llegó a la Final Four, con Nick Gallis y Giannakis. No es fácil describir el impacto que tuvo para los niños de Grecia aquel título, cómo de popular se convirtió. Era una opción obvia para nuestra generación, era popular, había grandes modelos de comportamiento".

"Sin exagerar, a la edad de 14 ya quería ser entrenador. Fue rápido, me di cuenta de que no iba a ser jugador. No era malo en nada, pero disfrutaba en la escuela organizando equipo. No quería trabajar en una oficina, en el baloncesto, ver baloncesto y comprender por qué suceden las cosas era mi pasión desde niño", señalaba el técnico griego, ahora en un momento delicado. Con dos años y medio de contrato, su equipo se juega mucho esta semana con el Unicaja. Y puede que se futuro esté en juego.

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