Cameron Oliver, otra dimensión

El americano, en su primer partido real tras el debut con el UCAM, impactó y dejó la sensación de que puede ser diferencial aunque debe profundizar en adaptación a compañeros y el juego en Europa

Cameron Oliver, en el partido de Cluj.
Cameron Oliver, en el partido de Cluj. / BCL

Tras su aparición testimonial de minuto y medio del pasado sábado ante el UCAM Murcia, después de haber llegado un martes de un viaje transoceánico y pasar el jueves varias horas en el hospital con suero inyectado tras una intoxicación, el primer partido evaluable de Cameron Oliver resultó ser un fogonazo de altísima calidad. Juzgar por un partido lógicamente es precipitado, pero fue evidente que, aún cogiendo conceptos, con varios despistes y con una fijación por los árbitros que debe corregir, se trata de un jugador de otra dimensión superior a lo que ha dispuesto en el puesto de ala-pívot en los últimos años el Unicaja.

Oliver jugó 23 minutos, con 19 puntos (3/4 en tiros de dos, 3/5 en triples y 4/7 en libres) y nueve rebotes (uno en ataque), una asistencia, un tapón y tres pérdidas en el debe. Su impacto en la pista fue muy alto más allá de los números. En su primera defensa colocó un tapón espectacular a Andrija Stipanovic en una ayuda a Kravic desde el lado débil. Los siguientes ataques rumanos estuvieron condicionados por la presencia intimidatoria de Oliver. En ataque, tiró un triple errado en el primer balón que tocó y, acto seguido, metió un mate a pase de Kravic remontando por la línea de fondo. Es un detalle que se está viendo con el center serbio, también con Rubén Guerrero, desde la llegada de Ibon Navarro, el juego entre pívots. El marbellí también puso algún balón en el suelo para asistir a Cameron en la segunda parte y a Barreiro en la primera.

Tras un afortunado triple a tabla y dos visitas al tiro libre con sólo dos puntos de rédito (se mueve en el 70% en su carrera), dos faltas seguidas que no debe conceder, especialmente la segunda en un balón de banda. Sale de partido y regresa para los minutos finales de la primera parte, en la que hay un momento clave del partido. Con ocho abajo, Navarro coloca a Abromaitis, Suárez y Cameron de manera simultánea en pista. Y hay un parcial de 0-7. Cameron como cinco ofrece alternativas diferentes, abre completamente el campo. Es un jugador para amenazar de cara más que de espalda, sea en el pick and roll, suerte en la que aún no se le ha encontrado apenas, o estando abierto en la línea de tres para ejecutar. Sea con el tiro, atacando el aro (le sacaron una falta en ataque en la segunda mitad) o pasando, un virtud que se le adivina también potente. En circulaciones exteriores pasó con sentido y timing. Dejó una asistencia a una mano y en bote picado a Guerrero para no ponerle en ventaja que éste no culminó. Es algo en lo que profundizar.

"El entrenador estuvo todo el viaje insistiendo en cómo jugar y conseguimos jugar un gran partido"

Bien protegiendo el aro y en el rebote, le falta conocimiento lógico de sus compañeros (y viceversa) y rivales. Flotó en demasía a Bircevic, que le colocó dos triples en la segunda mitad. Quizá confiado en sus cualidades atléticas, debe mejorar en la defensa sin balón y estar más activo para desplazamientos laterales.

Cameron Oliver lanza a canasta.
Cameron Oliver lanza a canasta. / FIBA BCL

Tras meter un triple desde la esquina en el tercer cuarto, para el último quedó lo mejor. Dejaría nueve puntos y tres rebotes. Un contraataque tras salir como un búfalo tras robo y pase de Mooney para regalar un mate espectacular. Un triple con adicional, que no metió, desde la diagonal, un par de tiros libres, esta vez sí en secuencia acertada, tras el citado pase de Guerrero y un rebote de ataque para redondear su actuación rozando el 20-10, una estadística que no ha firmado nadie esta temporada en el Unicaja (un 17-10 de Abromaitis es lo más cercan). En este último cuarto se jugó con Abromaitis de tres y él de cuatro, insistiendo en la estructura de quinteto que dio éxito en el final de la primera mitad. Los tres fichajes dan a Ibon Navarro más herramientas para abrir el abanico táctico con el que meterle mano a los rivales. Se amplía la versatilidad y polivalencia.

Con esas desaplicaciones atrás, con un excesivo por los árbitros para que debe evitar para que no le tomen la matrícula, hay muchas más ganas de ver a Cameron Oliver. Su debut fue testimonial, pero su primer partido serio ratificó que hay madera de jugador diferencial. Hay que verle cuando el scouting rival sea más concienzudo y fiable, pero también con el progreso de conocimiento con sus compañeros, sirviéndose, por ejemplo, del pasador más creativo de la plantilla, Jaime Fernández, ansioso por volver.

En la sala de prensa del BTArena de Cluj, Oliver hablaba de lo que suponía el triunfo "Creo que nos aproximamos muy bien al encuentro. Jugamos un muy buen partido, aunque estuvimos en algún momento cerca de estropearlo. Pero en esos momentos en que estábamos abajo, nos ayudamos y tuvimos concentración. Lo sacamos desde una gran defensa y con apoyo. Necesitábamos ganar y estábamos bien preparados. El entrenador estuvo todo el viaje insistiendo en cómo jugar y conseguimos jugar un gran partido", decía Oliver lanzando un guiño a Ibon Navarro, presente con él, agradeciéndole la ayuda para preparar el partido: "El Cluj demostró que era un buen equipo, no había perdido ningún partido en casa y un par de amigos que habían jugado contra ellos durante la temporada me habían advertido de que eran duros".

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