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El Unicaja es un equipo para todas las estaciones, para todas las pistas. Con frac o mono de trabajo. Más o menos brillo, pero fiabilidad extrema. En Cholet no hizo un partido óptimo, tuvo momentos de desaplicación defensiva, alguna desconexión larga en ataque. Entró cinco puntos abajo en el último cuarto, pero llegó a tiempo para en 10 últimos minutos demoledores reventar a un rival animoso y con cierto talento (74-86) aunque también cierta tendencia a la dispersión. Son tics a veces de equipos grandes, que se saben superiores y dosifican, de manera inconsciente.
Los cajistas comenzaron bastante serios, con niveles altos de concentración y agresividad, impidiendo las recepciones de Randall y con Ejim mordiendo al talentoso Salaun. Ello permitía y correr y adquirir una renta rápida (7-17) que obligaba a pedir tiempo muerto al técnico local. El partido se movía en una anotación bastante alta, con muchos puntos tras pérdida del Unicaja, lo que permitía volar. Pese a ello, el Cholet exhibía que podía meter mucho. El zurdo Randall empezó a demostrar por qué es el máximo anotador de la competición. Anárquico y algo alocado, pero talentoso. También se sumaba Hruban y el pívot Nzekwesi, haciendo daño en los dos lados de la cancha. Con 22-29 acababa el primer cuarto, pero con un nivel de acierto en el tiro difícilmente sostenible incluso para los de Ibon.
El Cholet empezó a sentirse más cómodo. Y el Unicaja a perder muchos balones, más de la cuenta y los que suele (ocho al descanso). Algún desajuste en ataque poco frecuente, como algún pase a la grada. Y atrás se permitían las oleadas rivales sin ser agresivos, como le recordaba Ibon a sus jugadores. Y con un pabellón animoso y un equipo local con confianza el camino se empinaba. Un arabesco de Randall en una penetración permitía al Cholet la primera ventaja del partido (45-43), aunque el Unicaja sólo estuvo 17 segundos por detrás y acababa por delante el primer tiempo (47-45) tras canasta de Carter y un tiro fuera de tiempo de los franceses.
Se repetía el guión en la segunda mitad y el Unicaja salía más entero y concentrado para escaparse, tras un triple de Kravish, por ocho puntos (47-55), pero el Cholet volvía al duelo mientras el Unicaja no se ubicaba en defensa y atacaba cada vez peor. Parcial de 14-2 para los franceses, con Sako haciendo daño en las contiuaciones, y a remar hacia arriba (61-57). En ataque faltaba también agresividad para buscar el aro. De hecho, el Cholet estuvo siete minutos sin hacer una falta tras el descanso. El rebote en defensa no se cerraba y eso tenía consecuencias. Una antideportiva de Perry tras dos minutos mal jugados dejaba cinco puntos de desventaja (66-61) para el cuarto final.
Fallos inusuales de Djedovic y Kalinoski en bandejas claras denotaban que costaba fluir, Perry estaba en un momento embolicado e Ibon recurrió a Carter de base. Ejim y Djedovic tiraban de oficio para sacar tiros libres y había algo de oxígeno (69-72). Un taponazo de Kravish a Sako daba opción para un triple de Carter, tras rebote de ataque, que parecía matador (69-75). Y sí, fue una daga para el Cholet, con Randall ahora en plan tóxico, que se veía 10 abajo (69-79) tras un parcial de 0-13. La victoria estaba en el bote tras un último cuarto tremendo (8-25 de parcial).
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