Dreamland Gran Canaria, una identidad forjada con Savané y Lakovic
El club canario da pasos simultáneos en su crecimiento deportivo y social
Más cambios en la plantilla que en la del Unicaja
Ben Lammers, lo que pudo ser
Francis Alonso, recital en el estreno en LEB Oro
La mudanza desde el pequeño pero caliente Centro Insular de Deportes al Gran Canaria Arena tuvo su coste emocional, pero llevó al club canario a otra dimensión como entidad. Canarias se ha consolidado en la última década como un lugar puntero en el baloncesto nacional. Ya había presencia anterior, pero ni Tenerife ni Gran Canaria habían tocado títulos. Ahora sí, los dos clubes han levantado trofeos y esa competencia interna les hace crecer. La rivalidad siempre ayuda.
Parecía llevar delantera el vecino de La Laguna, pero el Gran Canaria repelió la temporada pasada con un sensacional título de la Eurocup. Es verdad que en una edición que estuvo algo más barata por el ‘ascenso’ a la Euroliga de Partizan, Virtus y Valencia más la ausencia de equipo rusos. Pero no le quita un ápice de valor a lo que consiguió el cuadro claretiano. Sucede que la experiencia de 2018, cuando el equipo se clasificó para la Euroliga y el peaje fue coquetear con el descenso en la ACB por simultanear la máxima competición europea con la doméstica hizo replantear la situación pese al billete que se había ganado en la pista. Sitapha Savané, el presidente que se estrenó con un título, ponderó y valoró y no había el músculo económico. La problemática logística por la lejanía de las Canarias obligaba a uso masivo de chárters y disparaba gastos. Se habló de emigrar a la BCL, pero se optó por seguir en la Eurocup.
La figura de Savané, leyenda en la pista del club, fue esencial. Imitando en algunas cosas al Unicaja, como el cariño y el reconocimiento a figuras históricas del club como se está haciendo en Málaga desde la llegada de López Nieto, puso orden en un club que desde el paso de Aíto, cuando se jugaron finales de Copa y Eurocup, con el corolario del título de Supercopa con Casimiro, parecía algo desorientado. Se apostó por Jaka Lakovic en el banquillo tras su buen trabajo en Ulm. Y la química fluyó. Como al Unicaja le ocurrió con Brizuela y el Barça, Baskonia y Panathinaikos se llevaron con dinero a Diop y Balcerowski. Jean Montero, que fue ofrecido al Unicaja, se declaró en rebeldía. Sigue una columna importante con Albicy, Bassas, Slaughter, Shurna, Brussino y Salvó más los jóvenes De la Torre y Kljajic. Y llegaron fichajes interesantes, como el croata Prkacin, el anotador Landesberg y los interiores Pelos, Lammers y Happ para dar empaque a una orquesta que sigue dirigiendo el que fuera gran base esloveno. Una pista siempre caliente, aunque no acabe de llenarse, donde se aprieta y se sabe de baloncesto. Y, aunque el inicio no ha sido idílico, juega un equipo que es campeón reciente.
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