Cómo afecta a la BCL y al Unicaja la invasión rusa de Ucrania

El Unicaja debe afrontar su próximo desplazamiento a Cluj-Napoca, a 200 kilómetros de la frontera con Ucrania

El Prometey ucraniano está en la República Checa, donde jugará sus partidos de local

El Prometey se entrena en Nymburk (República Checa).
El Prometey se entrena en Nymburk (República Checa). / Prometey Bc

El Unicaja afrontará, en principio, un partido de máxima importancia el próximo martes 8 de marzo en Cluj-Napoca. Una victoria le devolvería la iniciativa para depender de sí mismo para estar en los cuartos de final de la Basketball Champions League. Una derrota sería casi letal para su suerte en la competición, tendría que esperar una carambola. Pero hay cosas más importantes que el deporte.

De fondo hay que ver cómo evoluciona el conflicto bélico con la invasión de Ucrania por parte de Rusia. Cluj-Napoca está situada a menos de 200 kilómetros de la frontera de Rumanía con Ucrania. Ha habido varias suspensiones de partidos de selecciones en esta ventana que afectaban a Rusia, Bielorrusia y el propio equipo ucraniano, tras jugar en Córdoba ante España.

No quedan ya equipos rusos en la BCL, fueron eliminados en la primera fase o el play in. Ya se sabe que el Prometey ucraniano, rival del Unicaja, con sede en Kamianské, a menos de 100 kilómetros del Donbass, la región prorrusa de Ucrania en la que ya existe un conflicto bélico desde hace ocho años, se ha trasladado a la República Checa. Aunque jugaba sus partidos en Zaporizhia. Hasta la sede del Prometey se desplazó hace un mes el Unicaja, cuando ya había ruido de sables. Su entrenador, Ronen Ginzburg, es israelí con nacionalidad checa y allí ha desarrollado su carrera en los últimos años. Ello ha facilitado el traslado del primer equipo. En principio, se decidió hace un par de semanas, era para una concentración, coincidiendo también con el parón por las ventanas de partidos internacionales. Varios jugadores del Prometey, de hecho, estuvieron en Córdoba: Vyacheslav Petrov, Denis Lukashov, Alexander Lipovyy e Ilya Sidorov.

"Leemos mensajes a izquierda y derecha. Todo lo que podemos hacer es monitorear lo que dice nuestro presidente y hacer lo que sea mejor para nosotros. Tuvo una reunión con todo el equipo para asegurarle a todos que haría lo mejor para nosotros. Trató de mantener a todos tranquilos", decía Chris Dowe, verdugo del Unicaja en el partido en tierras ucranianas, en declaraciones a Basketnews. Volodymyr Dubinsky, presidente del club, habló con técnicos y jugadores. Los americanos Evans, Stephens, Dowe, DJ Kennedy, D'Angelo Harrison y el croata Miro Bilan son los no ucranianos del equipo. Se planteó si volvían a casa o seguían en la República Checa. De momento, continúan allí aunque algún norteamericano tuvo permiso para regresar en esta ventana a EEUU.

El Prometey se entrena en las instalaciones del Nymburk, el mejor equipo checo, para practicar, pero se hospeda en Podebrady, una ciudad balneario en la Región de Bohemia Central. Está a 20 minutos del pabellón y a unos 45 minutos en coche de Praga. En principio, el Prometey seguirá compitiendo en la BCL jugando como local allí, los jugadores americanos continúan bajo su seno. El equipo femenino también compite en Europa y ya jugó esta semana en Bulgaria, donde se había trasladado. Se midió en Plovdiv ante el Mersin en la Eurocup femenina. El primer partido previsto del equipo masculino es el próximo jueves 3 de marzo ante el Cluj (18:00 horas), los dos equipos que preceden al Unicaja en la clasificación (ambos 2-0 por 1-2 de los de Ibon Navarro).

Expectación en Cluj

En la ciudad rumana, que fuera sede del Eurobásket 2017, hay fiebre por el baloncesto. Ya hubo recibimientos después de las victorias en la fase de grupos y ante el Unicaja de la afición en el aeropuerto. A dos semanas del partido, ya se han vendido las 3.000 entradas que puede vender por las restricciones en Rumanía el club de Transilvania. La capacidad de un pabellón bastante moderno, con 10.000 espectadores y de la dimensión del Carpena, sólo puede estar al 30%. Pero las peticiones de entradas eran muchas más.

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