La Copa empieza con traca (78-82)
Crónica y resultado del Barça - Valencia Basket de Copa del Rey
El Valencia, sólido e inteligente, se merendó a un Barça errante demasiado centrado en un Mirotic estelar
Málaga/Fue la guerra de todos contra uno, dos a lo sumo. El Valencia planteó un dominio desde la épica al arranque del choque. Fue disciplinado, listo, buen alumno y le metió en la mochila a Svetislav Pesic un parcial de 0-17 en el primer tiempo. Mirotic, héroe tranquilo, puso el partido igualado a base de triples y de sonrisas después de puntos insospechados. Así se agarró el Barcelona al partido, con el talón de acciones de calidad repartiendo cheques sin miramiento. Sirvió para el espectáculo que fue total, el Valencia escribió el primer acto de esta Copa del Rey de Málaga con una traca.
No fue tan fácil como desactivar las mejores costumbres de cara al aro de los catalanes. A menos de 20 segundos del final, con una ventaja valenciana de cuatro puntos, los de Pesic aún conspiraban. Era la tercera o quinta remontada del partido, pero los árbitros pararon el tiempo –lo hicieron bastante- consultaron y le dejaron un par de tiros libres a Colom. Anotó uno, lo justo para no atragantarse. Triple de Hanga, diez segundos para el final y 77-79. Presión al saque de fondo, casi roba el Barça, falta, siete para el final, Doonerkamp a los tiros libres, sólo metió uno. Pesic tenía una oportunidad para empatar y todo lo que sacó fue una falta a Higgins con menos de dos segundos en el electrónico (78-80). Entró el primero, tiró a fallar el segundo y Dubljevic cogió el rebote como si en él le fuese la vida. Y en verdad, casi es así.
Sirva el último minuto del encuentro para retratar al Barcelona en el choque. Le costó despertar en el primer cuarto a los de Pesic. Disciplina, estudio de la situación, algunos errores y muchos aciertos le dieron las riendas del choque a la espera de que Mirotic les mostrase el camino a los culés. Sólo Claver parecía despierto y los hombres a los que habitualmente se le caen los puntos de las manos –Davies, Abrines, Higgins- no facturaron casi nada. Así que antes del descanso, los valencianos explotaron en su propia eficacia y con el parcial de 0-17 dejaron al Barcelona esperando un mesías.
Llegó, tranquilo, sonriente, demoledor desde el triple. Todo le salió bien a Mirotic para igualar el partido, la defensa de los suyos después de descanso fue algo que llevarse a la boca, tanto que todo parecía estar disponiéndose para un final apretado, un pulso a cara de perro. Mentira. El Barça creyó que podía ganar sin exprimirse y se equivocó de cabo a rabo. Aún así encontró la calidad para amedrentar al Valencia en la recta final. Fuegos de artificio que nadie escuchó, la traca valenciana cautivó al Carpena y ya está en semifinales.
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