Carlos Cabezas: "2006 fue el año de mi vida"

El malagueño repasa su carrera antes de la retirada de su camiseta el próximo domingo ante el Barcelona

Carlos Cabezas, ante La Alcazaba. / Carlos Días / Efe
Alberto Fuentes (Efe)

20 de octubre 2021 - 16:01

Carlos Cabezas (Málaga, 1980), que verá este domingo su dorsal 10 retirado en lo más alto del Martín Carpena, su casa durante tantos años de éxitos con Unicaja, afirma en una entrevista con la Agencia EFE que, tras una "carrera maravillosa", se retiró a los 40 años con las espinas de no cumplir su sueños de estar en unos Juegos Olímpicos y jugar en la NBA.

-¿Le ha dado tiempo a echar de menos el baloncesto en estas primeras semanas de retirada?

-No ha pasado mucho tiempo, un mes y poco. Ahora estoy disfrutando este momento de disfrutar de estos eventos y recibimientos. De momento no lo echo de menos, pero seguramente dentro de unos meses, sí. Al final me he retirado sin ninguna lesión y competir, al final, es lo que más me apasiona.

-Se retiró habiendo competido hasta el último partido en Uruguay. ¿Cómo fue ese momento en el que dijo “se acabó”?

-Después de una temporada exitosa en Uruguay, lástima que no pudiéramos ganar el título porque perdimos el quinto partido de la final. Cuando vine a Málaga este verano ya sentí que lo había dado todo, que ese momento ya tenía que llegar. Con la ayuda de familia y amigos y con las propuestas que fui teniendo en verano, no me costó mucho decidirlo. Era el momento de cerrar al ciclo.

-¿Cuál ha sido la fórmula para alargar su carrera hasta los 40 años y mantener la mentalidad, el físico y el hambre competitiva?

-Me siento privilegiado de haber jugado 21 ó 22 años como profesional. El secreto es la ilusión, las ganas y que te respeten las lesiones. Prácticamente no he tenido una cirugía importante en estos años. Es importante haber tenido la oportunidad de jugar al más alto nivel siempre, cuidar la alimentación y también ese fuego que siempre he tenido de querer competir. Ha sido un cúmulo de cosas.

-En 2021 se retiran tres miembros de una generación de talento español que será siempre recordada. Felipe Reyes, usted y ahora Pau Gasol. Se cierra el círculo.

-Ya había apuestas de muchos de vosotros, periodistas, de a ver quién iba a ser el último de los juniors de oro. Tanto Felipe como Pau son grandes amigos, nos conocemos desde hace muchos años y hemos vivido cosas espectaculares. Hemos sido una generación que ha dado muchas alegrías a España, como el campeonato del mundo de 1999 o el oro de 2006 en Japón. Se ha cerrado ya un ciclo de muchos títulos y sobre todo de grandes personas.

-Este domingo 24, su camiseta y ese dorsal 10 de Unicaja lucirá en lo más alto del Carpena junto al de Berni. ¿Qué va a significar para usted ese momento?

-Todo está siendo muy emotivo. Me voy a sentir muy orgulloso de acompañar a Berni en el cielo del Martín Carpena. Cuando era pequeño no se me pasaba por la cabeza ser una leyenda y que mi nombre y mi número se retire. Siempre agradeceré a Unicaja este detalle de haber podido jugar de verde mi último partido con ellos ante el Real Madrid, ese gesto de Francis Alonso de cederme el número. Es un gesto muy importante para mí y mi familia.

-Allí permanecerá su número junto al de Berni, dos malagueños de cantera de acabaron siendo leyendas. ¿Qué importancia ha tenido Berni Rodríguez en su carrera?

-Nos conocemos de hace muchos años, crecimos juntos y hemos tenido una vida muy paralela, de conseguir títulos con Unicaja y campeonatos con la selección. Para mí significa muchísimo. Es una lección también para los niños: con ilusión y mucho sacrificio se puede soñar con una carrera así de bonito. Tanto Berni como yo o Germán Gabriel, gente que hemos dado mucho por el deporte malagueño, animamos a seguir trabajando a los más jóvenes, todo se puede con ilusión.

-Ganó tres títulos en Málaga, la Copa Korac, Copa del Rey y Liga ACB. ¿Qué momento recuerda más de aquella época gloriosa?

-Fueron años maravillosos. Recuerdo las caras de la gente, los niños, Málaga con cientos de personas en las calles. La gente vibraba con nosotros. Cada título es especial. El de la Korac llega siendo yo muy jovencito, fue un logro muy especial para el crecimiento de Unicaja. Luego esa Copa del Rey en 2005 fue la primera para Málaga y fue impresionante la final que ganamos contra el Real Madrid. Luego, esa liga con Sergio Scariolo, que fue decir que el Unicaja ya era un equipo ganador. En 2007 la Final Four en Atenas, que no fue un título, pero casi. Era la primera vez que el club se metía en una final a cuatro en Europa. Son momentos que tengo muy marcados.

-¿Tiene la sensación de que el Unicaja actual, en el baloncesto de ahora, está lejos de acercarse a aquello?

-Quizás ahora han atravesado momentos difíciles, no se están dando los resultados en los últimos años. Ha habido un cambio generacional también. Ahora Unicaja está tomando un nuevo rumbo, hay nuevo presidente y ha vuelto Juanma Rodríguez como director deportivo. El año pasado fue una temporada difícil, aunque no hay que olvidar la Eurocup que se ganó en 2017. Espero que, por todos los malagueños y gente de Unicaja, se vayan enganchando y sigan alimentando ese factor Carpena que es tan importante.

-¿Qué le parece que Fotis Katsikaris esté al mando en el banquillo de Unicaja?

-Fotis me parece un entrenador muy interesante. Coincidí con él un año en Murcia, donde hicimos una temporada magnífica metiéndonos en los play off por primera vez. Yo quería que Fotis tuviera la oportunidad este año de agarrar al Unicaja en plenitud, después de que la temporada pasada llegara con el equipo ya hecho. Es un entrenador que le puede meter esa energía y carácter que tiene él para cumplir los objetivos esta temporada.

-El puesto de base en Unicaja. ¿Está bien cubierto con Jaime Fernández, Alberto Díaz y Norris Cole?

-Sí, me parece muy buena la dirección del equipo. Alberto ya sabemos lo que da, lleva años dándolo todo, atravesó una temporada de lesiones, pero poco a poco se está metiendo. Es el corazón del equipo por su energía y defensa. Luego, Jaime es el baluarte del equipo. Cuando él está bien, se juega a lo que él quiere. Ha superado dos operaciones de talón importantes y ahora se le ve disfrutando y con soltura. En cuanto a Cole, me parece un jugador completo, anotador y que asume en los momentos calientes. Unicaja también lo va a notar y creo que va a ser un buen año para él.

-¿Por qué baloncesto? Está claro que es algo que le viene de familia.

-El baloncesto me viene de la cuna. Siempre he seguido esa vinculación que me viene de mi padre, que fue jugador. En mi casa había una pasión tremenda. De niño jugaba al fútbol y hacía otros deportes, pero sí es verdad que tenía un talento natural y un maestro en casa que me decía de hacer técnica individual, práctica de tiro… daba igual si llovía o hacía calor. En esas edades es importante y todo eso me dio para crecer y llegar después con 13 ó 14 años a Unicaja de Málaga para formarme.

-¿Le queda a Carlos Cabezas algún sueño incumplido?

R. Siempre digo que he tenido una carrera maravillosa. Pude jugar en el Betis, en la tierra de mi madre, Sevilla. En Uruguay volví a las raíces de mi padre, donde él empezó y donde vivimos unos tiempos maravillosos. Pero las espinas siempre van a estar ahí, el haberme ido a la NBA. Tuve en su momento la opción de ir a Estados Unidos, a Orlando, pero contractualmente no se dio. También con España tengo la espina clavada de los Juegos Olímpicos. Se me ha quedado un poco en la retina. Fue por decisiones que tomó en su momento el seleccionador, que decidió dejarme fuera de esas olimpiadas. Pero bueno, eso es el deporte y no es todo color de rosa. Ya en los siguientes años me pude levantar y ser campeón del Mundo en Japón.

-Estuvo cerca de jugar en el Real Madrid. ¿Le hubiera gustado?

-Bueno, siempre es importante jugar en los grandes como Madrid o Barça. Sí es verdad que estuve coqueteando más con el Real Madrid varios años. Pero yo estaba muy a gusto en Málaga, tenía una cláusula bastante alta para jugar en España. Sé que Juan Carlos Sánchez, en su momento en el Real Madrid, vino varias veces a hablar conmigo y mis agentes. Pero yo estaba bien en Unicaja, le jugábamos de tú a tú al Madrid y realmente, cuando ya tenía una opción de poder ir, era complicado por un tema contractual.

-Ha jugado en muchos países y diferentes estilos de baloncesto. ¿Qué fue lo mejor y lo peor?

-Lo mejor es que cada cultura te da cosas muy positivas, muchos contactos y vivencias. Al final, el baloncesto sigue siendo baloncesto. En Argentina y Uruguay me sentí muy bien, son culturas parecidas, pero de todos lados saqué momentos buenos. Lo único negativo es tener que irme de mi casa, de Málaga, que a veces se echa de menos. Era cuestión de tiempo que en algún momento iba a volver.

-¿Cómo le gustaría que le recordaran los aficionados del baloncesto?

-Como un jugador que ha dado el máximo siempre, que en los momentos calientes le ha gustado asumir la responsabilidad. He amado el deporte con una pasión tremenda, pero más allá de los títulos que están ahí, me gustaría que me recordaran por ser buena persona.

-Dígame dos o tres nombres de jugadores o entrenadores que marcaron su carrera

-Es difícil porque he jugado con muchos, pero diría Elmer Bennett, un jugador que me costaba mucho defender y siempre me fijaba mucho en él. Pau Gasol, por lo que ha significado dentro y fuera del vestuario, por esa humildad tras y haberlo conseguido todo. Y después Jorge Garbajosa, un tipo con el que viví momentos entrañables en Unicaja y Selección Española. Yo creo que fue un ala-pívot que cambió ese basket abierto donde se podían hacer muchas cosas. Jugar cerca de él siempre ha sido muy fácil. En cuanto a entrenadores, ‘Boza’ Maljkovic, que me hizo debutar; Sergio Scariolo, que me pilla en una época tremenda, lo tuve cinco o seis años en Unicaja y luego en Rusia, y obviamente el maestro, mi padre. Fue el que me despertó ese sueño de ser jugador de baloncesto.

-¿Habrá una generación como la de los juniors de oro? ¿O esa reunión de talento es algo irrepetible?

-Va a ser difícil. Ojalá, porque eso va a significar que el baloncesto español va a estar muy arriba. Son siete u ocho jugadores de los ochenta donde te sale un Pau Gasol o un Juan Carlos Navarro, un Raúl López, Felipe Reyes, Berni o Germán. Es muy complicado que una generación saque tantos jugadores de ese nivel. Han salido muy buenos como Ricky, los hermanos Hernángomez o Garuba en la actualidad, jugadores de muchísimo talento. Pero que te salgan ocho y tener la suerte de que haya un Pau Gasol, va a tardar mucho en repetirse.

-Si pudiera volver a un momento de su carrera, ¿cuál sería?

-Regresaría al año 2006. Lo tengo grabado a fuego. Es el año histórico: campeón de liga con el Unicaja, un sueño, y luego en septiembre campeón del mundo. Sin duda es el año de mi vida.

-¿Dónde veremos a Carlos Cabezas en el futuro próximo? ¿Ligado al baloncesto?

-Ligado al baloncesto, seguro. Como entrenador ahora mismo no me apetece, he terminado muy cargado y tengo ganas de hacer otras cosas. Y las oficinas, veremos, pero sí voy a tener una vinculación con el deporte. Creo que puedo aportar mi granito de arena a muchos jóvenes para expresarles mi experiencia. En lo empresarial sigo con Grupo Premium en Málaga, mi otra familia. Quizás, al final de año o principios del siguiente, encaminaré el rumbo en lo deportivo. Ahora a disfrutar el domingo de un homenaje que me hace mucha ilusión.

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