David Kravish: de Berkeley a un amplio paseo por Europa con 15 kilos más de cuerpo
El nuevo pívot del Unicaja (29 años y 2.08 metros) tiene amplia experiencia en el viejo continente y también en la ACB
Estudió en una de las universidades más prestigiosas del mundo, cuna de más de 100 Premios Nobel
Así juega Kravish
David Kravish (1992), el último fichaje del Unicaja, nació en Illinois, creció en Missouri y se formó en la prestigiosa universidad de Berkeley, considerada la mejor pública de Estados Unidos y una de las mejores del mundo, en las cercanías de la bahía de San Francisco. Intelectualmente, ha alumbrado a más de 100 Nobel, 20 Óscar y 10 Pulitzer. Fiat Lux -"Hágase la luz"- es el lema del college en el que durante cuatro años se formó Kravish. El inmenso campus de más de 30.000 estudiante, una ciudad en sí, preparó también para el baloncesto profesional a un jugador que no ha dejado de viajar por el viejo continente desde que se hizo profesional. Estuvo cuatro años a las órdenes de Mike Montgomery, que años atrás había dirigido a los Warriors. Tras jugar una liga de verano precisamente con Golden State empezó su periplo.
Entró en la universidad pesando 95 kilos y la dejó con 110. No tiene precisamente apariencia de pesado, pero ha ido forjando cuerpo para combatir cerca del aro sin perder capacidad atlética. En su madurez, 30 años en septiembre, llega al Unicaja. Su carrera ha ido subiendo de nivel en Europa. Ha jugado en el Nokia (Finlandia), Energa Czarni Slupsk (Polonia), Tsmoki-Minsk (Bielorrusia), Avtodor Saratov (Rusia), Baxi Manresa (España), Brose Bamberg (Alemania) y Galatasaray (Turquía), así que tiene una trayectoria extensa en Europa. Las tres ultimas temporadas lo hizo en la Basketball Champions League, un detalle importante, curiosamente en tres clubes que decidieron dar el paso tras jugar con más o menos asiduidad la Euroliga. Aunque su experiencia española fue sesgada por el Covid, no es detalle baladí que haya jugado ya en la ACB. El master con Pedro Martínez seguro que le viene bien. Promedió en 21 partidos 12.1 puntos (83% de valoración y 55% en libres), 6.3 rebotes, 1.6 asistencias y 1.1 tapones para 14.2 de valoración. Dejó incluso alguna canasta ganadora.
Michael Jordan, Kareem Abdul-Jabbar, Lebron James y Shaquille O'Neal es el póker de referencias históricas de Kravish, que cuando fichó por el Bamberg hacía un repaso a lo que hasta entonces había vivido en el baloncesto profesional. Desde su choque cultural cuando en Finlandia anochecía a las dos de la tarde, cuando en Polonia tuvo impagos y un conflicto que casi le deja tirado en Londres porque su club le retuvo los visados o cuando en Bielorrusia jugó en la VTB y se midió al CSKA. Pero resaltaba la ACB. “Creo que mi etapa con Manresa en la liga española me ayudó a convertirme en un jugador más completo. La ACB es una liga tan buena de principio a fin que ves diferentes tipos de defensas y estilos ofensivos, lo que te obliga a aprender a leer cada uno y encontrar la manera de atacarlos. Como jugador grande, me ayudó mucho nuestro base Dani Pérez, que es uno de los mejores y más creativos pasadores con los que he jugado”, reflexionaba sobre lo que aprendió en tierras catalanas en la campaña 2019/20. No son pocos los jugadores a los que el base catalán, que normalmente juega muy bien contra Unicaja, ha alimentado y ha dado caché.
“No estoy seguro de quién se adapta mejor a mi juego, pero siempre admiré la forma en que Dennis Rodman abordaba los rebotes con tanta intensidad y habilidad. Respeto la forma en que Tim Duncan siempre fue sensato sin importar contra quién estuviera jugando o cuál fuera la situación durante el juego”, también profundizaba David Kravish sobre sus referentes cercanos al tiempo que hablaba de su habilidad para taponar. Siempre ha promediado más de uno por partido desde que es profesional. "Siempre he tenido una especie de habilidad para bloquear tiros. Tengo el récord de la mayoría de los tapones de carrera en la Universidad de California. Creo que ganar experiencia en todas las diferentes ligas ayuda a adaptar mi juego para que pueda ser más efectivo defensivamente sin importar el oponente. Una de las cosas en las que estoy tratando de concentrarme es en la defensa. Mejorar defensivamente no solo ayuda a mi equipo a ganar, sino que me ayudará a ascender en la escalera”.
Kravish llega a Málaga firmando por una temporada con opción a otra. Es un pívot de 2.08 metros, con buena altura aunque no sobrado de kilos. Buen atleta, con capacidad para jugar por encima del aro y gran envergadura. Puede acabar con las dos manos y lanzar en suspensión. Buen tirador de libres y de media distancia. No es muy potente, pero tiene un buen timing de salto, como atestigua su cifra elevada de tapones, y despliega gran energía. Pasa bien la bola (1.7 asistencias esta temporada en la BCL, cifra que ronda en su carrera). Es una de las señas de identidad que pretende generalizar el Unicaja en este próximo proyecto, la competitividad y una alta actividad. En los últimos años ha habido una carestía importante en la pintura y es la primera pieza a las que se unirán tres o cuatro más, en función de si finalmente con Abromaitis se llega a un acuerdo. Otro cuatro más (dos si no sigue el americano), un 4.5 y otro cinco más aparte de Kravish forman la hoja de ruta.
El americano está en trámites para la obtención del pasaporte búlgaro. Curiosamente, es su compañero en el Galatasaray Dee Bost quien va a jugar esta ventana con el país del Este como nacionalizado. Queda la ventana de agosto y el próximo Europeo para ver si puede jugar ese partido para así no ocupar esa plaza de extracomunitario, algo que el Unicaja desea para configurar el resto de la plantilla. En la misma situación está Kendrick Perry con Montenegro, aguardando ese partido oficial para que se verifique su pasaporte a ojos de la FIBA y la ACB.
No hay comentarios