Camino a la destrucción (73-79)
Unicaja-Cluj
El Unicaja sigue despeñándose y arrastrando el escudo y encaja una derrota muy merecida ante un Cluj Napoca bastante mejor y que pasó por encima de los malagueños
La mejor fotografía de la infame situación del Unicaja la retrató el Cluj-Napoca. La pista en la que no hace tantos años caían los mejores equipos del continente, que temían venir a Málaga, fue tomada por un equipo rumano (73-79). Muy respetable, con jugadores que practican un buen baloncesto, físico, dinámico y ágil, que comparten bien el balón y que había avisado con victorias ante conjuntos de buen nivel. Pero un equipo rumano, de una liga muy menor, que debuta en la Basketball Champions League. Simboliza el camino a la destrucción que lleva el Unicaja como equipo, que es la imagen y que arrastra a la institución. Lo que pasa en la pista es lo visible y más evaluable. Y el Unicaja está en mínimos históricos no vistos en este siglo, se traspasan fronteras con el paso de las temporadas. Las líneas rojas que otrora parecían ya el suelo ahora serían celebradas como éxito. El paso atrás a la BCL tenía esa trampa, que no se permite fallar. Y cuando se yerra de esta manera, el error es clamoroso. La penitencia de perder ante el Cluj-Napoca es significativa. Cuesta creer que haya un plan urdido para acabar con el baloncesto de élite en Málaga. Pero la caída por el abismo parece imparable. Y los resultados son lamentables.
Es cierto que el equipo sale de un brote amplio de Covid (no hay constancia de sintomatología grave), que ha entrenado colectivamente tres días, tras 12 de parón común. Que los jugadores no son máquinas y que el virus puede lastrar. Y que habías las ausencias de Alberto Díaz y Tim Abromaitis previas y la lesión de Micheal Eric durante el encuentro. Los dos primeros dan empaque, oficio e intangibles al Unicaja. Había jugadores que debían dar un paso adelante. Y no lo dieron. Realmente, el Unicaja es un mal equipo de teóricos buenos jugadores.
El primer paso en este Round of 16 fue un resbalón importante. Más allá de lo que supone en términos de prestigio, clasificatoriamente una derrota en casa es un lastre muy importante en una fase tan corta. Y se vio venir desde el inicio del duelo. Con tres americanos (Stewart, Richard y Brown) que podrían jugar en ACB, con un perro de presa exterior que, por ejemplo, no tiene el Unicaja como el cubano Karel Guzmán, con dos balcánicos por dentro que conocen el oficio de este deporte. Y con un entrenador que merece su crédito porque ha elevado a un equipo desde la fase previa a ganar en Málaga. “Es un gran logro en nuestra historia vencer aquí, en casa de un equipo español. Respetamos mucho lo que significa Málaga en el baloncesto europeo y lo que significa España en el mundo”, era su valoración en la sala de prensa. Entrena a un equipo con hambre, de jornaleros que muerden, que cogen 16 rebotes de ataque, que pasan por encima del Unicaja en muchos aspectos del juego, desde la simple mentalidad. Que crean con un pase y un bloqueo una canasta bajo el aro sencilla, algo que es una entelequia para el equipo malagueño.
A mitad del segundo cuarto, el Unicaja perdía por 15-28. Pedía un tiempo muerto Katsikaris. Dos triples de Brizuela y dos de Bouteille comprimieron el marcador y dos tiros libres de Jaime Fernández daban la primera y única ventaja del Unicaja en todo el partido (41-39), aunque se volvía a perder en el descanso (41-43).
Lo que se había recuperado en el tramo final de la segunda parte se fue al garete. Más pérdidas (17 al final), bandejas fáciles, más rebotes concedidos... Así hasta otra vez verse por más de 10 puntos abajo (39-52). Francis Alonso y Axel Bouteille intentaron echarse el equipo a la espalda. Faltaba la vitamina A de Alberto Díaz para encender a una defensa risible por momentos. Sin defender no se puede ganar. Con 70-74, un triple de Alonso a falta de dos minutos se salió y ahí se fueron las últimas opciones. Un triple de Bircevic, ex del Estudiantes, liquidaba al equipo malagueño. El Cluj Napoca ganaba en Málaga de forma muy merecida, dominando del 1 al 40. Hay quien no se entera en el equipo y en el club de qué representa al Unicaja. Y también quien no se quiere enterar.
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