Boris Krejic y Lorenzo Baldini observan la jugada en el vídeo.
Boris Krejic y Lorenzo Baldini observan la jugada en el vídeo. / BCL

Los mejores árbitros del continente están en la Euroliga y la Eurocup. Es un problema que se acusa en los grandes torneos de selecciones que organiza la FIBA, en los que están vetados. Y el Unicaja lo está constatando estas temporadas en la Basketball Champions League. Lo que sucedió en Atenas fue intrascendente a efectos clasificatorios, pero la actuación de Boris Krejic, Lorenzo Baldini y Carsten Straube causó estupor. Sucedió también en los partidos en Hungría y Le Mans. Es una comidilla entre jugadores y técnicos que participan en la competición, que es un problema serio. No es cuestión de manos negras o tendenciosidad, sino la sensación de que no hay el nivel adecuado para una competición que va mejorando en muchos aspectos, pero que en el arbitraje tiene una asignatura pendiente.

Los segundos finales del partido en Atenas fueron ciertamente hilarantes. Con uno abajo, el Unicaja tenía posesión a falta de 27 segundos. Tras el tiempo muerto, el equipo elabora la jugada y tras el tiro de Carter palmea Yankuba Sima, el balón baila y Jermaine Love toca claramente la red aún con la bola tocando el aro. Los árbitros no señalaron nada y siguió el juego. Después de que Carter se quede con el rebote, Alberto Díaz asiste a Ejim, que falla un tiro corto a tabla. Y en el rechace el balón queda en una disputa entre el canadiense y Nate Renfro. Tras casi cinco minutos de revisiones, Krejic y Baldini deciden que la bola es del equipo griego. La mayoría de las tomas que se ofrecían parecían mostrar que el pívot del equipo ateniense era el último en tocar el balón. Pero decidieron que la posesión era del Peristeri y ahí se acabó el encuentro tras el tiempo muerto de Spanoulis. No hubo ningún escándalo, no lo merecía la situación, pero son escenas que pueden verse en partidos con mayor trascendencia. Y es algo que preocupa. Como ese hay ejemplos en otros partidos. El fallo humano es parte inherente al arbitraje, pero esa falta de nivel es preocupante. El Unicaja es muy discreto y respetuoso en cualquier comunicación con el estamento arbitral, aunque cuando se ha considerado perjudicado en otras ocasiones, en ACB o BCL, ha hecho las observaciones que ha considerado pertinentes con la documentación adecuada. También en consultas de jugadas dudosas para validar un criterio concreto.

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